Hay cosas que chocan en Marte con bastante regularidad.
Esa es la conclusión a la que llegaron varios investigadores tras escuchar durante un año las señales sísmicas en ese planeta enviadas por el módulo InSight.
La sonda dirigida por la NASA, la agencia espacial de EE.UU., ha detectado más de 450 eventos sísmicos significativos desde que aterrizó en 2018.
Ninguno es particularmente grande: a lo sumo, son de magnitud 3 o 4; esto es, los podrías sentir si estuvieras parado directamente sobre los temblores.
Sin embargo, el mensaje importante que debemos sacar de los primeros informes detallados sobre el progreso de la misión InSight es que Marte está lejos de ser un planeta aburrido y muerto: es uno activo, dice el investigador en jefe Bruce Banerdt.
“Finalmente, por primera vez hemos determinado que Marte es un planeta sísmicamente activo y que la actividad sísmica es mayor que la de la Luna, que se midió durante el programa Apolo, pero menor que la de la Tierra”, explicó a periodistas.
“De hecho, probablemente esté cerca de los tipos de actividad sísmica que esperarías encontrar lejos de los límites de las placas en la Tierra y lejos de las áreas altamente deformadas”, indicó.
La misión InSight
InSight llegó a Marte el 26 de noviembre de 2018 a una región ecuatorial del planeta conocida como Elysium Planitia.
Se instaló en un pequeño cráter que ha sido informalmente llamado Homestead Hollow.
Además de su equipo sismométrico, la sonda está equipada con un sensor de calor que se entierra en el suelo y un dispositivo de medición de radio para registrar el movimiento del planeta sobre su eje.
Al procesarse en conjunto, los datos de Insight deberían revelar la posición y la naturaleza de todas las capas de roca debajo de la superficie de Marte, desde la corteza hasta el núcleo. Es información que luego se puede comparar con la Tierra.
Los resultados publicados el lunes, en una serie de artículos en Nature y Nature Geoscience, representan solo la primera fase de esta investigación científica que podría tomar algunos años.
Evidencias de vulcanismo
Marte no muestra evidencia obvia de actividad tectónica de placas, de grandes losas de roca que se empujan a través de su superficie, que es el mecanismo impulsor de la actividad sísmica en la Tierra.
En cambio, gran parte del comportamiento sísmico en el planeta rojo es probablemente resultado del enfriamiento y la contracción.
A medida que Marte pierde calor, se encoge, y su capa exterior más frágil se fractura.
Los sismómetros de la sonda, aunque sea una sola estación, tienen cierta capacidad para localizar la fuente de los terremotos más grandes y en el catálogo publicado el lunes hay una serie de eventos que se han identificado en un terreno cercano conocido como Cerberus Fossae.
Esta es un área de Marte que puede haber experimentado vulcanismo en el pasado geológicamente reciente. En otras palabras, en los últimos 10 millones de años.
“Es posible que haya un magma real en profundidad que se está enfriando”, consideró la científica adjunta del proyecto InSight, Suzanne Smrekar.
“Y a medida que esa (posible) cámara de magma se contrae, provoca la deformación de la parte fuerte (de la corteza), la litosfera”, continuó.
“No tenemos información de nuestros terremotos que diga que esto es lo que está sucediendo. Es una hipótesis de cómo conectamos lo que vemos en la superficie con el hecho de que estamos observando maremotos en esa región”, añadió.
Un terremoto grande
Se requiere cierto modelado para rastrear los terremotos hasta Cerberus Fossae.
Esto se debe en parte a que, hasta ahora, la misión aún no cuenta con datos de gran velocidad para las ondas sísmicas de propagación a través de las rocas de Marte.
“Necesitamos saber cuáles son las velocidades para calcular adecuadamente una distancia”, explicó el profesor Tom Pike, del Colegio Imperial de Londres, cuyo equipo desarrolló los sensores de alta frecuencia del equipo de sismómetros del InSight.
“Para hacer eso, necesitamos ubicar sin ambigüedad el terremoto individual, lo que podríamos hacer con un golpe de meteorito, pero aún no hemos detectado uno de esos; o al tener un evento lo suficientemente fuerte como para que las olas vayan alrededor del planeta dos veces, que es lo que hacen la mayoría de los terremotos en la Tierra. Y porque conocemos el diámetro del planeta, eso nos daría una calibración”, explicó a la BBC.
De hecho, para tener una visión más determinante del interior de Marte, el equipo debería detectar el equivalente de un Big One (un gran terremoto) en el planeta rojo.
Un solo evento grande podría marcar una gran diferencia en el análisis general.
Banerdt dijo que tenía esperanzas: “Es la naturaleza de las estadísticas: a veces (los temblores) llegan en grupo y otras veces muy espaciados. No descartamos que pueda haber un par de grandes terremotos en los próximos meses”.
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