La periodista Cristina Colmenares Lau presentó ayer su libro “Huellas de la iglesia católica en Chimbote”, una investigación sobre la obra social de la iglesia y su interrelación e impacto en la vida y desarrollo del puerto entre 1962 y 1991, época de coyunturas difíciles en un pueblo emergente.
“Me quedé sorprendida y no podía creer lo sacrificada y compenetrada de la misión de la iglesia. Los sacerdotes no optaron por los lujos; optaron por acompañar a los pobres. No se puede hablar de la historia de Chimbote si no se habla de los sacerdotes”, expresó anoche en el Centro de Convenciones de la Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote.
La investigación de la periodista concluye que en Chimbote germinó uno de los movimientos más importantes de la iglesia de los últimos tiempos: la Teología de la Liberación.
A la presentación acudió el escritor Luis Fernando Cueto, premio Copé 2011, quien elogió el trabajo periodístico realizado durante años por Colmenares. Además, recomendó la distribución de este libro en todos los colegios del puerto para que los estudiantes conozcan su historia.
“En esta investigación se afirma que Chimbote fue el laboratorio de la Teoría de la Liberación y me parece una tesis sensata. Creo que la labor de los primeros sacerdotes que llegaron a esta tierra ha servido de mucho para luchar contra la dictadura, el hambre, la pobreza y la discriminación. Creo que este libro se debe distribuir en todos los colegios”, subrayó.
El obispo de la Diócesis de Chimbote, Ángel Francisco Simón Piorno y el sacerdote Jaume Benaloy Marco coincidieron en que este libro es solo el inicio de la historia de la iglesia en Chimbote e invitaron a otras personas a seguir las huellas que empezó Cristina Colmenares.
DATOS “Huellas de la iglesia católica en Chimbote” es publicado por la Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote y será vendido en la librería de la Diócesis de esta ciudad.
Las ganancias serán para cubrir los gastos de la beatificación de los sacerdotes mártires Zbigniew Strzalkowski y Miguel Tomaszek y Sandro Dordi, que fueron asesinados por los terroristas de Sendero Luminoso.