En un entorno de constante cambio, en el que el avance tecnológico, marcado por la transformación digital, ha modificado la forma en la que se interactúa, se trabaja y se realizan transacciones comerciales, se puede conocer nuevos modelos de negocio o nuevas formas de gestionar negocios tradicionales; todos ellos representados por un gran uso de herramientas digitales que impulsan la digitalización de la economía.
En ese sentido, las tecnologías emergentes y la digitalización de las actividades empresariales obligan a cambiar los modelos sobre los que comúnmente se han elaborado las reglas fiscales; entre ellas, las tributarias.
Por lo tanto, para afrontar de buena forma los retos tributarios que impone el desarrollo tecnológico, se requiere un análisis nuevo y no tradicional, sin perjudicar los dos objetivos principales: gravar la capacidad contributiva de la actividad empresarial y, a la vez, incentivar la inversión empresarial en innovación, tecnología y negocios digitales.
Hoy en día, muchos modelos tradicionales tienen una cara digitalizada, lo que ocasiona que estos modelos de negocio sean multifacéticos y, por lo tanto, también se complique la forma de gravarlos. Por ejemplo, las empresas digitales por lo general operan a nivel global y pueden aprovechar la movilidad de sus activos para eludir sus obligaciones tributarias. Esto hace que se tenga en cuenta más de una variable al momento de regular estas normas.
En el Perú, desde el 2003 se han realizado cambios en la normativa del Impuesto a la Renta para gravar las rentas por servicios digitales obtenidas por empresas no residentes. Posteriormente, en setiembre del 2020, Somos Perú presentó un proyecto de ley que impulsa la recaudación del Impuesto General a las Ventas (IGV) generado por los servicios brindados a través de las plataformas digitales.
Asimismo, recientemente se aprobó el Decreto Legislativo 1524. Esta disposición indica que un emprendedor o ‘influencer’ que publicite un producto y/o servicio en las redes sociales deberá colocar el RUC y la razón social de la empresa publicitada en un lugar visible para el cliente. Con ello, se busca impulsar la formalización de una gran cantidad de negocios.
La digitalización de la economía ha generado muchos retos para los sistemas tributarios a nivel mundial. Para responder a estos no solo se tienen que implementar impuestos digitales, sino también establecer acuerdos internacionales, mejorar la cooperación entre las empresas y los gobiernos, modernizar los sistemas fiscales y capacitar a los profesionales tributarios. De esta manera, también se logrará actualizar y mejorar la normativa tributaria, para facilitar el cálculo y el pago de impuestos de los contribuyentes.