Sonia del Águila

Han transcurrido diez meses desde la última vez que entrevisté a Christian Thorsen y casi dos años desde que fue diagnosticado de cáncer de próstata metastásico. La enfermedad se había diseminado al pulmón, columna vertebral, huesos y mandíbula. Tenía un pronóstico desalentador. Lo primero que le pregunto al verlo, es cómo está, cómo se siente. “Más vivo que nunca”, me responde. Las estadísticas están para romperlas, incluso en los momentos más funestos. El actor de 58 años, en lugar de asomarse al abismo de una patología fatal, se entregó a las cosas más simples de la vida. Sus encuentros de golf, sus tertulias con amigos y hasta el trinar de un ave cobraron especial relevancia en sus días. Y después de un largo paréntesis, este año se reencontrará con la actuación. Tiene un proyecto para cine y otro para teatro. “Estoy en un momento diferente, especial, único, maravilloso, con una proyección de vida lindísimo que no tiene nada que ver con cantidad de años sino con cosas por hacer maravillosas, realmente grandes”, asiente.

Contenido Sugerido

Contenido GEC