En su mensaje por Fiestas Patrias, el presidente Martín Vizcarra anunció que se iniciarán “acciones de erradicación del cultivo ilegal de hojas de coca en la zona del Vraem”. Días atrás, el ministro del Interior, Carlos Morán, dijo que esto comenzará en noviembre en distritos de la provincia de Satipo, en el lado norte del Vraem. Pocos días después, se llevó a cabo un paro cocalero en el lado sur. Rubén Vargas, presidente de Devida, explica cómo harán para, por primera vez, destruir cultivos de coca en el mayor emporio del narcotráfico en el país.
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— Hace un año se le preguntó en este Diario si había planes de erradicación en el Vraem. Dijo: “En este momento lo que estamos trabajando para el Vraem es llevar desarrollo”, dejando entrever que no era el momento. ¿Qué ha cambiado en estos meses?
En agosto del 2018 iniciamos un proceso de diálogo con la Fepavrae. A propuesta de ellos, se acordó actualizar el estudio del mercado de la hoja de coca. Eso nos va a permitir saber cuánta hoja de coca consumimos con fines tradicionales. A partir de esa información podemos empezar a decir cuánto se puede permitir el cultivo legal.
— Si hay un diálogo en proceso, ¿cómo se explica que un número importante de cocaleros haya salido a protestar esta semana?
Hay dos grupos que reclaman ser representantes de la Fepavrae. Un grupo desea continuar con el proceso de diálogo, y el otro grupo no conoce al detalle este proceso, y es el que ha encabezado las movilizaciones. También tiene que ver con el anuncio que han hecho el presidente y el ministro del Interior. La erradicación se va a dar en los distritos de la provincia de Satipo, como Río Tambo, donde las organizaciones asháninkas han denunciado la penetración de la coca ilegal y el narcotráfico en sus territorios. Para ellos, la expansión del narcotráfico es una amenaza parecida a la que vivieron con los terroristas.
— ¿Será en noviembre, como anunció días atrás el ministro Carlos Morán?
Hay una programación que ha presentado el ministerio. Probablemente comience en los primeros días de noviembre.
— Morán también comentó que se va a intervenir “en zonas que no son tan calientes”, en referencia a la presencia de columnas terroristas. De todos modos, estos grupos podrían aprovechar para aparecer como defensores de los cocaleros, y robustecerse.
Van a aprovechar y presentarse como defensores de la hoja de coca. Confiamos en la estrategia antiterrorista que se está ejecutando en el Vraem. Hay una diferencia entre el antiguo discurso de “coca o muerte”, y el de ahora, donde conversamos sobre la cantidad que sí pueden cultivar de manera legal.
— ¿Cuántas hectáreas de coca hay en la zona que van a erradicar y cuáles son las metas?
Las organizaciones nativas mencionan que podría haber en sus territorios unas 2 mil hectáreas. Alguien decía: “Oye, vamos erradicando como 200 mil o 300 mil hectáreas desde los 80, pero seguimos teniendo coca. Conclusión: hemos fracasado”. Yo respondería diciendo que si no se hubiera erradicado, tendríamos 50% más coca de la que tenemos ahora. La erradicación tiene como objetivo evitar que la hoja de coca se convierta en cocaína.
— En el 2014 se construyó un campamento para los erradicadores en Pichari (Cusco), pero se destinó a otro uso y la erradicación se postergó. ¿Dónde se concentrarán ahora?
Fue intento frustrado, es cierto. Esta vez, la parte operativa se va a concentrar en Mazamari y Alto Anapati. Son puntos estratégicos que permiten una operación evitando los riesgos de una acción terrorista. El escenario actual no es el que se tenía hace 10 años. El discurso de “coca o muerte” ya no existe, por lo menos en la parte mayoritaria de la organización cocalera. El margen para la reacción de grupos radicales es cada vez más pequeño.
— ¿Se siguen detectando vuelos de narcoavionetas? Se aprobó una ley de interdicción aérea, pero hasta hoy no ha sido aplicada en ninguna ocasión.
Todavía hay rutas aéreas hacia el sur, hacia Bolivia. Se está afinando que el uso de aviones y radares esté alineado a la exigencia que se ha presentado desde los órganos de cooperación internacional.
— Es decir, de los Estados Unidos.
Estamos en la parte final de una negociación en la que está involucrada la cancillería, eso nos va a ayudar a empezar a trabajar con la interdicción aérea.
-Datos-
Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), hasta fines del 2017 había 49.900 hectáreas de hoja de coca en el Perú. De estas, unas 20 mil se concentraban en el Vraem. Cálculos recientes establecen que en el Vraem podría haber 10 mil más.
En lo que va del año se han erradicado más de 19 mil hectáreas de coca en varias regiones del país.
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