(Ilustración: Giovanni Tazza/ El Comercio)
(Ilustración: Giovanni Tazza/ El Comercio)
Fernando Vivas

Apúrense pero no improvisen, mucho menos engañen. Habrá menos tiempo para desenmascararlos, pero el doble de celo al hacerlo. Cada vez hay más facilidades para pillarles el rabo de paja y mostrarlo en su exacta dimensión. La ventanilla única –esa entelequia que montó el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) solo para decirle a los partidos si sus candidatos tenían o no sentencias firmes– la reabriremos nosotros, opinión pública y prensa, y daremos cuenta no solo de condenas, sino de investigaciones preparatorias y preliminares, escándalos, roches y sospechas. Ay del Poder Judicial y del Ministerio Público si no colaboran.

Mensaje cortito a los candidatos pillos: ¿Han visto lo que ha pasado con todititos los últimos expresidentes vivos desde Alberto Fujimori? ¿Ven lo que pasa, para citar al último ejemplo, con gobernadores sobregirados como , que acaba de recibir una condena? Podrían ser inocentes o apenas tener responsabilidad política en un desmadre ajeno, pero ¿acaso preferimos candidatos con problemas a candidatos con planes?

Ojo, la premura no cierra plazas, abre más de las que había. Me explico. Keiko, si postulara, difícilmente llegará a segunda vuelta, de modo que tendremos dos novedades corriendo el tramo final. Por otro lado, se cancelan provisionalmente, por estar metidos en la crisis y en su solución, dos candidaturas que venían construyéndose, una de derecha y otra de centro, Pedro Olaechea y Salvador del Solar. Y una tercera buena noticia para los aventados: gobernadores y alcaldes que estaban pensando renunciar a sus plazas para lanzarse al 2021 se desanimarán de dejar sus mandatos tan pronto y con tan poco por mostrar. Pongo un solo ejemplo: Jorge Muñoz, cuando ganó en Lima, nunca descartó del todo una candidatura presidencial. Veremos si mantiene las dudas.

Los que esperan desde el 2016 es hoy cuando tienen que ser más juiciosos y frenar su angurria. Julio Guzmán, en lugar de palabrear que es tiempo de reformas, bien haría en mostrarnos –con ejemplos y con gestos realistas– cuáles estaría en condiciones de hacer. Verónika Mendoza tiene que asumir algo que le cuesta hacer, que su bancada ha tenido una acción congresal por la que ella también debe responder, o con la que tiene que zanjar.

¿Quién tratará de colarse como sucesor de Vizcarra, si es que algo de ‘esencia’ tiene para suceder? ¿Quién ocupará el excedente de la diferencia de votos de la Keiko del 2011 y 2016, frente a la probable Keiko menguante del 2020? ¿Quién será el ‘outsider’ que la rompa o quien será el ‘insider’ que rompa la tradición del ‘outsider’? Hay espacio, pero falta tiempo. Escojan bien sus caballos de batalla y no los suelten.