Rubén Blades, una de las figuras principales del elenco. (Foto: AMC)
Rubén Blades, una de las figuras principales del elenco. (Foto: AMC)

Con los pelos parados, el aire de científico loco y la mirada semejante a la de alguien poseído por el cumplimiento de una misión impostergable, el cineasta soviético Serguéi Eisenstein camina por Tijuana, ‘la esquina de México’ que limita con EE.UU., y piensa:

–¿Dónde diablos está México aquí?

Si esta idea no cruzó por su cabeza, alguna premisa a un paso de la decepción fue invocada. Según la mitología, en 1930, cuando Eisenstein llegó por primera vez a México desde EE.UU., miró Tijuana sin amor. Tal vez solo vio otro pueblo en medio de la nada. Un lugar limítrofe del estado de Baja California que mezcla sin fervor lo gringo y lo local. No había revolución digna de filmar allí. Eso debió haber sido doblemente desalentador para Eisenstein, un mago del montaje dialéctico del cine basado en la combinación de la tesis con la antítesis para dar con una síntesis (plano de un rostro inmóvil + plano de un plato de comida = hambre). No había en Tijuana un cactus decoroso con el que hincarse para derramar una gota de sangre entre el desierto y el Océano Pacífico.

Pero todo es una cuestión de perspectiva. O de otros factores variopintos y acaso insondables.

Más de 60 años después, el director James Cameron vio en Tijuana otra cosa. O, en todo caso, se alineó con los que toman decisiones en 20th Century Fox para decidirse a bajar a ese turístico pampón limítrofe y emprender el rodaje de “Titanic” (1997). Abaratar costos era una prioridad. Así nació Baja Studios, un orgullo de Tijuana y motor de un ecosistema audiovisual, social y económico. Ahí Leonardo DiCaprio, en medio de escenografías construidas ad hoc, exclamó: “I’m the king of the world!”. Baja Studios sigue funcionando y más de un tanque de Hollywood fue gestado en sus locaciones. Hoy en Baja Studios también se ubica uno de los cuarteles generales de “Fear The Walking Dead”, serie apocalíptica de la cadena AMC que estrenará su tercera temporada hoy a las 8 p.m.

Hay aquí una visión que va más allá de lo logístico. Un concepto asoma. Los muertos vivientes de “Fear The Walking Dead” se mueven en el llano en llamas de Tijuana. El muro entre México y EE.UU. ha perdido su sentido con el desmadre zombi. La frontera física –o el límite moral– se ha convertido en una línea delgada. Las ironías políticas de este género vuelven a decir presente en la era de Donald Trump. El fin del mundo se asemeja a una zona liberada. De él nadie se salva. Los zombis son un pretexto: la verdadera amenaza son los seres humanos. Gringos, latinos y todos estamos condenados. Nadie sabe a dónde ir (y tampoco de dónde proviene). O eso parece.

—Visiones de un maestro—

Rubén Blades, quien sabe disimular o tiene el talento de mostrarse capaz de opinar sobre cualquier tema sin hacer el ridículo, también tiene sus pareceres sobre los zombis. El artista panameño de 68 años es un puntal del elenco de “Fear The Walking Dead” y se explaya en Baja Studios ante las consultas de una delegación hispanoamericana de la que es parte El Comercio. La presencia de Blades es tanto un guiño al mercado latino como una pieza básica en la construcción de una ficción en la que el orden se invirtió: los gringos se van al sur para refugiarse y para recomponer sus relaciones filiales. Blades está impecablemente vestido de negro. Un sombrero corona su elegancia. Este es un extracto de una conversación que duró más de una hora:

—¿Qué hace que “Fear The Walking Dead” sea actual y urgente?

Cuando tienes una situación como la que vivimos, que va desde el cambio climático hasta Corea del Norte, donde hay un tipo que dice que tiene cohetes que pueden crear explosiones atómicas, te das cuenta de que el mundo enfrenta una serie de circunstancias que podrían terminar en un problema como el de “Fear The Walking Dead”. La idea de los infectados es una metáfora que se utiliza para hacer la pregunta más importante: ¿cómo reaccionaría el ser humano ante el desplome de todas las instituciones debido a las enfermedades, guerras o circunstancias naturales?

—¿Qué le parece lo que ocurre en EE.UU.?

Hemos pasado de un presidente que podía hablar con oraciones articuladas a esto, que es la representación más estúpida de un funcionario público que haya visto en mi vida. Es algo que da vergüenza y miedo: que una persona con tan vasta ignorancia esté en esa posición. Y miren lo que pasa en Venezuela: un tipo empeñado en quedarse ahí y que no tiene control sobre el país, en una situación de polarización que cada día se agudiza más. Quién sabe en qué va a desembocar. En ese sentido, “Fear The Walking Dead” sigue siendo un programa válido que plantea esas preguntas: ¿qué haría usted? ¿Cuál sería la nueva moral?

—Preguntas sin respuestas, ¿no?

Hasta ahora. Incluso en las peores condiciones confiamos en la aparición de los mejores ángeles del carácter humano, pero... Ayer miraba un documental sobre los últimos días de la Segunda Guerra Mundial en Alemania. Ahí tienen un ejemplo de lo que ocurre cuando todo se cae. Son cosas imposibles de imaginar en una condición de normalidad.

—Es músico, actor, abogado, político, etc. A sus 68 años, ¿qué le falta hacer? ¿Dirigir?

Estoy trabajando con el escritor cubano Leonardo Padura y su esposa en un libreto de cine, así como en un libreto de “Maestra vida” con la directora Paloma Suau. Tengo un álbum de salsa con arreglos de Roberto Delgado y la Orquesta de Panamá. Asimismo, me interesan la arqueología y la paleontología. Me gustaría saber quiénes fueron los primeros en llegar a América y por dónde. Siempre he creído en las migraciones simultáneas, nunca me he creído el cuento de que fue por el estrecho de Bering, etc.

—¿Esto último tiene algo que ver con “Fear The Walking Dead?

No, es asunto mío. Pero, ahora mismo, creo que lo más importante es escribir y dejar algún tipo de explicación sobre qué orientó el movimiento Papa Egoró [el partido político que Blades fundó] y mis experiencias como músico, actor, inmigrante en EE.UU. o panameño. Y desde hace tres años escribo un libro de poesía. Me he propuesto escribir un poema por día, como un ejercicio, aunque algunas cosas no sirven, me parece. También sucede una cosa: llega un momento en el que te das cuenta de que tienes más pasado que futuro. Y eso va para todos ustedes, porque yo alguna vez tuve la edad de ustedes. En la Biblia figura alguien que tiene como 140 años. Eso no va a pasar. Entonces, a esta edad, ¿qué cosas puedes hacer con alguna posibilidad de éxito? No vas a ser delantero del Barcelona o ingeniero nuclear. Hay cosas que ya no van a ocurrir. Así es que no pierdan el tiempo en eso. Por eso escribo. Bueno, también hay que disfrutar la vida. Atender a la familia y los amigos.

—¿Qué le parecen los estereotipos de la representación latina en las ficciones de Hollywood?

Hay un problema complejo. Los roles de las latinas son siempre los mismos: empleadas, prostitutas, ilegales o mujeres golpeadas. Es una posición de subordinación ante la realidad. Por otro lado, está la ausencia de latinos en posiciones que les permitan ascender. Ante esto, deberíamos apoyar más el cine latinoamericano. Pero si pones una película de George Lucas junto a una con Ricardo Darín, la gente irá a ver la primera por las explosiones y etcétera. No apoyamos nuestro cine. Ese es otro problema.

—¿Qué se puede esperar de la representación de latinos en “Fear The Walking Dead”?

Les digo: el cuarto capítulo de esta tercera temporada está todo en español. De arriba a abajo. No sé si eso ha ocurrido antes en la televisión de EE.UU. Y con subtítulos, papá, que los estadounidenses odian [risas].

—¿Es una estrategia de protesta?

Esto ya se venía de todas formas, incluso sin este señor [Trump]. Hasta ahora no he visto un programa entero en español en la televisión estadounidense. No es que Sofía Vergara salga y diga tres cosas. Esto no es Sofía Vergara y ‘cuchi-cuchi’ [risas].

—De muro a puente—

Cree que las bravatas del presidente Trump contra los inmigrantes son puro humo y que todo seguirá igual. Es lo que piensa José Díaz, el conductor del taxi que me traslada a la orilla de Tijuana en la que termina el muro o valla que se levanta en los 3.185 kilómetros del límite entre México y Estados Unidos. Díaz nunca ha cruzado la frontera y piensa que, por ser un simple trabajador, jamás le darán visa, con o sin Trump. Para alegrar su orgullo, le cuento que el Estadio Nacional de Lima lleva el apodo de ‘coloso de José Díaz’. Él sonríe.

El taxista Díaz también cree que cualquier intento por cruzar la frontera como ilegal es una estupidez y que los que lo hacen no tienen la menor idea de a qué están yendo. Uno le da la razón cuando mira hacia el lado de San Diego, EE.UU., y la crudeza de sus espacios naturales. Él está tranquilo en Tijuana porque la industria del turismo le permite ganarse la vida. A los gringos les sale barato relajarse aquí. Lo que usualmente buscan: playas, casinos, tequila y sexo, en una zona que resalta por un sincretismo limítrofe sin personalidad que, paradójicamente, es lo que le da una distinción o alma folclórica.

La valla oxidada de la frontera invita a la intervención artística. Abundan las frases sobre ella. “La esquina donde rebotan los sueños”, reza una inscripción. La creatividad, además, se traslada al deporte: se ha jugado partidos fronterizos de vóley playa en los que el muro fue la red.

Díaz confiesa que no es un fiel seguidor de “Fear The Walking Dead”, aunque luego me pregunta por sus novedades. Le digo que el muro pierde cada vez más su sentido en la ficción y que la serie tiende puentes con los latinos. Entonces el conductor esboza una leve sonrisa, como si celebrara un triunfo íntimo y secreto.

EN CIFRAS
1948 es el año de nacimiento de Rubén Blades. El multifacético artista panameño cumplirá 69 años el 16 de julio.

16 capítulos tendrá la tercera temporada de “Fear The Walking Dead”. Esta entrega se dividirá en dos partes.

1996 es el año en el que comenzó la construcción de Baja Studios en Tijuana, para afrontar el rodaje de “Titanic”.

3.185 kilómetros es longitud de la frontera entre México y Estados Unidos, según la Comisión Internacional de Límites y Aguas.

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