El precio de la fibra de alpaca cayó hasta S/8 la libra y para los productores de 14 regiones del país este es su momento más crítico. Los costos empezaron a descender desde agosto último, cuando la fibra de alpaca de raza Suri estaba en S/25 y la fibra de alpaca de raza Huacaya valía S/22.
El presidente de la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro) – Puno, Roger Flores Quispe, refirió que las dos empresas que abarcan el mayor porcentaje de compras de fibra en el Perú (Michel e Inca Tops) ha impulsado esta baja de precios porque el sector alpaquero está debilitado y no tiene una organización que lo represente para sus reclamos.
“Los alpaqueros que vivimos sobre los 4.700 metros de altura prácticamente comemos una sola vez al día. No sabemos con qué alimentarnos”, dijo Flores a El Comercio.
El último miércoles durante una reunión con representantes del Ministerio de Agricultura (Minagri), una delegación de productores de Puno, Huancavelica, Arequipa, Cusco, Huancavelica y Pasco, pidió de manera urgente que el Estado asuma la compra de la fibra. Roger Flores precisó que, con los precios actuales, un alpaquero promedio gana un poco más de mil soles luego de una esquila, y que con ello debe vivir hasta la esquila del año siguiente.
“Somos criadores oriundos de este producto de bandera, necesitamos que el Gobierno tome interés para que los precios suban”, señaló.
El último Censo Nacional Agropecuario (Cenagro) arrojó que hay casi 83 mil productores alpaqueros en el Perú, pero el Minagri estima que actualmente ya debe haber unos 85 mil. Puno es la región que concentra el 39% de la producción, seguida de Cusco, Arequipa, Huancavelica, Apurímac, Ayacucho y Pasco. De acuerdo con aquel reporte, aproximadamente el 80% de alpacas son de raza Huacaya, el 12% de raza Suri y hay un 8% de razas híbridas.
Perú es la primera potencia en producción de fibra de alpaca y es el país que mayor número de alpacas alberga (más de 3 millones de ejemplares). Sin embargo, la gran mayoría de productores alpaqueros en el Perú son considerados pequeños criadores pues tienen como máximo 50 cabezas de alpacas.
Omar Príncipe, funcionario de la Dirección General de Ganadería del Minagri, explicó que un productor promedio en el Perú esquila cada año el 50% de sus alpacas (entre 25 y 30), lo cual le da un poco más de un quintal, es decir, un aproximado de 56 kilos de fibra de alpaca. Por la venta de esa esquila, detalló, el productor puede ganar entre S/1.200 y S/2.000. Las esquilas son una vez al año.
“Estamos hablando de un ingreso mensual muy reducido, que sería en promedio de S/150 o S/200. Por esto, los productores estarían en estado de extrema pobreza, son una población vulnerable”, indicó.
El funcionario refirió que las empresas Michel e Inca Tops manejan el 80% de la compra de fibra de alpaca para la exportación, pues el mercado nacional casi no consume este producto. En ese sentido, hizo hincapié en que el Minagri ya ha emitido oficios a Indecopi para que se investigue si es detectado algún tema de competencia desleal o de controles de precios.
-Caminos para salir del caos-
Príncipe consideró que se perdería mucho tiempo en el procedimiento si el Estado asumiría la compra de la fibra, y que por eso el Minagri ha planteado a los productores distintas alternativas que les permitan, “de manera más efectiva y en menor tiempo”, generar el incremento de los precios.
Una de las iniciativas ha sido el fortalecimiento de los centros de acopio. Según detalló, los productores aseguran que a través de estos centros pueden obtener mejores precios al estar organizados. Otra ha sido un proyecto de plantas artesanales para la transformación de la fibra de alpaca y la elaboración de hilo artesanal. Este producto, dijo Príncipe, ya tiene un mercado definido en Europa que generará mayores ingresos a los productores. Su ejecución está prevista para enero y febrero del 2020.
Además, el funcionario indicó que ahora se está trabajando en la posibilidad de que el Estado adquiera un porcentaje de la fibra de alpaca de los productores mediante las denominadas compras estatales. Ello se podría concretar a través de los gobiernos regionales o los ministerios. “Por ejemplo, si el Ministerio de Educación decide comprar sombreros para niños, estos estarían hechos de fibra de alpaca”, explicó.
Príncipe mencionó también que el Minagri ha creado incentivos a la competitividad y a la societividad, a fin de que los productores se asocien y así se fortalezcan. Pero, precisamente, este es uno de los puntos de los que adolecen los productores alpaqueros: no tienen representantes ni una dirigencia legitimada.
Roger Flores dijo que, por esta razón, uno de los primeros objetivos a corto plazo de los productores de alpaca de las 14 regiones es reorganizar la Sociedad Peruana de Alpacas Registradas (SPAR). En estas circunstancias de extrema adversidad, es necesario una dirigencia de productores para que el Estado tenga con quién conversar. Así lo piensa Roger Flores, de esa manera lo plantearon en la reunión del miércoles y asegura que van en ese camino.