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La detección tardía del cáncer en niños y adolescentes en zonas rurales del Perú es un problema que refleja las limitaciones significativas en los servicios de salud disponibles. La falta de infraestructura adecuada, personal médico y recursos esenciales dificulta el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno. Esta situación es alarmante y subraya la urgente necesidad de mejorar la detección temprana y la calidad del tratamiento disponible para los niños, debido a que va en crecimiento. Según el INEN, cada año se diagnostican aproximadamente 1.800 nuevos casos en menores de 15 años, siendo esta la principal causa de muerte.
De acuerdo con el INEN, el 65% de niños en provincias se moviliza a Lima para realizar sus tratamientos o controles. Por lo que, para abordar esta necesidad, es crucial implementar la capacitación y el número de profesionales de la salud en áreas rurales, mejorar la infraestructura sanitaria y garantizar el suministro constante de medicamentos y equipos necesarios para el tratamiento. Asimismo, se deben promover campañas de concientización y educación sobre la importancia del diagnóstico temprano entre la población rural. La detección temprana del cáncer debe estar respaldada por políticas públicas que faciliten el acceso a servicios médicos especializados y proporcionen apoyo económico a las familias afectadas, que a menudo enfrentan enormes dificultades para cubrir los costos del tratamiento.
La lucha contra el cáncer infantil requiere un enfoque integral que involucre tanto al Gobierno como a organizaciones de salud, comunidades locales y organismos internacionales. Solo a través de un esfuerzo conjunto se podrá reducir la tasa de mortalidad y brindarles a los niños afectados por el cáncer una oportunidad de luchar y sobrevivir.
