Día de la Mujer: ¿cómo es ser periodista deportiva en el Perú?, por Jeanet Sosa. FOTOS: Archivo Personal.
Jeanet Sosa

Por Jeanet Sosa
Conductora #ModoSele de Movistar Deportes


Alguna vez le dije a mi mamá que su único error fue no dejar que sea futbolista. El sueño que tuve desde niña fue ignorado, arrancado de lo que era posible hacer en mi vida. , me dijo ella, algo confundida por la petición que le había hecho: inscribirme en una escuela de fútbol.

Ir al Estadio Nacional por primera vez en 1995 –de la mano de mi papá– había sido el catalizador. Para mi mala suerte, pese a ser millennial en pleno siglo XXI, el estereotipo pudo más.

Pero mi vínculo con el fútbol no se rompió. Todo lo contrario. Incluso, la pasión que sentía por el fútbol y los deportes atravesó la cancha y llegó a otros escenarios. En el 2013, empecé a trabajar en el diario Depor, que pertenece a El Comercio. De inmediato, hubo algo que llamó mi atención: No sé si éramos pocas o muchas para tratarse de un diario deportivo que tenía como protagonista al fútbol. Ese “Es que eres mujer” resonó en mi mente.

Luego de un par de años, tomé otro camino dentro del grupo El Comercio, pero volver al periodismo deportivo siempre estuvo en mis planes. Por eso, en agosto de 2017, empecé un nuevo reto en Movistar Deportes. En un inicio como redactora y hoy como reportera y conductora del noticiero #ModoSele. Nuevamente, me fijé en el detalle de la cantidad de mujeres: éramos solo dos en nuestra área. Un par de meses después llegó otra chica, pero siempre fuimos minoría. “¿Es que somos mujeres?” Volví a recordar a mi madre.

Y es que aún somos minoría. Sin embargo, la valoración que tiene la periodista deportiva en la actualidad ha cambiado. Al menos un poco. Hoy se apela más al talento y a las cualidades como profesional. Antes, bastaba con ser telegénica y poder leer con fluidez un teleprompter. La mujer acompañaba al varón. Ahora, la mujer interactúa con su compañero, dialoga, analiza, comenta y opina. Vamos avanzando, paso a paso.

La lucha constante por la igualdad de género –que lleva más de 100 años en el mundo– influye en todas las canchas. Deportivas o no. Influye en el día a día. Cuando estás al volante en la Vía Expresa un martes por la mañana, cuando compites por un puesto en una empresa, cuando caminas por la calle en short o falda. También cuando juegas fútbol, claro.

Sé que esta lucha no se detendrá nunca y que sumará a más personas, tanto mujeres como varones. Porque se trata de eso, de pelear unidos. De entendernos, de tratar de hacerlo. Apaguemos esa voz que te dice Y empecemos en casa, con las personas más cercanas a nosotros. Mamá no me dejó ser futbolista hace algunos años, pero ahora, cada jueves por la noche, me recuerda que tengo pichanga, y todos los días a la 1 de la tarde, prende su televisor para verme y escucharme hablar de lo que más amo, el fútbol.

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