La labor del grupo de moteras The Sirens Women's Motorcycle Club fue destacado por la serie de YouTube Great Big Story. (Foto: YouTube)
La labor del grupo de moteras The Sirens Women's Motorcycle Club fue destacado por la serie de YouTube Great Big Story. (Foto: YouTube)
Redacción EC

Recorren la ciudad en potentes choppers vistiendo trajes de cuero y tachas, pero estas motociclistas no son como cualquier club que se conozca: ellas viajan repartiendo leche materna de forma gratuita a los bebés que la necesitan, cuenta la serie de Great Big Story.

The Sirens Women's Motorcycle Club es un grupo de mujeres moteros que viven en Nueva York. Ellas se enfocan en temas de salud de la mujer y, como parte de esa labor, se asociaron con The New York Milk Bank para entregar la leche donada por madres para que pequeños, en su mayoría sin familia, puedan sobrevivir.

"Somos un grupo grande de mujeres fuertes que toma riesgos a bordo de motocicletas todo tiempo en la ciudad, que tienen un conjunto de ovarios de acero, en mi opinión", dice Jennifer Baquial, miembro de The Sirens Women's Motorcycle Club. "Sin embargo, queremos ayudar a los bebes. ¿Quién dice que no a los bebes?".

El club distribuye leche procesada y pasteurizada de madres donantes de leche materna en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales y viviendas particulares. La labor se hace en cualquier momento en que ellas sean solicitadas y hacia cualquier lugar.

"Cuando abrimos el Banco de Leche, en realidad estaba atrapada en el tráfico con mi marido y vi a un conductor de motocicleta conduciendo ilegalmente por el carril central. Y pensé por qué no podemos usar las motocicletas para entregar la leche dentro y fuera de Nueva York", cuenta Julie Bouchet-Horwitz, del The New York Milk Bank.

El proceso es más bien 'sencillo': se recoge la leche donada por mujeres que tienen una cantidad excesiva del alimento. Se procesa, prueba y distribuye a hospitales para bebes prematuros y para la comunidad en general.

Gracias al trabajo de personas como Jennifer Baquial es que niñas como la de Carla Doherty, quien nació cuatro meses antes de tiempo, sobrevivieron. Durante los 161 días que la pequeña Marlowe pasó en el hospital tomó leche materna donada; Carla no producía la leche necesaria para que su hija siguiera viva.

"Desde entonces, hemos estado recibiendo entregas del Banco de Leche. Obtenemos la entrega una vez al mes. Son 330 botellas de tres onzas", dice Carla. "El sonido de las motocicletas es el sonido de la esperanza. Están trayendo la vida, la vida líquida para un pequeño bebe".

Cada vez que damos una botella a Marlowe, me pongo a pensar en lo que hay allí. No es solo el trabajo de una mujer. Sé del trabajo duro, energía, mano de obra, amor, dedicación y sacrificio que va en cada onza. No se desperdicia ni una gota por aquí. No tiene precio".

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