El timón del Peugeot 3008 es de dimensiones bastantes compactas y destaca por tener la parte superior y la base planas. Además, se sigue la tendencia de que el instrumental lo vemos por encima y no por dentro del volante.
Test 3008

Cuando en el 2008 Peugeot lanzó la primera generación del 3008 hubo muchas críticas a nivel estético. El auto no era muy agraciado que digamos, pero su diseño y dimensiones tenían en realidad un propósito: dar el mayor espacio interior que cualquier otro auto podía dar. Esto gracias a una plataforma conocida como PF2, la misma que utilizaba el 308.

Pero las cosas se replantearon en la casa francesa cuando apareció una nueva plataforma modular llamada EMP2 en el 2014. Primero la vimos en el 308, que se adjudicó el “Auto del Año” en Europa de aquel año, además de otros importantes galardones. Ese fue el punto de partida para que dos años más tarde, en el 2016, veamos un salto generacional nunca antes visto: 3008 y 5008.

Pero hablaremos del 3008. Toda la apariencia extraña que tuvo la primera generación quedó en el total olvido y ahora sí pasó a ser una SUV como tal. Además, su diseño, tan controversial en el predecesor, ahora deslumbraba de una manera increíble. Todo el conjunto fue suficiente para que Peugeot vuelva a tener un modelo como “Auto del Año” en Europa.

REALIDAD VIRTUAL

Peugeot se atrevió nuevamente y en este 3008 nos dio un habitáculo que marcará en la historia de la industria.

El nombre que le pusieron a este interior es ‘Peugeot i-Cockpit’. Y, créanme, es una cabina única en su categoría, nunca antes vista. A ver, empecemos por lo básico.

Ya lo habíamos visto en modelos anteriores de Peugeot: el instrumental se ve por encima del volante y no por dentro, como los demás autos. Si hablamos de volante, tenemos que necesariamente hacer hincapié en su tamaño y diseño. Tamaño porque es un timón digno de un kart, es decir muy pequeño; y diseño porque tiene la parte superior y la base achatada.

LISTOS PARA DESPEGAR

El propulsor que llega a nuestro país es un viejo conocido nuestro: el 1,6 turbo que otorga 165 HP. Este motor va ligado a una caja automática de seis velocidades que también puede operarse a través de unas curiosas levas en el volante (no son levas como tal, sino más bien botones en forma de leva).

Quizá por las dimensiones del volante pensé que sería demasiado artificial, pero -gracias por tanto Peugeot- no fue así. Si bien es asistida, su firmeza es una característica a altas velocidades y las ruedas siempre van donde quieres. Pero a bajas velocidades, es tan ligera que, literalmente, podrás parquear el auto usando un dedo.

Continúa leyendo la prueba a la 3008 de Peugeot en la edición 642 de la .

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