Aborda la protección de la biodiversidad, la gestión de los recursos y el reconocimiento de la pobreza. (Foto: Presidencia de la República)
Aborda la protección de la biodiversidad, la gestión de los recursos y el reconocimiento de la pobreza. (Foto: Presidencia de la República)
Redacción EC

El Pacto del Bicentenario es un documento que busca comprometer a los candidatos a la Presidencia de la República para las a respetar los valores democráticos, la defensa de las personas y el orden institucional. Está basado en diez puntos que abordan, entre otros, la protección de la biodiversidad, la gestión de los recursos y el reconocimiento de la pobreza.

MIRA. Excongresista Víctor Crisólogo fallece en Nuevo Chimbote por COVID-19

“Conscientes de la crisis de confianza, de la crítica situación política, social y económica por la que atravesamos y de la impostergable necesidad de darle estabilidad, contenido y rumbo claro, transparente y comprometido al Perú a partir del próximo gobierno, hacemos este llamado a quienes aspiran a ser presidentes”, inicia.

Como punto número uno señala que el Perú es una República basada en los valores del Estado Constitucional de Derecho, así como la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad. “Deben primar el honor, la privacidad, la presunción de inocencia, la integridad, la honestidad intelectual, la paz social y la igualdad frente a la ley en el marco de nuestra Constitución y las leyes”, refiere.

Además, aborda el respeto, sin exclusión, de los derechos humanos, la libertad de expresión y de prensa, así como deplorar “todo intento de imposición de cualquier Verdad Única que anule el derecho a elegir”.

“Asimismo, debemos rechazar la violencia de cualquier naturaleza, el insulto, el maltrato, el menosprecio y la estigmatización de cualquier índole”, precisa.

Otro punto a destacar es el “respeto irrestricto al equilibrio de poderes” y la rendición de cuentas públicas.

En el cuarto punto, destaca el reconocimiento de la pobreza y la pobreza extrema, que “solo pueden superarse mediante el crecimiento sostenido y plural de nuestra economía, la priorización absoluta de una educación superadora, la salud preventiva integral, el acceso al agua potable”, entre otros.

“El Estado debe ejercer el principio de autoridad, gestionar eficaz y eficientemente todos los recursos. Todas sus decisiones deben ser realistas, profundizar la cooperación con el sector privado, con los distintos estamentos de la sociedad y favorecer la solidaridad procurando el bienestar general sin exclusiones”, menciona en el sexto punto.

La protección de la biodiversidad está enfocada como sétimo aspecto, mientras que el octavo está referido a la crisis de la confianza y los valores ciudadanos.

El Pacto del Bicentenario menciona que quien resulte presidente de la República para el período 2021-2026, contará con el “suficiente respaldo político de nuestras bancadas que resulten electas y así dotaremos a su gobierno de la estabilidad indispensable y de los mecanismos suficientes para que pueda ejercer el poder legítimo obtenido en las urnas”.

Finalmente, compromete a quienes los suscriban a reafirmarse como los primeros servidores del país al ejercer la Jefatura de Estado.

Diversas personalidades de una variedad de sectores han suscrito este documento que se puede encontrar . Entre ellas figuran Víctor García Toma, Javier González-Olaechea, Luis Lamas Puccio, Jaime de Althaus, Delia Muñoz, Roque Benavides, Madelaine Osterling y Carlos Neuhaus.

Cambiar la política

Según Javier González-Olaechea, autor del documento, la iniciativa surgió luego de la crisis política que se generó en noviembre pasado, a raíz de la vacancia de Martín Vizcarra.

“Preocupadas algunas personas por los sucesos y los impactos en la economía, en la salud pública y en la democracia peruana, me puse a pensar en alguna solución. Tras 16 versiones, surgió la versión final del Pacto del Bicentenario”, aseguró a El Comercio.

Gonzáez-Olaechea explicó que el Pacto, que ha sido firmado por un “espectro amplio, ideológicamente hablando” tiene como finalidad “cambiar la forma de hacer política” en el país.

“Es una solución práctica y busca un cambio en la cultura política. Estamos acostumbrados a no escucharnos y los diálogos, que son poco frecuentes, son inconducentes”, sostuvo.



Contenido sugerido

Contenido GEC