Esta semana, el titular de la Mesa Directiva calificó de nefasta la ley de financiamiento ilícito a partidos políticos, que su bancada respaldó. El vocero Carlos Tubino dijo que ese mensaje lo sorprende. (Foto: Hugo Pérez)
Esta semana, el titular de la Mesa Directiva calificó de nefasta la ley de financiamiento ilícito a partidos políticos, que su bancada respaldó. El vocero Carlos Tubino dijo que ese mensaje lo sorprende. (Foto: Hugo Pérez)

tuvo un inicio de semana complicado después de un reportaje de “Panorama” que reveló falsificaciones en sus informes de representación. El presidente del Congreso cree que la información salió desde el interior de , por lo que su respuesta no tardó en llegar: contraatacó con una entrevista, un tuit y declaraciones públicas en contra de su bancada (a la que pidió licencia hace algunas semanas). Al cierre de la legislatura, su permanencia en el bloque fujimorista es incierta.

“Es evidente que las decisiones que vengo tomando incomodan a algunos miembros de Fuerza Popular”, dijo el martes en una entrevista a El Comercio. Con esa declaración, intentó centrar la atención en sus discrepancias con la bancada, alejando los reflectores de la denuncia.

Como plan de contingencia, también se adelantó la semana de representación y –con ello– el final de la legislatura. Luego, desde su despacho se filtró información sobre presiones para que la ley de financiamiento ilícito de partidos políticos entre en agenda mediante una exoneración.

Una vez oficializada la exoneración, Salaverry optó por lo que se ha convertido en una estrategia cada vez que un tema polémico llega a sus manos: retirarse del pleno.

Dos días después de que se aprobó la cuestionada norma, Salaverry la calificó de “nefasta” en un tuit. Al respecto, el vocero de Fuerza Popular, Carlos Tubino, afirmó a este Diario que no emitirán ningún pronunciamiento, puesto que el titular de la Mesa Directiva está de licencia.

“El tuit nos sorprende, [pero] de ahí a tomar una acción, no [lo haremos]. Lo que nunca he visto en mis siete años en el Congreso es que un presidente se pare y se vaya de la sesión”, dijo.

—Enfrentamiento—
La confrontación de Salaverry con un sector de Fuerza Popular ha tenido un capítulo especial con Miguel Torres. El 26 de noviembre, Salaverry remitió un oficio al subsecretario general de Fuerza Popular para solicitar información sobre gastos y contratos del partido, así como del uso del dinero recibido del financiamiento público.

Torres contestó un día después recordando que los temas financieros los ve la tesorería. Salaverry ha prometido insistir con transparentar los gastos del partido.

Esta semana, el presidente del Parlamento hizo una alusión a Torres. Durante la Conferencia Anual Internacional por la Integridad, se refirió a la aprobación de una norma –impulsada por su colega de bancada– para que los casinos y tragamonedas no paguen impuestos.

“Hace años, décadas, que hemos venido perdiendo la confianza de la población en las instituciones del país, principalmente en el Congreso. Porque vemos casos [de] congresistas, alcaldes, ex ministros, ex presidentes, o se los blinda o no se los sanciona, o porque vemos cómo es que congresistas tienen evidentes conflictos de intereses y promueven normas”, espetó.

Días antes, se conoció que el estudio de abogados de la familia de Torres tiene como clientes a casinos y tragamonedas.

—En la sombra—
Salaverry es consciente de que la bancada no lo protegerá frente a la denuncia en su contra por los informes de representación.

Públicamente, Cecilia Chacón recordó que Salaverry está de licencia en el partido, por lo que deberá dar sus descargos “en las instancias correspondientes”. Juan Carlos Gonzales consideró que Salaverry deberá “matar sus problemas solo”.

En tanto, fuentes de la bancada fujimorista dijeron a El Comercio que se analizó la denuncia constitucional que presentó el fiscal Pedro Chávarry contra la congresista no agrupada Marita Herrera (antes Fuerza Popular) por un caso similar. A Herrera se la acusa de falsedad ideológica por falsear información en sus informes de representación.

¿Pero quién mueve los hilos en Fuerza Popular? El entorno de Salaverry señala a Rosa Bartra y a Úrsula Letona. Sobre la primera, a quien se le atribuye una rivalidad regional con Salaverry (ambos representan a La Libertad), señalan que está en carrera para sucederlo en la Mesa Directiva.

Sobre Letona, se especula que seguiría manejando la vocería tras bambalinas. Hasta la fecha, la bancada no acepta su renuncia, y su presencia ha sido clave para lograr la exoneración de segunda votación de la ley de financiamiento ilícito.

La relación Salaverry-Ejecutivo tampoco ha caído bien en la bancada. Según fuentes de este Diario, se ha dado la orden de que cualquier coordinación con la presidencia del Congreso no se realice directamente, sino a través de sus asesores, la mayoría de ellos colocados por Letona en su etapa de portavoz.

La idea es cortar el lazo de Salaverry con la bancada y dejarlo sin respaldo político. El titular de la Mesa Directiva no tiene un bloque definido y en el interior de su grupo también hay disputas propias entre los asesores de la bancada que convocó antes de pedir licencia y los asesores externos que trajo al Congreso. Esta pugna ha llevado a buscar apoyo en personas ligadas a otras bancadas, tales como las del Partido Aprista.

—Camino de salida—
Tras la entrevista del miércoles, Salaverry recibió llamadas de algunos colegas de bancada reclamando que en su contra no hay persecución, pero también de otros respaldándolo y prometiendo apoyarlo ante una eventual renuncia a Fuerza Popular.

Un reciente fallo del Tribunal Constitucional avala la formación de nuevos grupos cuando las renuncias hayan sido por razones de conciencia. Debido a que hay bastante margen para la interpretación, Salaverry pidió una opinión consultiva a la Comisión de Constitución. Han pasado tres meses y la presidenta de ese grupo de trabajo, Rosa Bartra, no ha respondido.

Los no agrupados han recordado a Salaverry que no necesita de Constitución, pues le bastaría con un informe de su oficial mayor. Pero él teme que, tras un informe favorable a la creación de bancadas, los tres legisladores fujimoristas que lo acompañan en la Mesa Directiva –también de licencia– busquen excusas para sacar al oficial mayor y su gestión se vea debilitada.

Ante ese panorama, Salaverry ha pedido un poco de tiempo en busca de obtener el respaldo de al menos uno de sus tres vicepresidentes para equilibrar el tablero y ejercer su voto dirimente como titular de la Mesa Directiva.

Para Fuerza Popular, hay temas importantes para su agenda: su intento de interpelar a más ministros, la insistencia con la denominada ‘ley Fujimori’ y la elección de nuevos miembros del TC. Y aquí Salaverry podría ser un gran aliado o un gran obstáculo. A casi dos meses después de haber pedido licencia, Salaverry parece estar listo para formalizar su salida.