La serie de YouTube Great Big Story contó la importancia del trabajo de la empresa española Factum Arte
La serie de YouTube Great Big Story contó la importancia del trabajo de la empresa española Factum Arte
Redacción EC

Copias de pinturas renacentistas inestimables hasta réplicas en tamaño real de la tumba de Tutankamón son el pan de cada día para los empleados de la empresa española Factum Arte. Según la serie de  "Great Big Story", estos trabajadores son "grandes falsificadores" de arte de clase mundial que crean piezas con la intención de proteger el patrimonio cultural del mundo.

Al perseguir su objetivo, la empresa ha desarrollado tecnologías avanzadas para escanear, documentar y recrear un gran espectro de obras de arte clásicas. Para su fundador, Adam Lowe, las creaciones de estas réplicas es lo que en verdad ayuda a proteger las piezas originales.

"Las principales dificultades de trabajar con cualquier trabajo vulnerable o frágil del patrimonio cultural es el respeto que usted tiene que tener para ese objeto", dice Lowe. "La tecnología está en un punto en este momento en el que podemos grabar la superficie de un objeto a fracciones de milímetros, y es a través de este tipo de entendimiento que permite comunicarnos a través del tiempo y en todas las culturas".

Cada día, Factum Arte emprende el reto de proteger el patrimonio cultural de la humanidad. Su misión es registrar dicho patrimonio en caso haya un desastre o accidente, y la pieza desaparezca. Es así que la empresa se convirtió en pionera en una serie de métodos para trasladar la información de las piezas de arte al mundo físico.

"Estamos haciendo la impresión 3D, pero estamos tratando de ir más allá de eso", dice Lowe. "El proyecto más grande que estamos haciendo en este momento es un facsímil [réplica de una pieza] exacto de la tumba de Seti I, que será entregado a la gente de Egipto tan pronto como esté terminado".

Según el fundador de Factum Arte, hace dos siglos, la preocupación no era uno por la preservación, sino era por el descubrimiento y la emoción por las adquisiciones culturales. Es así que los descubrimientos eran excitantes en un inicio, pero luego comenzaron a declinarse y luego a estropearse.

"Creo que el facsímil se está abriendo a un nuevo nivel en la posibilidad de la pantalla, la preservación, conservación, restauración, comunicación, difusión de lo que es importante acerca de estos objetos. Si tan solo podemos conservar las cosas como son y documentarlas y transmitirlos a las generaciones futuras, entonces no habría esperanza", concluye Lowe.

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