"Tres goles", por Jerónimo Pimentel [OPINIÓN]
"Tres goles", por Jerónimo Pimentel [OPINIÓN]
Jerónimo Pimentel

¡Eureka! Troglio aprovechó el receso para hacer la tarea: despercudir al equipo de la pátina de derrotismo que se impregnó en Ate a propósito de la eliminación copera y los problemas de salud de Chale. El contraste, además, fue perfecto desde el gol de Arquímedes Figuera, un cañonazo digno de mejor liga que sirvió de revulsivo para marcar el cambio de etapa. El equipo, torpe aún, lució mordedor, rasgo que aprecia de sobremanera el hincha crema. La administración temporal debe sentir alivio con este primer resarcimiento pero, a la vez, está obligada a conocer el verdadero reto: la inversión hecha exige luchar por objetivos mayores que la sobrevivencia en media tabla. En todo caso, la goleada compra oxígeno y es de esperar días más calmos y frescos en el Monumental.

El Caso Vargas. No parece claro que, más allá de la entrevista con tono de confesión hecha a este Diario, Juan Manuel vaya a tener mucho lugar en la escuadra del técnico argentino, aunque él afirma lo contrario y ha pedido su renovación. La apuesta por la dinámica, clara en la inclusión de Romero y Páucar en el 11 titular, es una noticia complicada para el zurdo, quien deberá ponerse en forma si desea competir. Es muy pronto para llegar a conclusiones pero, por lo visto ante , la idea de Troglio es construir un equipo compacto y peleón que tenga como único lujo a Alexi Gómez, liberado de responsabilidad táctica. No parece haber espacio para dos volantes sin recorrido y Vargas hace mucho que dejó de tener ida y vuelta. La decisión es compleja porque opera en tres niveles: interno, futbolístico y económico. En la única categoría en la que Vargas parece útil es en la primera, por su ascendencia en el plantel y sus vínculos históricos con la institución, aunque ello era más importante cuando la dirección dependía de Chale y Carranza. Desde el punto de vista táctico, no parece haber mucha luz para él y, económicamente, es una inversión cara sin fruto aparente. Quien maneje los hilos de la negociación deberá ser muy fi no para encontrar el balance en estas dimensiones.

Contra la nostalgia. Bengoechea haría bien en tomar nota de las medidas adoptadas por su colega. Cruzado y Ramírez, mediocampistas de mucho pie pero pocos kilómetros, pueden funcionar ante conjuntos cansinos pero sufren en la presión alta, como ya se vio contra Independiente. La ‘U’, sin llegar a ese nivel de intensidad, robó muchos balones antes de que ambos pudieran armar juego, lo que a su vez dejó en orfandad a Aguiar, el sábado con inclinación al ‘blooper’. Es complicado para un equipo que no practica el fútbol de posesión justificar el titularato de dos lanzadores en la volante, pues el riesgo es que se parta en dos al equipo. De Pacheco, Hohberg, Pajoy y Quevedo no se vio mucho más que acciones aisladas a balón parado y su incapacidad para inquietar a Cáceda revela el fracaso de la propuesta. En un punto, la opción de Bengoechea parece un atavismo de la era Markarián; en otro, la ejecución fallida de una idea. Este dilema se resuelve a través de la insistencia o el cambio; el uruguayo deberá escoger cuál es su solución. A pesar de ello, la posición de Alianza en esta copa de verano es cómoda y tiene plantel y margen para corregir. Una idea para empezar a trabajar hoy sería conversar sobre la actitud de los jugadores.

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