El 20 de marzo del 2012, Azucena Asunción Algendones recibió el siguiente insulto -acompañado de gestos despectivos- de parte de una compañera de trabajo en Huancayo: “negra cocodrilo”. Más de tres años después, esas dos palabras causaron una sentencia condenatoria que finalmente alcanzó a altos funcionarios del centro laboral de la agraviada, la Empresa de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado Municipal de Huancayo (Sedam).
Sucede que, el pasado 13 de noviembre de este año, el Segundo Juzgado Penal Liquidador de la Corte Superior de Justicia de Junín dictó sentencia por el delito de discriminación racial en agravio de Asunción Algendones. El Ministerio de Cultura dio cuenta de la decisión judicial y la valoró resaltando que se trata de un importante precedente en el ejercicio del derecho a la igualdad y no discriminación.
El caso se remonta, como se indicaba, a marzo del 2012. Tras recibir la agresión, Azucena Asunción Algendones inició un procedimiento al interior del Sedam Huancayo, donde ocurrió la agresión. Sin embargo, pese a la existencia de informes y documentos que corroboraron el acto discriminatorio, la empresa no sancionó a la persona denunciada.
Al no encontrar solución satisfactoria al interior de la empresa, la agredida presentó una denuncia penal ante el gerente general y el jefe de Recursos Humanos y Relaciones Industriales de Sedam Huancayo. Así, finalmente, el Poder Judicial sentenció en primera instancia a ambos funcionarios a tres años de prisión preventiva y 5 mil soles de reparación civil.
La agraviada recibió asesoría de parte de la plataforma Alerta contra el Racismo del Ministerio de Cultura, la ONG Centro de Desarrollo de la Mujer Negra Peruana, la Coordinadora de Derechos Humanos y la Defensoría del Pueblo de Junín.