Edita Guerrero sí habría muerto por un aneurisma, declaró Alberto Trelles, neurocirujano de la clínica San Borja, en una entrevista en el programa Sin Medias Tintas ya que, pese a los resultados de la exhumación, el cuadro clínico corresponde al caso típico de una paciente con tal lesión. Aseguró que los médicos que atendieron a la cantante actuaron correctamente según las evidencias que iban mostrando las tomografías realizadas, pues se ve sangre en el cerebro de Edita Guerrero, señal inequívoca de hemorragia.
Respecto de los golpes que se detectaron posteriormente en el cuerpo de la cantante el neurocirujano sugiere que estos se han podido dar por una serie de motivos que no corresponderían a la muerte de la cantante, ya que en las tomografías realizadas no se ve que haya una rotura de cuello en el proceso de hospitalización anterior a la muerte de la cantante. Señala que no hay ninguna evidencia de traumatismo craniofacial o de luxofractura atlanto occipital y que la primera vértebra cervical y el hueso del cráneo no muestran nada anormal. Eso se percibe hasta en la tercera tomografía de la paciente.
Trelles afirma que los moretones podrían haberse causado por los pinchazos que recibió la cantante hospitalizada, mientras que el cuello roto puede deberse a procesos de reanimación a los que fue sometida la paciente.