La violencia en internet se ha vuelto muy frecuente. (Foto: Reuters)
La violencia en internet se ha vuelto muy frecuente. (Foto: Reuters)
Redacción EC

Hace 22 años, el 16 de noviembre de 1995, la UNESCO lanzó la Declaración de Principios sobre la Tolerancia, en la que entre otras cosas asegura que “la gente es naturalmente diversa; solo la tolerancia puede asegurar la supervivencia de comunidades mixtas en cada región del mundo”. Sin embargo, la digitalización y la globalización han demostrado que las diferencias sociales y culturales, incluyendo los conflictos, también existen en .

A propósito del Día Internacional de la Tolerancia, algunos expertos explicaron al diario colombiano "El Tiempo" porqué las personas tienden a ser más violentas en espacios como las redes sociales y cómo la tolerancia es clave para la construcción de una buena convivencia en línea.

En los últimos años, la participación ciudadana se ha hecho presente en Facebook. (Foto: agencias)
En los últimos años, la participación ciudadana se ha hecho presente en Facebook. (Foto: agencias)

Normalización de la violencia en línea

“Los discursos violentos siempre se han presentado en todos los espacios”, así lo afirma Gilma Ballesteros, politóloga colombiana y doctora en estudios para la paz de la Universidad de Granada en España. Para la experta, la humanidad ha legitimado la violencia de forma consciente e inconsciente, a través de numerosos estereotipos que también se han trasladado a los espacios virtuales.

“Hemos reivindicado y legitimado la violencia como una forma de expresión y comunicación. Del espacio físico hemos traspasado esa legitimación a lo virtual. Nos enseñaron los paradigmas e imaginarios de guerra, la imagen masculinizada y afianzada en el héroe que caza y que somete a la naturaleza, y aunque actualmente se cuestionan algunos de ellos, algunos otros no. Por ejemplo, sentimos que la violencia verbal es menor a la violencia física”.

Por el mismo camino, Mónica Echeverría, directora del observatorio de medios y género de la Universidad Central, asegura que los discursos violentos en línea “son un espejo de los mensajes que ya existen en la sociedad”. Aunque, para la experta, el elemento de lo digital genera nuevas formas de expresarlos. “A parte de permitir mayor inmediatez en las respuestas y tener la posibilidad de hacerse virales, los espacios virtuales cambian la interlocución y permiten otro tipo de respuestas como memes, videoblogs y fotos. Además, tienen capacidad organización".  

La violencia en los espacios digitales puede adquirir una dimensión diferente. No es lo mismo ser acosado por compañeros de clase a ser víctima de la publicación de un video íntimo y ser visto, comentado y violentado por millones de cibernautas. Pero la capacidad de organización que plantea Echeverría es una reflexión recurrente en foros académicos y columnas de prensa.  

En agosto pasado, por ejemplo, algunos individuos convocaron a una reunión, llamada de ‘Unite The Right’ (un grupo neonazi), a través de Facebook. La protesta en apoyo a la ‘supremacía blanca’ en Charlottsville, Virginia, EE. UU. , terminó con víctimas fatales.

Neonazis entran al Parlamento Europeo por primera vez
Neonazis entran al Parlamento Europeo por primera vez

Otro ejemplo puede ser la viralización de la imagen de Carolina Sanin, docente universitaria, con un ojo morado, una agresión por parte del grupo en Facebook Los Chompos para “ponerla en su sitio”. Según Echeverría, el caso concreto de Sanín, demuestra que las personas no solo estaban opinando. 

“Después de una columna de apoyo de Catalina Navarro Ruíz, las historias de venganza, lo vídeos violentos y hasta la imagen de la columnista también con el montaje de un ojo morado, podemos decir que no son personas que solo opinan sino son personas que tomando un espacio de su tiempo exclusivamente para generar respuestas de violencias simbólicas”, planteó la académica.

Según Gilma Ballesteros la tolerancia es constantemente confundida con indiferencia, por eso los comentarios como “respeto pero no comparto” son frecuentes. “La indiferencia no es tolerancia. Dejar que alguien diga algo, sin escuchar no es tolerancia, pues casi siempre, al final de la discusión nos terminamos imponiendo sobre los otros”. 

Carlos Lugo, Director de Apropiación del MinTIC, asegura que desde el gobierno se promueve la construcción de una Colombia digital más tolerante. Desde la campaña #BajemosElTono, que hace parte de la estrategia de apropiación digital En TIC Confío, el Ministerio adelantó una investigación en la que encontró que los temas de discusión con mayores niveles de violencia eran fútbol, religión, política, temas de género, y temas relacionados con el activismo animalista.

El portal de la campaña Bajemos el Tono ha recibido más de 10.000 visitas y a través de influenciadores y material disponible ha buscado “ayudar a la convivencia digital" y motivar que las conversaciones involucren de manera más activa a todas las personas participantes.

Según el funcionario, la aprobación o reprobación social es clave para la construcción de un ecosistema más cívico. “En nuestro estudio descubrimos que el poder de la tolerancia está en la audiencia, no solo en la victima o el victimario”.

Por otra parte, durante Colombia 4.0, también se lanzó el programa de 'Ciudadanía Digital' con el que esperan capacitar al menos 400.000 colombianos a diciembre de 2017. “Con este plan de apropiación, educamos la competencia, dentro de los 9 ejes de ciudadanía digital. Por ejemplo hay uno sobre ‘etiqueta digital’, donde hablamos de estos temas. En general la plataforma busca que la ciudadanía tome los cursos, se capacite y certifique en nuevas competencias”, puntualizó Lugo.

La conmemoración de la fecha internacional también sirve para sensibilizar alrededor de las medidas contra la intolerancia. Todos los expertos consultados estuvieron de acuerdo con que el tema de la tolerancia debe ser manejado desde una perspectiva más educativa y menos de limitación, es decir, que no se trata de imponer mayores limitaciones a la libertad de expresión a través de los medios virtuales.

Para Echeverría, en vez de limitaciones expresas en las plataformas, debería fortalecerse el marco jurídico y legal frente a casos como el acoso, el abuso de menores, la difusión de material sexual no autorizado entre otros fenómenos. “Sea cual sea el motivo del acoso en línea, en este momento no hay reglamentación y es difícil hacer que los procesos lo evidencien como un delito”.

Para Ballesteros, la tolerancia, que corresponde con la visión de la UNESCO, “debe ser un valor más activo. Se debe promover la escucha para poder construir acuerdos y deconstruir estereotipos”.

GDA

El Tiempo - Colombia

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