Hace un año, Martín Vizcarra señaló que la negación fáctica de la cuestión de confianza le brindó la potestad de disolver el Parlamento. (Foto: GEC)
Hace un año, Martín Vizcarra señaló que la negación fáctica de la cuestión de confianza le brindó la potestad de disolver el Parlamento. (Foto: GEC)
José Carlos Requena

Hace exactamente un año, el diario oficial “El Peruano” publicaba la confirmación legal de los sucesos del ajetreado día previo. , del 1 de octubre del 2019, recoge –en lenguaje burocrático– la seguidilla de eventos que llevaron al dramático desenlace de la tarde del lunes 30 de setiembre del 2019, anunciados desde la noche anterior, cuando el presidente Martín Vizcarra respondió una larga entrevista en “Cuarto poder”.

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Como puede verse en el texto de la disposición legal, el 30 de setiembre empezó casi dos años antes, exactamente el 15 de setiembre del 2017, cuando el Congreso dominado por la mayoría fujimorista . Era su primera bala de plata.

Contra lo que podría pensarse, si se considera que los actores políticos actúan con base en estímulos, la pita se fue tensando tanto que el golpe parecía inevitable. El decreto supremo detalla lo que pasó en las horas previas al mensaje en que Vizcarra disolvió el Congreso.

Desde su parcial punto de vista, describe que “el 27 de setiembre del 2019, el presidente del Consejo de Ministros, Salvador del Solar Labarthe, ”; que “el 30 de setiembre del 2019, el Congreso se negó a recibir al presidente del Consejo de Ministros, pese a la potestad del artículo 129 de la Constitución”; que “tras la cesión de la palabra por un congresista y no porque esta le haya sido concedida directamente por la Mesa Directiva, pudo presentar cuestión de confianza solicitando que se modifique y adecúe el procedimiento de selección de magistrados del Tribunal Constitucional antes de proseguir con la votación de los candidatos declarados aptos”; que, pese a ello, “no se sometió a debate ni a votación, sino que se continuó con la elección, pese a la falta de transparencia y de mecanismos para la plena participación de la ciudadanía, advertidas por el Poder Ejecutivo”.

Por todo lo dicho, “el Congreso negó la confianza presentada por el presidente del Consejo de Ministros en la fecha”. Esta interpretación, corazón del recurso de Vizcarra, fue controversial en su momento, pero tuvo una bendición constitucional con el fallo del TC de enero del 2020.

¿Fue un golpe lo que hizo Vizcarra hace un año? Si sirve de guía la pregunta que hace el Latin American Public Opinion Project de la Universidad de Vanderbilt (Lapop), .

La tolerancia en el Perú a esta salida “cuando el país enfrenta situaciones muy difíciles” es la mayor en la región, y marcadamente alta, según Lapop para el bienio 2018-2019 (58,9%), muy por encima del segundo país en el ránking (México, 28,1%).

Ha pasado mucha agua bajo el puente en un año. Pero es claro que el resultado (“una salida al evidente entrampamiento político”, en palabras de Vizcarra) está lejos de alcanzarse. La temporada electoral abre un espacio para poder hallar un rumbo.

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