(Foto: Mario Zapata / GEC)
(Foto: Mario Zapata / GEC)
Pedro Tenorio

Se cumplen dos meses de la llegada de a la presidencia del Consejo de Ministros y nos preguntamos, ¿cuál es el horizonte político que le espera al número 2 del Gobierno? se sostiene en la legitimidad constitucional y en el triunfo que significó el referéndum de diciembre pasado, ¿pero Del Solar? Pese a tener al frente un Congreso y oposición desgastados, no ha conseguido posicionarse en estas nueve semanas como un factor dinamizador del Ejecutivo. Es más, no se percibe mayor diferencia respecto de César Villanueva al frente de la . Que en el último mes la caída en la aprobación del presidente se haya detenido sirve para que Del Solar siga intentando marcar la diferencia, pero nada asegura que lo consiga.

Es poco serio fungir de adivino, pero sí podemos mencionar algunos escenarios que deberá sortear en su esfuerzo por consolidarse como pararrayos efectivo de un mandatario que necesita proyectar la imagen de un líder con colaboradores capaces de atender los problemas más urgentes del país.

Para empezar, la reforma política no será ese caballito de batalla capaz de poner al Gobierno del lado de las demandas populares (como sí ocurrió con la agenda anticorrupción impulsada por Vizcarra durante el 2018). Sea por desinterés o desencanto, la ciudadanía no la considera prioritaria y eso ha sido leído astutamente por la oposición, que le seguirá dando largas. Lo advertimos aquí la semana pasada y hoy genera chispazos entre los voceros del fujimorismo y Del Solar. Es un tema relevante para el país, pero la falta de entusiasmo popular favorece a quienes operan para que los plazos venzan sin reforma ni cambios de fondo.

A ello deberá sumarse que Juan Sheput se prepara para ser el próximo presidente del Congreso –con apoyo fujimorista, por cierto–, lo que representaría la caída de un aliado funcional, como ha sido hasta hoy Daniel Salaverry, a quien le encantaría tentar la reelección pero la tiene muy, muy difícil. Súmese la probable reunificación del fujimorismo parlamentario, para la cual ya se viene cocinando el regreso de Kenji Fujimori al Congreso. Los seguidores de Keiko Fujimori parecen haber entendido que la superación de su crisis –o al menos el intento– pasa por dejar atrás disputas y “errores” del pasado (como forzar la caída de Pedro Pablo Kuczynski o resistirse al indulto de Alberto Fujimori).

Como se ve, la oposición apunta a su fortalecimiento. El fujimorismo sin criterio táctico, es cierto (su oposición a una ley de fomento al cine, solo porque huele a ‘caviar’, es prueba de ello, al igual que la interpelación a la ministra de Educación). ¿A qué apunta Salvador del Solar? Vienen tiempos complicados para él y el Gobierno.