Martín Vizcarra estuvo en Purús. Espera dejar la posta presidencial en el 2021 "con un país encaminado al desarrollo". (Foto: Rolly Reyna / El Comercio)
Martín Vizcarra estuvo en Purús. Espera dejar la posta presidencial en el 2021 "con un país encaminado al desarrollo". (Foto: Rolly Reyna / El Comercio)
Diego Chirinos

—¿Por dónde empezará su gobierno para reactivar la economía?
Tenemos que incentivar la inversión privada. Y para ello debemos mejorar de manera significativa la inversión pública a fin de darle confianza al inversionista. En este año, nosotros creemos que habrá importantes nuevos proyectos que se iniciarán.

—¿Cómo cuáles?
Tenemos [los proyectos mineros] Mina Justa, la ampliación de Toromocho y la posibilidad del inicio de Quellaveco, proyectos que sumados son más de US$10.000 millones que podrían ingresar. Queremos que se adjudiquen nuevos puertos como Puerto Salaverry, tramos de carreteras sin concesionar de la Panamericana, la Longitudinal de la Sierra.

—¿Tía María es un proyecto difícil en el corto plazo?
Todavía tiene que discutirse con la población. Explicarse adecuadamente para que cuando lo reconozcan como generador de progreso y desarrollo sin riesgos ambientales ahí vaya adelante. Hay que hacer ese trabajo.

— Suena difícil de concretar en los meses que quedan de este año.
Poner plazos puede dificultar el diálogo. Aunque sí, este año es difícil que salga Tía María.

—Parte de sus prioridades para reforzar las finanzas públicas responden a un paquete tributario. Si no surtiera efecto, ¿cuál es el plan B?
Queremos aumentar la inversión pública disminuyendo gastos superfluos. Alquileres millonarios, consultorías que se duplicaron en los últimos años y que suman fácilmente S/2.000 o S/3.000 millones que podemos regresar al Estado como gasto de inversión. También hay que aumentar la recaudación.

—¿Hay algún plan B?
Estamos en tasas de recaudación tan bajas que elevar de 12% a 14% es absolutamente factible.

—¿Realizarán auditorías ante una eventual denuncia por esos presuntos gastos injustificados?
Sí, pero a través de los canales establecidos, como la contraloría o el Ministerio Público. No vamos a tapar absolutamente nada de lo que encontremos.

—El paquete tributario incluye una eliminación de exoneraciones a determinadas regiones. ¿Quién va a definir esa eliminación?
Va a decidirse de manera conjunta, las autoridades con la sociedad civil. Porque las exoneraciones tienen el propósito de beneficiar a una región y muchas veces se termina beneficiando solamente a algunos de sus empresarios. Esa exoneración no llega al bolsillo de la ciudadanía.

—¿La palabra final será de la gente, como sostuvo el primer ministro?
Eso se trata de liderazgo. Llevar una idea, convencer y, finalmente, aplicarla. De discutir con ellos, de decirles que miren las ventajas de esta opción.

—¿Se retrocederá en algún proyecto de infraestructura? El gasoducto y la refinería de Talara siempre están en el ojo de la oposición.
Independientemente de la conveniencia o no de la refinería, es tal el nivel de ejecución del proyecto que ahorita no tendría ninguna lógica paralizarlo. Tampoco el gasoducto.

—Una supuesta revisión de peajes en camino preocupa al sector privado. ¿Habrá o no una revisión?
A veces se malinterpretan los conceptos. Queremos tener vías de comunicación, carreteras en buen estado. Y eso no lo podemos lograr sin peajes. Tenemos que mantenerlos.

—¿Y respetarlos?
Los peajes se tienen que respetar. Si se encuentra una irregularidad, se tiene que revisar. Pero esa es la excepción, no la regla. No es que la regla sea: “Vamos a revisar todos los peajes”.

—¿La diversificación productiva será una política de su gobierno?
Lo que estamos haciendo ahora es ver qué tan beneficiosa era para analizar si la retomamos.

—¿Hay una voluntad de retomarla?
Sí, pero sincerada a lo que realmente sea de utilidad para el país. No como estaba planteada, sino con ajustes adecuados a nuestra concepción de lo que es útil para los pequeños o microempresarios.