El segundo cáncer que más muertes causa entre las peruanas es el de cuello uterino. De acuerdo con el informe Globocan, todos los años 4.043 mujeres son diagnosticadas de esta enfermedad en el país y 1.836 mujeres mueren por ese mal. Lo irónico de la situación es que se trata de un cáncer sumamente prevenible y que demora en su aparición entre 10 y 20 años. ¿Entonces por qué es tan mortal?
“Nuestros mejores registros sobre este cáncer vienen de Lima Metropolitana y nos solemos olvidar del resto del país. Nuestros números son tan horrendos como los de los países con peores estadísticas en África”, señala a El Comercio la doctora Patricia García, infectóloga e investigadora de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH). Para la experta, uno de los principales problemas se genera alrededor de una muy frecuente prueba usada para diagnosticar este mal: el Papanicolaou.
En esta prueba –desarrollada por el griego George Nicholas Papanicolaou a finales de la década del 20 y que se empezó a popularizar desde el año 1950 del siglo pasado– se toman algunas células del cuello uterino, las cuales luego se analizan para ver si son cancerosas o si hay signos de que podrían convertirse en ellas.
“Al hacer una revisión de los datos acerca del Papanicolaou, encontramos pruebas que se habían hecho y se encontraban resultados anormales; en las pruebas del siguiente año más anormalidades; y en el subsiguiente, más. Esta técnica ayuda a detectar los primeros estadios del cáncer, pero deberíamos detectarlo un poco antes. El Papanicolaou puede fallar en cualquiera de sus fases y termina teniendo una capacidad de detectar los casos en un 40%. Por eso se recomienda hacerla cada año en lugar de cada tres”, explica García.
—MAYOR EFECTIVIDAD—
Ante esta situación, investigadores de la UPCH –liderados por la doctora Patricia García– se embarcaron en la tarea de encontrar una prueba alternativa, más efectiva, que permita un diagnóstico en un estadio temprano y que pueda ser autosustentable. Así nace el proyecto Hope (www.hope.org.pe).
Hope (www.hope.org.pe) es el nombre de la prueba molecular que ofrece hasta un 90% de efectividad. “Es un tipo de prueba que, con el paso del tiempo, se ha simplificado y cada vez es más económica. Al detectar el virus analizando sus ácidos nucleares puede darnos una idea de su presencia en las personas antes de que se desarrolle el cáncer”, recalca la investigadora.
Desde el 2011 está en marcha el programa contra el virus de papiloma humano (VPH) en el Perú, por el que todas las niñas que estén en quinto grado de primaria deben vacunarse. Pero tras ese corte generacional, queda un grupo etario desprotegido. Por eso, Hope está indicado para mujeres de 30 a 49 años. La detección del virus no es sinónimo de cáncer, pero sí de un riesgo altísimo de sufrirlo.
—COMPONENTE SOCIAL—
De acuerdo con este proyecto, Hope no solo es una prueba molecular con un costo mucho menor a otras de su tipo, sino que permitirá a mujeres de escasos recursos acceder a esta herramienta de prevención. Así, por cada prueba comercializada por los canales regulares, otra mujer recibirá un Hope.
“Para que el proyecto tenga impacto social, estamos identificando mujeres en las comunidades, les enseñamos sobre el cáncer de cuello uterino, sobre el producto y sobre cómo tomarse sus propias muestras. Ellas son nuestras embajadoras, nuestras ‘Hope ladies’ que hablan con otras mujeres, les enseñan, reparten las pruebas, las recogen y, si la paciente no tiene un celular para recibir los resultados vía SMS, ellas se los pueden entregar”, refiere la doctora García. Las primeras beneficiadas son mujeres de Ventanilla.
Un proyecto que cierra el círculo
No todas las mujeres que lo deben hacer se someten al Papanicolaou de manera periódica, favoreciendo a la aparición de nuevos casos de cáncer de cuello.
Las razones de esto varían según las zonas y van desde los simples descuidos hasta dificultades socioculturales. Es por eso que los investigadores de la UPCH optaron por una prueba que permita a la mujer realizar ella misma la toma de las muestras. Además, la tecnología con la que está desarrollada hace que no se requiera de refrigeración y que sea de larga duración.
Pero no solo se queda en el examen. El proyecto Hope envía los resultados por e-mail o SMS; tiene en su web información importante sobre el VPH y sobre el cáncer; tiene un teléfono para recibir ayuda sobre cómo realizar la prueba o tener los resultados; y, además, ginecólogos expertos a disposición.
La cifra
34.000 mujeres murieron por cáncer de cuello uterino en la región en el 2018, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).