La primera sensación que se tiene al comer el Carolina Reaper es de algo dulce y luego, de repente, el picor aparece es como si empezara a quemar de forma intensa. (Foto: YouTube)
La primera sensación que se tiene al comer el Carolina Reaper es de algo dulce y luego, de repente, el picor aparece es como si empezara a quemar de forma intensa. (Foto: YouTube)
Redacción EC

El pimiento verde tiene un grado de picor de cero puntos en la escala Scoville. El jalapeño tiene 5.000, el Serrano 20.000, los habaneros rojos 200.000 y los pimientos fantasmas 600.000. Pero el Carolina Reaper o Segador de Carolina tiene 1.569.000 puntos, quedándose así como el chile más picante del mundo, cuenta la serie de Great Big Story.

Ed 'Smokin' Currie es el creador del Carolina Reaper. Durante las últimas tres décadas se dedicó a encontrar un producto que pueda forzar los límites de la escala Scoville. Su chile ya superó los dos millones de puntos, pero él está en búsqueda de más desde su centro de experimentación y granja ubicada en Fort Mill, Carolina del Sur.

Cuando el Segador de Carolina apareció, miles de personas se sometieron al desafío de probarlo. Miles de videos aparecieron en YouTube de personas sufriendo por su ingesta voluntaria. A pesar de lo desagradable que llega a ser, su consumo no es peligroso, dice Ed. Las reacciones son en realidad un proceso químico del cerebro que percibe en forma de calor el chile y busca 'enfriarse'.

Currie empezó a experimentar con la reproducción de pimientos y chiles desde su etapa universitaria. Siempre estuvo interesado en encontrar productos más y más picantes. Así, logró un récord Guinness por el chile más picante del mundo en noviembre de 2013 por su creación, un cruce de chile fantasma con uno habanero. "La primera vez que lo probé me tiró de rodillas", dice.

El producto de Currie es probado con regularidad en el Universidad de Winthrop por el doctor Calloway en el laboratorio de química. Allí son medidos en las unidades de picor Scoville, el cual dirá que tan picante es el chile.

La primera sensación que se tiene al comer el Carolina Reaper es de algo dulce y luego, de repente, el picor aparece es como si empezara a quemar. A quemar de forma muy intensa hasta el punto de provocar reacciones fisiológicas: ojos inyectados de sangre, desgarro en el riego, enrojecimiento de la piel, respiración agitada, el metabolismo se activa.

"Algunas personas dicen que es como comer lava fundida. Otros dirían que es como lamer el sol. Para mí, es como comer una briqueta de carbón vegetal y no importa lo que hagas, no puedes conseguir que la quemadura desaparezca de la boca. Es una locura", explica Ed.

El trabajo como agricultor de Currie pasa también por un aspecto creativo. Busca rasgos en un pimiento y observa los rasgos de otro para intentar combinarlos y mantener ambas características. Mientras que hay criadores que intentan superar el Carolina Reaper, él ya tiene su propia versión mejorada que llega a ser hasta dos veces más picante que este chile.

"Mi percepción de cuáles son los límites de lo picante que se puede criar un pimiento ha cambiado como la ciencia ha progresado a lo largo de los años. Solo que alguien me diga que no se puede hacer, voy a encontrar la forma de hacerlo".

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