El campeonato mundial de fútbol ha empezado y la atención del mundo está centrada en Brasil 2014, donde ya se presentaron algunas sorpresas futbolísticas.
Desde el punto de vista de la medicina, hay un debate que renace en cada justa mundialista: el de la actividad sexual de los futbolistas. ¿Deben los entrenadores permitir que sus futbolistas tengan relaciones sexuales durante los días de concentración o debe esa actividad quedar prohibida hasta que concluya su participación deportiva?
Pues ya algunos entrenadores se han manifestado al respecto y la verdad es que sus decisiones solo agregan folclor a la Copa del Mundo.
PALABRA DE TÉCNICOS
El entrenador del conjunto mexicano, Miguel ‘El Piojo’ Herrera, ha sido muy categórico al respecto. Dijo que si un futbolista no puede abstenerse por 20 días o un mes, no merece ser llamado un futbolista profesional. Agregó que 40 días de abstinencia no le hacen daño a nadie.
En tanto, el entrenador de la selección chilena, Jorge Sampaoli, ha prohibido que sus futbolistas tengan relaciones sexuales y que consuman gaseosas (lo cual sí me parece muy bien).
El ex técnico de Nigeria Christian Chukwu aconsejó al actual entrenador que no permita que sus jugadores tengan relaciones sexuales en la concentración. Dijo que, además del aspecto físico, las relaciones sexuales tienen un “componente espiritual” que puede alterar el equilibrio de los jugadores.
El entrenador de Bosnia-Herzegovina, Safet Susic, ha sido muy folclórico en sus recomendaciones. Prohibió que sus jugadores tengan relaciones sexuales, pero dijo que ellos “pueden encontrar otra solución” y que pueden masturbarse si así lo desean. Agregó que a él no le interesa lo que los otros entrenadores hagan y dijo que la Copa Mundial no es un viaje de vacaciones y que irán a Brasil para jugar al fútbol. Disciplina militar.
Quizás el más pintoresco en sus recomendaciones ha sido el entrenador de Brasil, Luiz Felipe Scolari ‘Felipao’. Él ha dicho que la actividad sexual de los jugadores en el Mundial es normal, pero que “lo normal es lo normal y que no debe hacerse allá arriba, en el techo”. Añadió que el sexo normal debe hacerse de una manera equilibrada y que los estilos “malabaristas y acróbatas” pueden ser peligrosos… Por lo visto ante Croacia, sus muchachos estaban en buena forma física, sin lesiones aparentes.
LO QUE DICE LA CIENCIA
Empecemos diciendo que la leyenda de que el esperma es una especie de “fuente de la juventud” y que es un “concentrado de la energía corporal” la inventaron los griegos. Para ellos, el semen era algo sagrado, y si este “se perdía”, el hombre quedaba debilitado. Sin duda que de ahí nace también la leyenda de que los hombres que se masturban son tipos débiles, flacos, incapaces de realizar actividades que tengan que ver con el esfuerzo o con los deportes.
El fisiólogo Tommy Boone, de la Universidad de Minnesota y autor del libro “Relaciones sexuales antes de una competencia deportiva: mitos y realidades”, es probablemente la autoridad más reconocida en este campo.
En un artículo publicado en el “Journal of Sports Medicine and Physical Fitness” en 1995, “Efectos de las relaciones sexuales en la potencia aeróbica máxima, el pulso de oxígeno, y el doble producto en sujetos masculinos sedentarios”, describió un estudio de resistencia física en 11 voluntarios, a algunos de los cuales se les había permitido tener relaciones sexuales 12 horas antes de las pruebas y a otros no.
Boone demostró que no hubo diferencias significativas en el rendimiento físico entre ambos grupos expresados en poder anaeróbico, concentración de oxígeno sanguíneo y trabajo cardíaco.
POSTURAS, CANTIDAD Y VELOCIDAD
En una investigación española publicada en la revista de la Federación Española de Medicina del Deporte, titulada “Estudio comparativo del rendimiento físico antes y después de la actividad sexual en varones” en 1987, se demuestra nuevamente que no hay diferencias significativas en el rendimiento físico entre un grupo de deportistas que no había tenido actividad sexual y otro que tuvo relaciones sexuales la noche anterior y una hora antes de las pruebas.
Dependiendo de las posturas usadas, la cantidad y velocidad de movimientos y la duración del coito, se acepta que durante una relación sexual se consumen solo entre 150 y 300 calorías, lo cual es equivalente a subir rápidamente dos pisos de unos veinte escalones cada uno. Eso no es ni por asomo comparable a la cantidad de energía que se gasta en un partido de fútbol. Obviamente, un sanguchito de queso, un vaso de leche y un par de galletas pueden de forma rápida reponer las pocas calorías gastadas en una relación sexual.
No creemos que los modernos entrenadores de fútbol –con algunas posibles excepciones– tengan las mismas creencias de los antiguos griegos. Estamos seguros de que el gran problema de los entrenadores al permitir o no las relaciones sexuales de sus pupilos está en el componente psicológico de la actividad, un aspecto aún no bien estudiado. Algunos deportistas, por ejemplo –dependiendo de sus creencias–, pueden “estar convencidos” de que una relación sexual los va a agotar y al hacerlo se van a sentir psicológicamente disminuidos. Obviamente, si el futbolista es emocionalmente estable y sabe controlar su ansiedad, una relación sexual no va a influir en lo más mínimo. Otro temor que tienen los entrenadores es que al dormir con sus parejas la noche anterior a un partido importante, sus muchachos se desvelen o consuman alcohol.
Estamos seguros de que el mayor temor que tienen los entrenadores son los escándalos sexuales que puedan causar sus inquietos futbolistas al salir con prostitutas u otra gente de dudosa reputación. De esos escándalos se han presentado múltiples y en todos los continentes, y eso le quita unidad al grupo.
CRACKS CONTRA LA NORMA
Múltiples testimonios de futbolistas atestiguan las ventajas de permanecer sexualmente activos durante las concentraciones. Pelé contaba que nunca suspendió las relaciones sexuales con su esposa en la víspera de un partido. Elías Figueroa, Ronaldinho, Romario, el ‘Pibe’ Valderrama, Johan Cruyff, entre otros, han expresado su entusiasmo de que los modernos futbolistas gocen de lo que ellos gozaron en sus épocas de futbolistas.
Es de destacar que el entrenador de la selección holandesa en el Mundial del 74, Rinus Michels, permitió que sus jugadores cohabitaran libremente con sus parejas en la concentración, el resultado fue que su equipo llegó a la final del campeonato. Cuando Pep Guardiola era el entrenador del Barcelona, no hacía concentración de jugadores. Ellos iban de su casa al estadio el mismo día del partido cuando jugaban de locales y viajaban el mismo día cuando jugaban de visitantes. Los jugadores dormían en sus casas la noche previa al partido. Y fíjense adónde llegó el Barcelona.
Algunos estudios demuestran, por último, que la actividad sexual aumenta el nivel de testosterona en la sangre, el que a su turno aumenta la agresividad del varón. Esa es una característica muy deseable en un partido de fútbol de campeonato mundial.
En resumen, aparte de algún problema psicológico y de un escándalo mediático, no hay razones científicas para que un jugador no pueda tener relaciones sexuales durante los días de concentración en un campeonato mundial de fútbol.
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