La corrupción es un mal que aqueja a todos los sectores. En los últimos meses hemos visto a empresas privadas envueltas en diversos problemas legales y en delitos que dañan su imagen y ponen en peligro la continuidad del negocio. Identificar estos riesgos y establecer medidas para su mitigación es el trabajo del oficial de cumplimiento, una función que ha cobrado relevancia en nuestro país a raíz de la ley 30424 y de su reglamento, que sanciona los delitos cometidos por las personas jurídicas y que a su vez recomienda la implementación de programas de prevención de la corrupción y otros delitos graves.
“Estamos en un momento clave que abre una brecha de trabajo importante tanto para el sector privado como para el público”, asegura Dino Carlos Caro Coria, docente del curso especializado Corporate Compliance de Educación Ejecutiva de la Universidad de Lima, y presidente de la Asociación Peruana de Compliance. Una realidad que no se condice con el reducido número de profesionales especializados en estos temas. Este “vacío formativo”, señala Caro, ha generado un mercado que todavía no ha sido cubierto.
Y es que tanto para grandes, así como para medianas y pequeñas empresas, el compliance supone grandes beneficios no solo porque evita la corrupción dentro del funcionamiento de la organización, sino porque abre nuevas oportunidades para el negocio. “Tener un programa de compliance contribuye al acceso de crédito en entidades bancarias, al engrandecimiento de la marca, y genera confianza de cara a futuras contrataciones. Con el tiempo, las entidades privadas y públicas exigirán a las empresas tener un programa de prevención para trabajar con ellas”, afirma Caro.
¿Qué debe saber un oficial de cumplimiento?
Según el experto y docente de Educación Ejecutiva de la Universidad de Lima, para ser un especialista en compliance se requiere una triple inteligencia: conocimiento legal, saber sobre legislación penal (en materia de prevención de delitos, conocer acerca de procesos de auditoría) y tener conocimientos acerca de cultura corporativa.
Sin embargo, agrega el catedrático, que no existe un perfil profesional único para asumir este puesto. “El compliance no es patrimonio de ninguna carrera. Estamos hablando de prevención, y hay que enfocarlo como un trabajo de campo, muy práctico. Por lo que está abierto a abogados, contadores, administradores, economistas, ingenieros, psicólogos y más. Es muy amplio”, comenta Caro.
En esa línea, la Universidad de Lima ha abierto la segunda edición del curso especializado de Corporate Compliance, que ofrece, a los participantes, herramientas para la implementación y gestión de programas de compliance, enfocado en el marco legal peruano y las buenas prácticas internacionales.
Se trata de un curso de tres meses en el que se desarrollan desde los fundamentos del compliance, pasando por la elaboración de mapas de riesgo y el estudio de casos reales, hasta estándares internacionales de compliance. “Si hay algo que los alumnos tienen que saber al finalizar el curso es el diseño de mapas de riesgo, que es un factor central, ya que cada entidad debe conocer cuáles son sus riesgos, para trabajar en su prevención”, concluye Caro, cuya amplia experiencia en el tema, que incluye su importante labor como presidente de la Comisión del Ministerio de Justicia que elaboró el Anteproyecto de Ley contra la Criminalidad Organizada en 2007, podrá ser aprovechada por los estudiantes.
DATOS
Duración del curso: del 20 de noviembre de 2019 al 19 de febrero de 2020.
Horario: lunes y miércoles, de 19.00 a 22.00 horas.
Tarifa: S/ 3.500.
Informes e inscripciones: (01) 437 6767, anexo 32221 / educacionejecutiva@ulima.edu.pe.
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