Por Luis Miranda
Rony Campos pone un pie en el callejón San Martín de Porres y se adentra en las sombras. “Aquí nací yo”, nos dice avanzando hacia un mural del santo negro que espejea al fondo. El callejón es una tripa cavernosa cuyo ingreso es tan estrecho que pasa por una puerta cualquiera en medio de la cuadra 3 del jirón Renovación, cargado de smog y otras humaredas.
Nadie imaginaría que aquí su padre, un juvenil Ronaldo Campos, daría origen hace 50 años a un grupo folclórico que transformaría la forma en que vemos el legado musical y coreográfico afro del Perú. Recién llegado de San Luis de Cañete, Ronald se estableció, primero, en el callejón del Buque de la calle Luna Pizarro y luego se mudó a esta humilde callecita que sería la pesadilla para cualquier claustrofóbico.
El fundador de Perú Negro murió el 25 de agosto del 2001 a causa de un derrame cerebral, después de haberse convertido en uno de los personajes más queridos de la cultura peruana. También fue figura de la televisión gracias a su participación en los shows estelares y a los comerciales que protagonizó para una marca de café.
Rony llega hasta una puerta gris de metal donde no sabe quién vive ahora y que prefiere no tocar. Su primer hogar. Recuerda que, para ensayar las coreografías, su padre sacaba todos los muebles afuera. Junto a las primeras parejas de bailarines llegaban hasta aquí un grupo de jóvenes que luego serían personajes, como Lucila Campos, Caitro Soto, Lalo Izquierdo y el poeta César Calvo, quien se encargó de crear una narrativa para presentar las danzas de estirpe negra.
Coreografías como la del Toro mata no pudieron tener orígenes más humildes. El terremoto de 1970 destruyó parte del callejón de un solo grifo, pero un año antes la agrupación Perú Negro ya había sido alcanzada por la fama al ganar el premio principal del Festival Hispanoamericano de la Danza y la Canción en el Luna Park de Buenos Aires, Argentina.
En el callejón solo queda una vecina de aquella época. Hoy tiene 70 años. En los tiempos mozos, ella no quería bailar con el grupo, a pesar de las invitaciones que le hacían. Cuando al fin se animó, la agrupación ya daba giras por Europa, Marruecos y toda Latinoamérica. Rony la abraza como quien se quiere llevar un trozo del pasado en el corazón. El carismático ex bailarín, y desde el 2001 director de la agrupación, sufrió hace unos meses un derrame cerebral mientras dormía. Felizmente, no tuvo la gravedad del que se llevó en poco tiempo a su padre, pero ahora tiene inmovilizada la mano derecha mientras las terapias van haciendo efecto.
Caminamos a la calle Luna Pizarro. Frente a Guitarras Falcón, la puerta del callejón del Buque no pasa desapercibida. Es uno de los epicentros del criollismo victoriano. Hogar de varias familias que dejaron una huella en la historia musical peruana. Hasta aquí nos acompaña Eder Campos, el hijo de 33 años de Rony, quien asumió las labores de director interino durante los meses de discapacidad que padeció su padre. Eder nació bebiendo de la cultura afro, es temperamental, bochinchero y luce un sentido del humor de una irreverencia a prueba de balas.
Si bien ahora el grupo Perú Negro ya no pone énfasis en las jornadas de investigación que caracterizaron sus primeros años, su labor es continuar siendo el referente mayor de la danza afroperuana. Y con Eder a la cabeza esa tarea está asegurada. Los demás hijos de Rony siguen la tradición como bailarines.
Como dice el antropólogo Luis Paredes, Perú Negro, a sus 50 años, es un ballet que lleva la tradición afroperuana por el mundo y sigue siendo escuela máxima de grandes bailarines y músicos de ese género. Ahora que la palabra orgullo está tan ligada a los últimos logros de nuestro país como fuente de cultura, hay que resaltar que Perú Negro fue el primer grupo folclórico nacional que nos llenó de alegrías por su profesionalismo y pasión sin igual. Por eso la celebración que prepara en el Gran Teatro Nacional será un homenaje a esos primeros años de profunda humildad, la expresión de un grupo de personas que convirtió su manera de festejar la vida en un espectáculo de talla mundial. //
PARA LA AGENDA
CUÁNDO: 28 de setiembre del 2019
DÓNDE: Gran Teatro Nacional (avenida Javier Prado 2225, San Borja)
HORA: 8 p.m.
ENTRADAS: En Teleticket