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El arzobispado metropolitano de Trujillo dispuso el inicio de una investigación sobre las supuestas lágrimas que aparecieron en una imagen de Jesús crucificado, ubicada en el pabellón principal del hospital Belén.
El fenómeno fue reportado la tarde del viernes 7 por Cristina Herrera Gonzales, madre de una paciente del hospital, mientras rezaba por el bienestar de su hija sometida a cirugía.
“La gente reza, llora. No han dejado de llegar a ver al Cristo, pero debemos tomar las cosas con calma y mucha fe”, dijo Hipólito Purizaca Sernaqué, vicario general de Trujillo.
Según verificó El Comercio, las supuestas lágrimas de Jesús aparecieron sobre la mejilla derecha de la imagen, tallada en cedro.
De acuerdo con Purizaca, a la fecha se han recogido muestras de las lágrimas y entrevistado a los pacientes, médicos y curiosos que han llegado al hospital para ver al Cristo.
Se espera que estas muestras sean enviadas a un equipo científico para que las analice.
HERENCIA DEL TERREMOTO
Según registros del hospital, el Cristo llegó a ese recinto en 1970, luego del terremoto que azotó Yungay, Huaraz y buena parte del norte del país.
La imagen, que tendría unos 500 años de antigüedad, formaba parte del altar mayor de la iglesia Belén (1680), a escasos metros del hospital.
El traslado se debió a los severos daños estructurales del templo, cuya bóveda central presentó graves fisuras y perdió casi todo el techo de sus campanarios.
De acuerdo con el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, tanto la iglesia como el hospital formaban parte del mismo complejo durante el siglo XVII.
No obstante, con el crecimiento de la ciudad y la reconstrucción de sus principales inmuebles luego del sismo, poco a poco ambos complejos fueron distanciándose hasta que el único vínculo entre ambos fue el nombre.
Trascendió que el Cristo fue reparado durante el 2003. Se ignora si ese arreglo permitió el ingreso de humedad al rostro, lo que explicaría el ‘llanto’.
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