Fernando Alayo Orbegozo

El presidente cumplió su propio vaticinio de abril pasado, cuando se confundió y llamó “ministra” a la entonces jefa del Comando COVID-19, . Tres meses después, la tenía al frente tomándole el juramento como nueva titular del Ministerio de Salud (Minsa).

En pleno estado de emergencia nacional, la designación de Mazzetti –en reemplazo de – asoma como el cambio más significativo dentro del nuevo Gabinete Ministerial, presidido por Pedro Cateriano. Sobre todo porque es la tercera persona que ocupa el cargo durante esta crisis sanitaria.

No es la primera vez que lidia con el sector ni con una pandemia: fue ministra de Salud durante el gobierno de Alejandro Toledo, entre febrero del 2004 y julio del 2006. En ese período, se empezaron a reportar casos de la denominada “gripe aviar” en Asia, por lo que organizó un encuentro de ministros latinoamericanos para tomar acciones preventivas frente a un posible brote epidémico en la región.

11 nuevos integrantes tiene el Gabinete Cateriano. Seis fueron ratificados en sus cargos y dos pasaron de un sector a otro.


Tras esa experiencia, asumió la jefatura de distintas organizaciones médicas del país hasta este año, cuando Vizcarra la nombró directora del Comando de Operaciones . Con este cargo, alcanzó un nuevo protagonismo –en parte– por sus declaraciones directas: por ejemplo, tildó de “traidores a la patria” a quienes especulaban con el precio del oxígeno medicinal.

El Colegio Médico del Perú saludó su designación, pero le pidió “que restituya el diálogo” entre el gremio y el Ejecutivo que, según consideraron, se había roto con Zamora. “[Ella] se debe acercar a las partes técnicas aunque estas sean divergentes, una circunstancia que no existió con el hoy exministro”, dijo el decano nacional, Miguel Palacios Celi.

En su primer discurso como ministra en la sede del Minsa, Mazzetti esbozó uno de los lineamientos de su próxima gestión: “Dondequiera que estemos, en cada una de las regiones, tenemos el reto más grande de nuestras vidas; que no permite dejadez. Porque si siempre me he demorado en pasar este papelito y alguien se moría, ahora me demoro unas horas y varias personas se mueren. Nuestros papelitos son seres humanos”.

Sectores claves

También hubo cambios en otros sectores claves para la lucha contra el COVID-19. El teniente general de la Fuerza Aérea del Perú Jorge Montoya Pérez juró como nuevo ministro del Interior en reemplazo de Gastón Rodríguez, quien tenía menos de tres meses en el cargo.

Su despacho tiene la misión de gestionar el orden interno durante el estado de emergencia a través de la Policía Nacional. A principios de julio, la institución reportó que 243 policías habían fallecido por la pandemia y 15.000 resultaron infectados por el virus.

En la cartera de Trabajo asumió Martín Ruggiero Garzón por la saliente Sylvia Cáceres. Este sector tiene como reto el revertir las tasas de desempleo generadas por el aislamiento social obligatorio en el ámbito nacional (solo en Lima se calcula que se han perdido 2,6 millones de trabajos por la cuarentena), así como elaborar las políticas pertinentes para promover empleos.

Al Ministerio de la Producción (Produce) llegó José Salardi Rodríguez, quien tiene experiencia en este mismo sector y como presidente del consejo directivo del Organismo Técnico de Administración de los Servicios de Saneamiento (Ottas), entre otros cargos públicos. En tanto, la extitular del Produce Rocío Barrios pasó a la cartera de Comercio Exterior y Turismo.

Zeballos se despidió con esta frase: “Me duele en el alma la pobreza y la exclusión que aún persisten”. (Fuente: Midis)
Zeballos se despidió con esta frase: “Me duele en el alma la pobreza y la exclusión que aún persisten”. (Fuente: Midis)

Otro cambio significativo fue el de Carlos Lozada, que salió del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) para asumir el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento. Como su reemplazo en el MTC fue nombrado el exviceministro de Transportes Carlos Estremadoyro.

Este ministerio es particularmente sensible, ya que precisamente ayer se reanudó el transporte terrestre y aéreo entre las 18 regiones que no tienen cuarentena general, lo que provocó grandes aglomeraciones en las diferentes estaciones de buses interprovinciales y aeropuertos del país.

En el despacho de Desarrollo e Inclusión Social, que gestiona los programas sociales, fue designada Patricia Donayre. Llegó al anterior Congreso con Fuerza Popular, partido al que renunció en setiembre del 2017 para pasar a la desaparecida bancada de Peruanos por el Kambio, a la que también renunció posteriormente.

Ayer se pronunció en Canal N sobre su reciente nombramiento y la pandemia: “Es un momento sumamente complicado. Lo sé. Creo que vamos a tener que trabajar con más fuerza y más firmeza, y ver qué más se puede hacer para mejorar las condiciones de las personas más vulnerables”.

Ratificaciones e interpelaciones

El presidente Vizcarra ratificó a seis ministros en sus cargos: Gloria Montenegro (Mujer y Poblaciones Vulnerables), Jorge Montenegro (Agricultura y Riego), Walter Martos (Defensa), Alejandro Neyra (Cultura), Martín Benavides (Educación) y María Antonieta Alva (Economía y Finanzas).

Con las salidas de Vicente Zeballos (ex primer ministro), Fernando Castañeda (Justicia), Ariela Luna (Midis) y Víctor Zamora, solo Benavides y Alva enfrentan posibles interpelaciones del Congreso en el Gabinete Cateriano. Para el resto de sectores, los parlamentarios tendrían que volver a presentar mociones contra los nuevos ministros.

En el caso de Benavides, cuya interpelación está pendiente de votación en el próximo pleno, se planteó un pliego interpelatorio referido a presuntas irregularidades cometidas por la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu).

Según algunos congresistas y miembros de la Comisión de Educación, la Sunedu habría favorecido a la Universidad Tecnológica del Perú (UTP) y la Universidad Privada Peruano Alemana (UPAL) en sus licenciamientos. Benavides era jefe de la Sunedu durante estos procesos, y calificó esas acusaciones como “parte de una campaña de desprestigio con fines políticos y económicos” contra la reforma universitaria.

En el caso de María Antonieta Alva, un grupo de congresistas de Unión por el Perú y el Frente Amplio, con el apoyo de legisladores de Podemos, presentaron una moción para interpelarla por las medidas tomadas por el Gobierno para afrontar la crisis económica debido al COVID-19. Los parlamentarios consideraron que estas no fueron efectivas durante la emergencia.

Alva se pronunció en junio sobre esa moción: “Hemos trabajado muy duro. En un acto democrático, responderemos con honestidad y claridad todas las preguntas”.

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