Omar Chehade: "Quien hoy reina y gobierna es Nadine Heredia"
Omar Chehade: "Quien hoy reina y gobierna es Nadine Heredia"

A fines de julio pasado, jugó sus últimas bromas con Ollanta Humala en Palacio de Gobierno. Aquella vez, el presidente lo había llamado para pedirle que ayudara al nacionalismo a retener la presidencia del Congreso. Caminaron juntos por los pasadizos palaciegos: Humala incluso le enseñó una colección de armas. Dos meses después, Chehade recuerda ese pasaje. Presentía que era su última charla con el presidente, dice. Y así fue.

—¿Cómo recibió la comunicación de su separación de la bancada nacionalista? 
No ha sido la bancada. Ha sido una instrucción de Palacio de Gobierno, específicamente de la primera dama, al vocero [Hugo Carrillo] para que ejecute este acto, por lo demás, desleal, poco elegante y poco cortés. La bancada no ha estado enterada del tema. He conversado y estado con ellos el miércoles y jueves en el pleno. Así que lo he tomado, primero, con sorpresa y, segundo, con desilusión, por el puñal en la espalda. Pero al final con alivio, porque así comienza una nueva etapa de mi vida política. 

—¿Qué indicios tiene para asegurar que la decisión fue exclusiva de la primera dama? 
No se mueve una pluma en la bancada, en la vocería y, cuando la teníamos, en la presidencia del Congreso, sin la anuencia de la señora . Esta decisión es consecuencia de mis declaraciones, pero fundamentalmente fue mi votación del miércoles, cuando no apoyé el harakiri político de la bancada de votar en contra de la moción para investigar las agendas. Yo asumo el costo político de mi votación porque era un harakiri intentar blindar a Heredia de esa manera. 

—¿Y no cree que el presidente Humala pudo haber tenido participación en la decisión? 
Obviamente, el presidente tiene conocimiento de todo, pero él no es el que toma las decisiones. Quien toma las decisiones abiertamente es su esposa. 

—¿Se refiere a la bancada o a temas generales? 
Quien toma las decisiones en Palacio de Gobierno, las decisiones parlamentarias, es la señora Heredia. Ella maneja [la bancada] por tuit, chat, teléfono, WhatsApp y, personalmente, a través de dos o tres parlamentarios que ya son conocidos en la bancada por ser voceros, un cargo que emplean para ser sus interlocutores, una especie de soldados, de secretarios de Nadine. 

—A raíz de las últimas renuncias que sufrieron, surgió un discurso uniforme de Hugo Carrillo, Josué Gutiérrez y otros, en que aseguraban que el grupo quedaba con los nacionalistas verdaderos. ¿Cómo queda ahora la bancada? 
Es obvio que dentro de los partidos políticos y, sobre todo en este partido, no existe democracia. Nadie puede opinar diferente a la señora o al presidente. En base a ello siempre hay ayayeros como los que usted ha mencionado. La bancada queda con algunas alfombras humanas que, por tener un puesto, una reciprocidad política, la sensualidad del poder, son capaces de vender su alma al diablo. Ese no es mi estilo.

— ¿Por eso nunca se inscribió en el Partido Nacionalista?
Ellos no cuentan con correligionarios, cuentan con que tienen soldados en un cuartel. Lo hecho conmigo es un claro mensaje amenazador, de advertencia: ‘Si nos comportamos así con nuestro vicepresidente, con nuestro ex abogado, que nos ayudó con ciertas pellejerías, ustedes no llegan a [ser nuestros] prójimos’.

— ¿Este alejamiento no le cambia el panorama de no querer reelegirse y más bien tentar con otro partido?
No he conversado con ninguna bancada, pero no cierro ninguna posibilidad. La decisión de la no reelección parlamentaria la he tomado hace varios meses, lo cual no significa que dejaré de participar en política.

— Pero supongo que ha analizado que para estar en comisiones, en lo que le queda de gestión, necesita pertenecer a una bancada parlamentaria.
En estos momentos, estoy tratando de reorganizarme. Pasando el fin de semana, tomaré una decisión. Tengo que ver los estatutos del Congreso para ver si es pertinente pertenecer a una bancada y así participar de las comisiones parlamentarias.

— Hace tres meses, usted acusó una represalia porque lo sacaron de algunas comisiones. ¿Por qué no renunció?
Yo no quiero generalizar, tengo varios amigos en la bancada nacionalista. Solo hay algunas alfombras humanas, pero mi compromiso ha sido y es con el presidente de la República. Yo conversé varias veces con él, a solas, en estos últimos meses. En todo momento, le manifesté que iba a ser un leal crítico con el gobierno. Pero en un grupo donde se toman decisiones a mano militar, la consecuencia es la represalia.

— ¿Cuándo fue la última vez que conversó con Humala?
Fines de julio. Me convocó poco antes de la elección de la nueva Mesa Directiva. Dimos vueltas por Palacio de Gobierno, fue muy afectuoso conmigo. Recuerdo que estaba vestido con un jean, una camisa blanca y una casaca sport de la Fuerza Aérea, incluso le gasté unas bromas. Conversamos alrededor de 40 minutos, y le mostré mi preocupación por las imputaciones contra su esposa, el manejo de gobierno y por la forma de enfrentarse diariamente a adversarios políticos y medios de comunicación. Le propuse que ofrezca una tregua en aras de la agenda del país.

— ¿Y qué respondió?
Me miró, sin responderme, con una mirada triste. Nos abrazamos y nos despedimos como buenos amigos. En el fondo, tuve la sensación de que era la última vez que nos veríamos en Palacio de Gobierno.

— ¿Alguna vez él tomó en cuenta algunos de sus consejos?
Yo fui una de las pocas personas que, hace año y medio, le dijo que parchara con sus adversarios. Le dije que teníamos un ambiente enrarecido apuntando hacia una ingobernabilidad. Le dije que se reuniera con sus adversarios para negociar transparentemente una tregua. Le dije que perdía el tiempo peleándose con los medios. No me hizo caso, se la dio de canchero, diciendo que tenía experiencia en esto, que era su segunda gestión: la primera como oposición y la segunda como gobierno.

— ¿El presidente no lo ha llamado después de la carta que usted le envió el jueves?
Recibió el documento, lo demás ya queda en interno.

— O sea que tiene conocimiento de que la recibió al instante.
La recibió y la leyó en el acto. Por decencia personal, guardo en silencio lo que sucedió en los minutos posteriores a las 8 de la noche de ayer [jueves], cuando dejé la carta en su despacho.

— ¿Y cuándo fue la última vez que conversó con Nadine?
Eso fue la segunda semana de junio. Ella me convocó por su situación complicada para que saliera a defenderla a los medios. Me dio la impresión de un gesto de molestia cuando le recomendé que fuera ella la que salga a enfrentar las cosas y se someta a los designios de la justicia. Nunca más la volví a ver.

— ¿Cuánto poder tiene realmente la primera dama?
Se le ha ido de las manos al presidente. La señora Heredia se ha creído el cuento de la frasecita huachafa de la ‘pareja presidencial’, que es inconstitucional y delictiva. Quien reina y gobierna hoy en día es ella.

— ¿Cree que es su letra la que aparece en las agendas?
No lo sé. Pero lo que aparece allí en los temas de estrategia judicial, dentro de la legalidad, coincide con la realidad.

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