(Composición: El Comercio)
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Diana Seminario

Nuestra política se ha convertido en los últimos días en una suerte de lamentable ficción. El grupo de congresistas que sigue a y que se autodenomina los ‘avengers’ es una triste metáfora de que en el Perú los políticos le dan la espalda a la realidad y prefieren la ficción de inexistentes superhéroes a la terrible realidad que nos acecha.

El Perú se paraliza por un paro agrario que cobra dos muertos, el Estado tiene que comprar excedentes de papa para calmar las iras de los productores. Bloquean impunemente la Carretera Central. La noticia preocupa, algunos hablan de infiltrados, la vida de dos compatriotas parece ser lo que menos importa en este conflicto.

El debate político empieza a centrarse en los ‘superpoderes’ de inexistentes superhéroes y quién de este grupo acompaña o no al presidente Kuczynski a la inauguración de una obra. El intercambio de insultos entre una mayoría parlamentaria y sus disidentes pareciera que fuera la prioridad en el Parlamento.

Y mientras hay quienes se entretienen en pensar y especular quién representará al fujimorismo en el 2021, el presidente de la República se hace el desentendido con los indicios de irregularidades y perversos conflictos de intereses que pesan sobre él. Es mejor imaginar a quién de sus dos hijos apoyaría Alberto Fujimori en la contienda presidencial. Hablar en clave naranja siempre suele generar más réditos.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos convocó a una audiencia que se centró el indulto a Alberto Fujimori, mientras en el Perú los derechos humanos de las niñas parecieran inexistentes.
Quienes se rasgan las vestiduras por que se revoque la gracia al ex presidente porque durante su gobierno violó sistemáticamente los derechos humanos no dicen una palabra de que a una niña de apenas 11 años la secuestraron de la puerta de una comisaría, la violaron, la estrangularon y luego la quemaron. ¿Dónde está el activismo para que se haga justicia con esta niña que no merecía morir de esa manera? ¿Tocan a una tocan a todas?

El norte peruano sigue en ruinas, las lluvias del año pasado lo dejaron devastado y no se avizoran cambios. La “reconstrucción con cambios” se quedó en una mera frase, tan lamentable como el “Gabinete de la reconciliación”. Nos encanta llenarnos de nombres, dar denominación a los años y seguir debatiendo reformas que nunca verán la luz. No nos atrevemos a abordar los problemas porque estamos entretenidos en el escándalo del momento y en cómo dañar al enemigo de turno.
De tanto hablar de corrupción, llegará el momento en que nada nos sorprenda y que dará lo mismo quién gobierne.

Pareciera que existiesen dos países: uno en el que el principal problema es un indulto presidencial y la suerte de un grupo de parlamentarios conocidos más por sus exabruptos que por sus aportes, y el otro donde asesinan a niñas luego de ultrajarlas.
Somos un solo Perú, pero con las prioridades invertidas.

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