En las últimas semanas hemos explicado los términos físicos que se usan para tratar uno de los temas de mayor actualidad en materia de ciencia: el cambio climático. El calentamiento global es el motor de este fenómeno, pero medir el calentamiento, y proyectar cambios de temperatura en diferentes partes del planeta y su impacto en el sistema climático mundial, es muy difícil.
Una organización que se dedica a esto es el Programa Mundial de Investigaciones Climáticas (PMIC), que acaba de publicar un nuevo informe reajustando las cifras y algunos criterios que se usan para proyectar el cambio climático y su efecto. En el mencionado documento, 25 científicos de diversas entidades, desde el Instituto Max Planck hasta la Universidad de California, han revisado el rango de temperaturas mínimas y máximas previstas, entre otros detalles.
–El IPCC–
En 1980, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) crearon el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Su principal misión fue establecer las consecuencias del calentamiento global. Simultáneamente se creó el PMIC –que reúne a algunos de los mejores científicos del mundo– con el fin de proveer la investigación necesaria para las recomendaciones del IPCC.
El panel debía determinar qué pasaría si la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera llegaba al doble del nivel de la era preindustrial. El IPCC concluyó que el planeta se calentaría entre 1,5 °C y 4,5 °C. Este rango de cifras tendría diversas consecuencias, desde algunas de poca importancia hasta alteraciones catastróficas.
En los últimos 40 años los niveles de gases de efecto invernadero de la atmósfera se han mantenido en constante aumento; sin embargo, el trabajo del PMIC ha logrado mayor precisión en sus proyecciones. Adicionalmente, se ha establecido una diversidad de consecuencias del incremento de gases de efecto invernadero. Por lo pronto, la interacción de las nubes y el mar varía mucho más de lo previsto. Al parecer, a pesar de la creciente temperatura en el hemisferio norte, la temperatura del Pacífico Oriental no será afectada. Por el contrario, una capa estratificada de nubes y la corriente fría seguirán manteniendo la temperatura baja (algo que toca directamente a nuestra costa). Asimismo, los cambios en el Atlántico Norte serán mayores de lo previsto.
“Por el momento, el incremento promedio de la temperatura en el planeta ha sido de 1,1 °C”.
–NUEVAS CIFRAS–
Un elemento que ayudó a preparar el nuevo informe fue el estudio de climas pasados. Los registros atmosféricos contenidos en las muestras de hielo prehistórico permiten ver registros de 20.000 años atrás –el pico de la última glaciación– hasta de 3 millones de años atrás, cuando los niveles de CO2 en la atmósfera eran similares a los de hoy. La variación de la cobertura de nieve entre las dos épocas ha permitido calcular el impacto de la reducción actual y la prevista.
Los autores del informe del PMIC han reducido notablemente el rango de temperatura que puede alcanzar el calentamiento global cuando el contenido atmosférico de CO2 sea el doble que a principios del siglo XIX, cuando se comenzó a llevar los registros. El nuevo rango es de entre 2,6 °C y 3,9 °C. Según los autores, es el límite de lo mal que se pondrían las cosas si llegamos al doble del CO2. Es bastante.
El panorama se complica debido a que estamos hablando de promedios globales de temperatura, lo cual no permite una idea de los extremos a los que pueden llegar ciertas regiones. Por el momento, el incremento promedio de la temperatura en el planeta ha sido de 1,1 °C. Las consecuencias varían mucho, produciendo alteraciones drásticas en algunos lugares sin afectar a otros. A medida que la temperatura suba, estos cambios localizados aumentarán.
–TAREA DIFÍCIL–
A pesar de que el nuevo enfoque aporta cifras que reducen el mayor extremo, no es fácil predecir las consecuencias de esto. En el caso del aumento de temperatura promedio más alto que se alcanzaría (3,9 °C), sus efectos en los lugares más vulnerables pueden ser devastadores.
A diferencia del IPCC, el Programa Mundial de Investigaciones Climáticas no ha tomado en cuenta otros factores de alteración del medio ambiente, extinciones, etc. Solo trató de ajustar las cifras mínimas y máximas posibles con una duplicación de los gases de efecto invernadero con respecto a la era preindustrial. Esto ya ha sido sumamente difícil, dado los factores mencionados y las grandes variaciones por ubicación geográfica.
“En los últimos 40 años los niveles de gases de efecto invernadero de la atmósfera se han mantenido en constante aumento”.
–LA GEOGRAFÍA–
Con solo observar un mapamundi se hace evidente la diferencia entre los dos hemisferios. Mientras la mayoría de la tierra firme está en el hemisferio norte, los océanos no se interrumpen en el hemisferio sur. Esto le otorga a los climas naturalezas muy distintas.
En el norte las nubes cambian abruptamente de temperatura, y los grandes continentes se calientan y enfrían mucho más rápido que los océanos. En el sur las temperaturas no cambian rápidamente, ya que los océanos son más estables y la corriente circumpolar que rodea la Antártida se encarga de nivelar temperaturas.
–EL PRÓXIMO INFORME–
Han pasado 40 años desde la creación del IPCC, que ha entregado hasta ahora cinco informes integrales sobre el cambio climático. También ha producido varios reportes especiales, incluyendo uno en el 2018 sobre el calentamiento global, y dos muy influyentes en el 2019: uno sobre el cambio climático y la Tierra y otro sobre los océanos y la criósfera (los depósitos de hielo y nieve, contando los glaciares).
El último informe integral se publicó en el 2014. El próximo deberá estar listo para el 2022 y deberá tener en cuenta el último ajuste del rango de proyecciones. Probablemente será de mucha utilidad, en especial la metodología y el análisis de evidencias como el paleoclima.
Mientras los países han manifestado buenas intenciones, los gases de efecto invernadero han ido aumentado ininterrumpidamente. Como lo hace notar claramente el informe del PMIC, “desafortunadamente todo este trabajo ha venido a alto costo: cuatro décadas perdidas”. En futuras páginas exploraremos el progreso en cuanto a energía limpia, que hasta ahora no ha sido suficiente, y los esfuerzos por acelerar su implementación.
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