Para crear piezas de arte únicas no solo se requiere una mente creativa, sino también muchas horas de práctica para pasar de ser un aficionado a convertirse en un profesional, y finalmente, en un maestro. César Zárate Flor es consciente de ello y es reconocido como uno de los “Peruanos que suman” debido a su impresionante habilidad en el trabajo del cobre.
El Comercio, en colaboración con el BCP, tuvo el privilegio de visitar la casa y estudio de César Zárate en Moquegua, donde se lleva a cabo la magia que se ve reflejada en sus obras.
La orfebrería no es una tarea sencilla y nuestro “Peruano que suma” ha demostrado una notable capacidad para superar los obstáculos que se le presentaron en el camino. Contó que muchas personas lo desanimaban de seguir este oficio, debido a lo complejo que resultaba.
César logró terminar su carrera de profesor mientras adquiría un mayor conocimiento en la creación de arte en cobre. Su habilidad, tanto para crear piezas originales como para reproducir obras maestras con gran similitud, le ha valido ser invitado a diversos eventos nacionales e internacionales.
“Invito a las escuelas a que vengan y aprecien este conocimiento”, afirmó César Zárate Flor, quien se siente orgulloso de su trabajo.
Nuestro “Peruano que suma” también compartió que la creación de arte en cobre es terapéutica y le ayuda a relajarse incluso en los momentos de mayor estrés. Por ello, dedica mucho cariño a su trabajo, comenzando a las 3 de la mañana y descansando a las 5 de la tarde.