Tumbes: este es el panorama en el Cebaf y alrededores por presencia masiva de venezolanos

Alberto Sánchez se lava lo dientes y la cara en uno de los jardines de la avenida Tacna, frente a una agencia de transportes, en Tumbes. Llegó a la ciudad norteña la noche del sábado, pero como le quieren cobrar S/160 por cada pasaje a Lima, no le alcanza el dinero y tiene que vivir en la calle.

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“Estoy con mis dos hijas –una de 8 y otra de 12–, mi hermano. No hay para el hotel y no tenemos otra que dormir en el parque”, cuenta. En su natal Trujillo, en Venezuela, era chofer de buses, pero ahora en Lima lo espera un primo suyo.

José Rodríguez, de 29 años, es otro migrante venezolano que pasó la noche en la avenida Tacna. Sin embargo, a diferencia de Alberto, él compartió un pedazo del jardín con nueve compatriotas suyos, uno de ellos una niña de siete años. “Mi hijo se quedó en Venezuela con sus abuelos”, cuenta.

En el centro comercial Costa Mar, a la altura de la cuadra siete de la calle Abad Puell, el panorama es similar. Decenas de venezolanos conversan o descansan sobre la acera. Este lugar es otro punto estratégico para ellos, pues se ubica una oficina de una conocida empresa financiera. “Aquí la gente envía dinero a Venezuela o recibe un tanto”, refiere Jesús Muñoz, natural de Valencia.

Muchos de estos cientos de venezolanos que pernoctan en las calles de Tumbes viven de la caridad de la gente. Nori, una peruana que años atrás viajó a Estados Unidos durante la crisis que sufría el Perú, les llevó ayer frutas, sánguches, galletas y soya. “Sé lo que es buscárselas en un país que no es el tuyo y una ayuda no se le niega a nadie”, dice.

El Paseo La Concordia, a pocos metros del parque, así le dicen los tumbesinos a su Plaza de Armas, es otro punto de alta concentración de venezolanos en la ciudad fronteriza. En este lugar, muchos se dedican al comercio informal.

-Aumento de Basura- 

El recojo de la basura se ha convertido en uno de los principales puntos críticos en el Centro Binacional de Atención en Frontera (Cebaf) de Tumbes. Este domingo, la mayoría de tachos, colocados en distintos puntos del puesto de control migratorio, colapsó debido a la gran cantidad de desechos que viene generando la presencia masiva de venezolanos que ingresan al país desde la semana pasada y la falta de limpieza en el lugar.

Incluso, algunas instituciones internacionales que prestan apoyo humanitario han solicitado a su personal colocarse mascarillas para evitar contraer posibles enfermedades.

Las zonas más críticas son las que se encuentran entre las carpas instaladas por el Ministerio de Salud, donde todos los venezolanos que llegan se vacunan, y el módulo G, punto donde se concentra la mayor cantidad de niños y madres de familia.

“Ya no tenemos dónde arrojar los pañales porque los tachos están llenos”, comentó una mujer. La situación se agudiza por el sol que suele salir en el día y el intenso calor que se siente.

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