La magistrada Marianella Ledesma Narváez asumió esta mañana la presidencia del Tribunal Constitucional para el período 2020-2021. Ella se convierte así en la primera mujer en la historia de la institución en ejercer dicha función. De esta manera, el TC inicia hoy un nuevo año jurisdiccional, que estará marcado por decisiones que definirán el escenario político-constitucional del país.
Augusto Ferrero Costa asumió el cargo de vicepresidente y Ernesto Blume Fortini –quien fue presidente del TC en el período 2018-2019– el de director general del Centro de Estudios Constitucionales (CEC).
- Casos emblemáticos-
Marianella Ledesma Narváez anunció los principales lineamientos y propuestas de su gestión y, en ese contexto, planteó variar la clasificación de los llamados “casos emblemáticos” para tener en cuenta su trascendencia y no la persona involucrada.
“Actualmente, los casos son procesados en estricto orden de ingreso, pero se hace una excepción con los llamados ‘casos emblemáticos’. Hasta el momento no hay una definición clara de este calificativo. Normalmente se viene haciendo en función de la notoriedad de la persona involucrada. En lo personal, considero que ese enfoque debe ser revisado, de modo que se califique de emblemáticos a los casos en función de la materia en debate, de trascendencia constitucional de ésta, y no de la persona involucrada”, remarcó.
Marianella Ledesma, en su primer discurso luego de jurar en el cargo, cuestionó cómo se han identificado los casos que han recibido un trato preferencial dentro del TC.
“Anuncio que propondré al pleno de este TC variar el referente que se utiliza para la calificación del caso emblemático”, enfatizó.
Otro punto que la nueva presidenta del TC resaltó como uno de sus cinco lineamientos de gestión fue la transparencia en la deliberación entre magistrados, por considerar que la ciudadanía tiene el derecho de participar democráticamente en los procesos de mayor relevancia.
“Anuncio que insistiré en plantear al pleno del TC, la reforma del Reglamento Normativo del Tribunal Constitucional a fin de que se pueda permitir la absoluta transparencia de las deliberaciones del pleno del Tribunal Constitucional, sobre todo en casos de gran repercusión nacional”, sentenció.
Ernesto Blume, quién dejó el cargo de presidente del Tribunal Constitucional (TC) aseguró que durante sus dos años de gestión han actuado con autonomía y ajeno a toda presión mediática.
“El Tribunal Constitucional se ha desenvuelto con absoluta autonomía frente a cada uno de los poderes públicos y órganos constitucionales involucrados, y ajeno a toda presión mediática, a tal punto que, a estas alturas, nadie puede poner en duda que, por el papel desempeñado, el Tribunal Constitucional ha sabido legitimarse en base a la posición adoptada frente a las controversias sometidas a su conocimiento”, aseguró.
—Demanda competencial—
Fuentes del TC informaron a El Comercio que Ledesma tiene entre sus planes darle más relevancia a los procesos que llevan meses –y hasta años– a la espera de ser resueltos. Además, de entablar una administración marcada por el respeto igualitario.
Con el inicio del año, el pleno del TC deberá emitir su pronunciamiento de fondo sobre la demanda competencial que el titular de la Comisión Permanente, Pedro Olaechea, presentó contra la disolución del Congreso. Es decir, los siete magistrados de la entidad definirán si la decisión del presidente Martín Vizcarra –alegando que se le denegó la cuestión de confianza de manera fáctica– es constitucional o no.
Fuentes de la institución señalaron a El Comercio que el ponente de este caso, el magistrado Carlos Ramos Núñez, viene trabajando en la elaboración del borrador de lo que podría ser la decisión final de esta controversia.
Según las mismas fuentes, Ramos tiene previsto entregar su ponencia el jueves 9 de enero, a fin de que se inicie el debate entre los integrantes del pleno.
Desde el TC descartaron que el magistrado Ernesto Blume tenga previsto un proyecto alterno al de Ramos. “Esa versión es falsa, porque, incluso, el mismo señor Ramos no ha presentado aún ningún documento sobre el cual se vaya a elaborar otro. Además, no hay nada de cierto en eso”, señalaron.
En el mismo sentido, otras fuentes afirmaron que “solo habrá una ponencia”. “El miércoles 11 de diciembre se le pidió al señor Omar Sar, coordinador de la Comisión de Procesos Constitucionales, que remita y entregue todos los antecedentes vinculados a este caso [al magistrado Ramos], de modo que no habrá proyecto alterno”, afirmaron.
Las fuentes coincidieron en señalar en que cualquier fallo que se emita “no será por unanimidad”.
Tras la elección de Ledesma como presidenta del TC, las fuerzas dentro del organismo quedaron más divididas. Si antes había dos bloques claramente definidos al interior de la histórica Casa de Pilatos, hoy hay más, lo que podría influir al momento de las votaciones.
Además, la entidad estará una vez más ante el escrutinio público por la decisión que adoptará. En el 2019, la decisión del pleno del TC sobre el Caso Keiko Fujimori –que dividió a sus siete magistrados– generó cuestionamientos de la opinión pública.
No obstante, la decisión sobre la lideresa de Fuerza Popular, que fue adoptada por mayoría, podría quedar insubsistente si el Poder Judicial decide –otra vez– admitir el pedido del Ministerio Público y ordenar prisión preventiva para la excandidata presidencial, quien es investigada por el Caso Odebrecht.
Tras la resolución de este caso, las fuerzas dentro del TC quedaron en evidencia, pese a que Ernesto Blume descartó cualquier formación de bloques políticos-ideológicos en la institución.
Las coincidencias de pareceres personales como jurisdiccionales ubican a Blume en un grupo junto a José Luis Sardón de Taboada y Augusto Ferrero Costa. Mientras que el otro grupo lo integraban Manuel Miranda, Marianella Ledesma y Eloy Espinosa-Saldaña. El magistrado Carlos Ramos tenía el papel de inclinar la balanza entre ambas fuerzas.
Actualmente, además, Espinosa-Saldaña y Ramos Núñez guardan distancia de la elección de Ledesma como presidenta del TC. Para ambos, fue una sorpresa ingrata, ya que los dos estaban interesados en ocupar el cargo. Incluso, recuerdan las fuentes, Ledesma había anunciado que votaría por Espinosa- Saldaña.
Esto cambió cuando Ledesma, de manera inesperada, obtuvo el voto mayoritario de Blume, Sardón y Ferrero (además de su propio voto).
Ahora, la correlación de fuerzas en el TC podría manifestarse en la resolución de la demanda competencial entre el Ejecutivo y el Congreso.
—Otros asuntos por resolver—
Pero el TC no solo debe adoptar decisiones sobre casos que definen la coyuntura política y social del país; también debe analizar sus problemas internos.
Uno de los primeros casos que deberá analizar es el de su secretaria general, Susana Távara Espinoza, quien denunció al magistrado Eloy Espinosa-Saldaña por violencia psicológica.
En el caso está pendiente que el pleno del TC escuche la versión de Espinosa-Saldaña, ya que cuando se interpuso la denuncia el magistrado estaba con descanso médico.
Otro tema pendiente es determinar si se lleva a debate del pleno del TC el caso del magistrado José Luis Sardón, quien se ha visto envuelto en la investigación a Keiko Fujimori, debido a que su cuñado, de acuerdo a la fiscalía, figura como un falso aportante a la campaña electoral de la lideresa de Fuerza Popular.
Según la fiscalía, su cuñado Javier Viso López de Romaña habría aportado S/30 mil a la campaña de Fujimori. José Luis Sardón de Taboada, cabe recordar, votó por la excarcelación de la lideresa de FP.
Sobre el tema, Sardón ha dicho: “No puedo saber todo lo que hacen mis cuñados”.
“En mi familia –como en muchas otras familias peruanas– hay quienes simpatizan y hay quienes detestan al fujimorismo. Ello no incide nada en mi afecto por ellos, ni menos en mi trabajo jurisdiccional”, dijo tras conocerse sobre el tema.