Investigadores de la ciudad china de Shenzhen han observado la apariencia del nuevo coronavirus tras su inactivación gracias al uso de criomicroscopía electrónica.
Los científicos capturaron también el estado intermedio del virus infectando las células anfitrionas.
A partir del surgimiento del brote de neumonía COVID-19, el Centro Nacional de Investigación Médica Clínica para Enfermedades Contagiosas de Shenzhen y la Universidad Meridional de Ciencia y Tecnología establecieron un equipo conjunto para estudiar el aislamiento, cultivo, identificación y estructura del coronavirus.
El grupo de investigación aisló el 27 de enero una cepa del virus y completó la secuenciación e identificación de su genoma. La cepa fue nombrada "BetaCoV/Shenzhen/SZTH-003/2020" y añadida a la Iniciativa Global para Compartir Todos los Datos de la Influenza (GISAID, por sus siglas en inglés).
Con la tecnología de análisis de criomicroscopía electrónica, que consiste en estudiar muestras a temperaturas bajo cero, el grupo de investigación no sólo observó la apariencia inactiva del virus sino que también capturó un importante estado intermedio de la célula anfitriona en el momento en que resulta infectada.
La investigación ofrece una base de imágenes ultramicroscópicas para la identificación y la investigación clínica del nuevo coronavirus.