Mario Vargas Llosa ve con optimismo el futuro de América Latina

Una sensación de pesimismo inundó ayer el auditorio de la Universidad de Lima al concluir la ponencia del escritor boliviano Juan Claudio Lechín sobre el futuro de la libertad en América Latina. Lechín fue uno de los invitados de la Fundación Internacional para la Libertad para participar en el seminario internacional América Latina: Oportunidades y Desafíos, que contó con intervenciones del más alto nivel de políticos y pensadores latinoamericanos.

Lechín describió cómo –en su opinión– Cuba inunda la región con sus ideas e incluso logra dominar la diplomacia latinoamericana a través de Celac, Unasur y el ALBA.

Sostuvo que la estrategia del castrismo para debilitar la democracia es utilizar los mecanismos que esta facilita. Pidió poner atención a ello, pues parte de esta estrategia es enviar a sus ciudadanos de manera silenciosa a diferentes países en la región para ayudar a que los políticos afines a sus ideas alcancen y controlen el poder.

Al concluir Lechín, Mario Vargas Llosa, organizador del encuentro, tomó la palabra para
clausurar el seminario. El Nobel aprovechó el cierre para discrepar con el escritor boliviano: “Es una bellísima ficción que no corresponde a la realidad”.

Vargas Llosa aseguró que hay razones para ser optimistas respecto al futuro de la libertad en América Latina. Dijo sentirse seguro de que no más del 10% de jóvenes latinoamericanos cree en modelos fallidos como el cubano o el venezolano. “Quién
puede desear algo como Cuba”, sostuvo.

Consideró destacar el hecho de que, en la región, las personas estén comprendiendo
que la democracia, a pesar de sus limitaciones, es el mejor modelo.

También participó en el seminario el director periodístico de El Comercio, Fernando
Berckemeyer.

En su ponencia, Berckemeyer expresó su admiración por Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, y Mitzy Capriles, esposa del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, quienes intervinieron el jueves en el foro.

“Son dos ejemplos muy elocuentes de lo que tal vez sea la idea central de todo
aquello en lo que creemos: la idea de que la libertad de cada individuo es, en el fondo,
irreductible, y de que no hay cárcel ni amenaza que pueda impedir que uno piense lo
que piensa y que rechace determinadas cosas, al menos, mientras uno esté decidido a
comprarse sus causas. Va toda mi admiración para ellas dos, así como todo el compromiso del Diario al que represento con su causa”, dijo.