La lista de Pedro Olaechea se impuso a la de Daniel Salaverry. (Foto: César Campos)
La lista de Pedro Olaechea se impuso a la de Daniel Salaverry. (Foto: César Campos)
José Carlos Requena

La elección de como presidente del Congreso ha sido leída, principalmente, como el retorno de al control del Parlamento. Pero esta mirada es solo parcial y hasta podría ser audaz, si se recuerda que, hace solo un año, la mayoría parlamentaria celebraba la victoria de quien ayer fue su rival, Daniel Salaverry.

Aunque Olaechea fue elegido con los anticipados votos de Fuerza Popular y lleva en la Mesa Directiva a Karina Beteta, una de sus más connotadas voceras, ello no necesariamente debería significar que su gestión será manejada por la bancada naranja. No está de más recordar que a Salaverry lo acompañaron durante toda su gestión tres miembros de Fuerza Popular (los experimentados Segundo Tapia y Leyla Chihuán, y la repatriada e impredecible Yeni Vilcatoma), sin que ello haya evitado que, desde muy temprano, marcara su juego propio.

Dados sus antecedentes, Olaechea seguramente no será menos autónomo que su predecesor, aunque sus posiciones han guardado habitual coincidencia con Fuerza Popular. Así, más que rehén de votaciones, el nuevo presidente pasaría a ser un rostro más amable de la mayoría parlamentaria, pero guardando un perfil propio que no lo desdibuje.

La votación de ayer también marca el retorno de dos actores que habían permanecido algo arrinconados desde que el presidente planteara su (alocada) agenda reformista, el 28 de julio del 2018. Se trata de Fuerza Popular, la mayoría parlamentaria que ha hecho, una vez más, alarde de su principal (¿y único?) valor: su superioridad numérica. Mostrados principalmente en torno a los blindajes, ayer Fuerza Popular pudo imponer sus votos y marcar una holgada victoria.

El otro actor relevante que retorna es el sector conservador dentro del Congreso. Olaechea y su bancada, Acción Republicana, aglomeran al grupo de parlamentarios que tradicionalmente han defendido posiciones cercanas a la agenda de grupos religiosos conservadores.

La más notoria participación de Olaechea en estas lides fue su apoyo al colectivo Con mis Hijos no te Metas. Otro momento en que Olaechea no dudó en marcar posición fue cuando se convirtió en uno de los únicos tres parlamentarios que votó en contra de la ley de paridad y alternancia.

Al margen de sus posiciones personales y el énfasis economicista que le pueda plasmar a su gestión (vista su experiencia empresarial y gremial), será clave el tono que Pedro Olaechea le imprima a su liderazgo parlamentario en torno a la protección de funcionarios cuestionados, siendo el caso más notorio el de el exfiscal de la Nación Pedro Chávarry.

Si el del presidente Vizcarra no trae sorpresas, el año que se inicia hoy podría estar marcado por una constante tensión, que requerirá un ánimo de mayor conciliación y decisión tanto de parte del Ejecutivo como del Legislativo.

El ‘pecheo’, muy aplaudido durante el último año, podría dar paso al contacto ‘hombro con hombro’, muy común en las disputas por el balón en un partido de fútbol.