La mujer que perdió un perro y encontró 200 perezosos - 2
La mujer que perdió un perro y encontró 200 perezosos - 2
Redacción EC

Monique Pool se enamoró por primera vez de los cuando adoptó a un ejemplar huérfano de un centro de rescate. Desde entonces, muchos perezosos han pasado por su casa en su camino de regreso a la selva. Pero incluso para ella, con toda su experiencia, fue difícil rescatar a 200 de estos animales a la vez.

Todo empezó en el 2005, cuando Pool perdió a su perro, un mestizo llamado Sciolo, y llamó a la Sociedad Protectora de Animales de Surinam para ver si ellos lo habían encontrado. No lo habían hallado, pero le hablaron de Loesje (o Lucía), un de tres dedos bebé que no sabían cómo cuidar.

Pool se ofreció a llevársela y enseguida quedó prendada. "Son animales muy especiales", dice. "Siempre tienen una sonrisa en el rostro y parecen tan tranquilos y pacíficos".

Los son criaturas amables, pero mantenerlos no es fácil. Su dieta presenta grandes problemas, y el zoológico local se había desentendido de esta tarea.

Pool buscó el consejo de Judy Arroyo, del famoso santuario de perezosos en Costa Rica, quien le dijo que debía dar a Lucía leche de cabra; la leche de vaca sería letal. Pero la leche de cabra no se consigue fácilmente en Surinam y tenían que enviársela desde Estados Unidos. Las hojas que comen estos animales también son difíciles de encontrar y además deben estar frescas.

Lucía tenía otra sorpresa guardada: no era ella, sino él. Los machos perezosos de tres dedos presentan una mancha característica en el lomo al cumplir un año. "Pero seguimos llamándolo Lucía porque se había acostumbrado a ese nombre", dice Pool. Él fue su primer perezoso, pero murió a los dos años. "No supe qué había ido mal", dice.

CRISIS DE PEREZOSOS

Esta experiencia le enseñó cuán poco conocimiento hay sobre la rehabilitación y el cuidado de perezosos de tres dedos, por eso creó una red de contactos y desde entonces ningún perezoso joven ha muerto bajo su tutela. Pronto, Pool se convirtió en la mujer de los perezosos en Surinam.

Cada vez que la policía, el zoo o la Sociedad Protectora de Animales tienen noticias de un perezoso, la llaman a ella.

En promedio, uno o dos pasan por su casa cada semana y se quedan unos días antes de ser liberados, a menos que estén heridos y necesiten tiempo para recuperarse.

Sin embargo, en octubre del 2012, Pool tuvo que hacer frente a una crisis. Un "Armagedón de perezosos", según ella lo define.

Un pedazo de la selva cercana a Paramaribo, la capital, iba a ser despejado y le pidieron que trasladara a 14 perezosos.

"Yo nunca había visto a más de seis perezosos juntos, así que sabía que iba a ser mucho trabajo", dice Pool. A medida que una máquina iba empujando con cuidado los árboles de 15m de alto, los perezosos iban cayendo al suelo desde sus copas, donde Pool y sus voluntarios los recogían.

Los se mueven muy lentamente en el suelo, incluso aunque quisieran escapar a toda velocidad. Un amigo construyó un recinto cerrado para los adultos en el jardín trasero de la casa de Pool.

"Había tantos que era difícil abrir la jaula y mantenerlos a todos allí", cuenta. Por la noche, los machos a veces se peleaban y había que separarlos. "Normalmente son animales solitarios", explica la conservacionista. "Así que estar encerrados todos juntos no era una situación normal para ellos".

Además, tienen diferentes horarios: los de dos dedos están despiertos por la noche y los de tres dedos por el día, por eso tenían que alojarlos por separado.

A los cuatro días de aquel rescate, Pool y sus ayudantes se dieron cuenta de que estaban tratando con más de 14 perezosos, muchos más. "Después de un mes estábamos cerca de los 100, y al final llegaron a 200", dice Pool.

"Algunos días tenía 50 animales en mi casa. Tuvimos 17 crías en un momento, alimentados con goteros por voluntarios".

Para entonces ella se había asegurado el abastecimiento constante de leche de cabra en polvo.

CARGAMENTO DE HOJAS

Los se colgaban de todas partes: en los árboles del jardín, de las barras de las cortinas de la sala y de cualquier otra cosa de la que pudieran aferrarse.

"Dos hembras adultas se sentaban en el mueble del televisor y las crías trepaban sobre las matriarcas".

Pool trabajó al máximo durante dos meses, pasando días enteros en el lugar de la selva que estaban despejando y organizando equipos para alimentar y cuidar a los perezosos en su casa. Afortunadamente para los vecinos, los suelen ser silenciosos la mayor parte del tiempo.

"Tuvimos una, Bolletje (pequeña bola), que estaba en celo y hacía mucho ruido para atraer a los machos", cuenta Pool.

"Corríamos a la habitación porque creíamos que estaban peleando. Ella debe haber notado esto porque después, cuando ya no estaba en celo, gritaba para llamar nuestra atención. Era muy inteligente".

Lo más difícil era alimentarlos a todos. Aunque los perezosos de tres dedos son conocidos por comer hasta 50 tipos de plantas, tienen preferencias muy diferentes dependiendo del área de la que provienen.

Los jóvenes aprenden qué hojas pueden comer lamiendo fragmentos de los labios de sus madres. Pero afortunadamente para Pool hay un árbol del que todos los perezosos comen: guarumbo o crecopia. La salvó una amiga que trabaja en un complejo turístico selvático del interior.

Cada día, ella le enviaba una carga de hojas frescas con un bus que traía y llevaba turistas.

Los de dos dedos son más fáciles de complacer, comen hojas de dagublad (un pariente de la batata) que se vende en la mayoría de las verdulerías en Surinam. Y también les gustan las manzanas.

La dieta de los perezosos explica su peculiar comportamiento. Muchas de las hojas son difíciles de digerir, por eso algunos animales que se alimentan de follaje (folívoros) lo resuelven comiendo enormes cantidades, otros regurgitando su comida y repitiendo el proceso de digestión.

Los simplemente le dedican mucho tiempo. Como resultado, tienen un metabolismo muy lento.

LENTOS, PERO NO TONTOS

Ellos ahorran energía al colgarse de sus formidables garras, en lugar de usar los músculos innecesariamente.

De hecho, se mueven tan lentamente que se convierten, ellos mismos, en un buen lugar para vivir: los de tres dedos alojan un número de otros organismos en su piel, incluyendo algas y mariposas nocturnas.

Pero los duermen menos de lo que se pensaba, no son remolones a pesar de su nombre.

Los científicos aún tienen mucho que aprender sobre ellos: como viven en lo alto de las copas de los árboles, sus movimientos son lentos y silenciosos y tienen un camuflaje efectivo, son extremadamente difíciles de observar.

Por eso el acceso de Pool a los perezosos es una gran oportunidad. Ella recoge muestras de sangre y otra información para Nadia De Moraes-Barros, una investigadora que trabaja con el grupo especialista en osos hormigueros, perezosos y armadillos (ASASG) de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

"Me di cuenta de que hay mucha información errónea ahí fuera", dice Pool. "Por ejemplo que son lentos y tontos, cuando en verdad son muy listos".

Según ella, no son nada estúpidos: un grupo de perezosos aprendió a abrir la puerta del baño y uno, que probablemente tenía un pasado como mascota, incluso usaba el inodoro.

"La primera vez pensamos que había sido un error", cuenta Pool. "Pero después de la cuarta vez nos dimos cuenta de que le habían enseñado a ir al baño". Estos animales defecan más o menos una vez a la semana, lo que los convierte en unos "huéspedes maravillosos", dice Pool.

ANIMALES SOLIDARIOS

Estudios recientes han mostrado que los de tres dedos, en lugar de dejar caer sus excrementos desde los árboles, como los de dos dedos, hacen una peregrinación semanal hacia abajo para hacer sus necesidades en el suelo de la selva, donde son vulnerables al ataque de predadores – la mitad de todas las muertes de perezosos ocurren en el suelo.

¿Por qué lo hacen? Se sabe que este comportamiento favorece a las polillas residentes en su piel, que dejan sus huevos en su estiércol.

Científicos de la Universidad de Madison, Estados Unidos, tienen ahora la teoría de que las mariposas a su vez estimulan el crecimiento de algas verdes en la piel del Y esto no solo constituye un excelente camuflaje, los investigadores creen que también puede ser una fuente adicional de alimento.

En otras palabras, los perezosos pueden estar cultivando algas en su piel, y las mariposas nocturnas son sus fertilizante.

Mucha gente tiene miedo de estos mamíferos por sus garras, de apariencia bastante temible, pero Pool nunca ha sido atacada por uno de ellos, a pesar de las traumáticas circunstancias en las que suelen conocerse.

Una perezosa rescatada, que Pool bautizó Smokey, estaba herida pero era "muy amable", dice. "Nunca dirías que era salvaje, ella te tocaba muy delicadamente con sus dedos cuando quería algo. Todas las crías la adoraban".

Pool también cree que tienen algún grado de sensibilidad en las garras. "Una vez estaba llevando a otra perezosa de tres dedos al veterinario -estaba sufriendo un aborto natural- ella tomó mi mano con su garra, como si supiera que no iba a sobrevivir". Y no lo hizo.

VOLVER A LOS ÁRBOLES

El año pasado, Pool acogió un ejemplar muy malherido y lo llamó Stephane –tenía una herida e la cabeza con 130 larvas.

La llegada de Stephane coincidió con una conferencia internacional sobre perezosos en Surinam, y Pool bromea diciendo que él lo debía haber planeado para que los mejores especialistas de América del Sur estuviaran a mano para tratarlo.

Dos meses después, cuando la herida se había curado, ella lo llevó de vuelta al área donde lo había encontrado.

El animal desapareció en lo alto de un árbol tan rápidamente que no le dio tiempo a filmarlo. Esos son los mejores momentos, dice. "Es tan placentero cuando vas con ellos a la selva".

"Si cargas a un , comienza a estirarse hacia los árboles, como si estuviera nadando con los brazos".

Los animales en general son liberados en un lugar deshabitado que queda a una hora en auto desde la capital.

Todos los ejemplares rescatados durante el "Armagedón de perezosos" fueron devueltos a la selva, salvo tres crías -ahora adolescentes- que no están lo bastante preparados como para valerse por sí mismos.

Que hayan sobrevivido por tanto tiempo es un reconocimiento a sus esfuerzos, los perezosos de tres dedos suelen no duran mucho en cautiverio y es una carrera contrarreloj devolverlos a su hábitat natural.

Si un recién llegado se niega a comer, Pool también lo deja ir. Muchas veces se les pasa la depresión en cuanto ven árboles.

Desde junio de este año, gran parte del trabajo de rescate se hará en un nuevo centro a 67km de Paramaribo, donde una compañía de turismo ha habilitado el terreno. Mientras tanto, otra crisis se avecina.

Pool se ha enterado de una nueva franja de selva que va a ser despejada. El dueño cree que hay 15 , por lo tanto ella calcula que podría haber hasta 300. Probablemente será tan intensa como la vez anterior.

"No duermo mucho, es difícil", dice Pool, que acomoda las labores de rescate junto a un trabajo de tiempo completo como traductora. "No deja mucho espacio para nada más. Soy soltera, no he encontrado la persona adecuada que esté tan loca como yo".

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