Sonia del Águila

Mientras impregna su hogar de espíritu navideño, Tula Rodríguez cierra heridas, se deshace de recuerdos tristes y se seca las lágrimas que no cesan pese al tiempo transcurrido. Le pone fin a un pasado de dolorosas pérdidas e inicia un futuro con proyectos profesionales y personales que la entusiasman.

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