Magaly: "Vuelvo con la lengua bien larga y la falda bien corta"
Fernando Vivas

Por 15 años he mantenido con un diálogo impersonal, intermitente y destemplado. Yo la he criticado y ella ha replicado, cuando se ha picado, con esas andanadas que irritan hasta que le encuentro el lado divertido. Fue crítica de TV que pasó al otro lado del vidrio y mutó en diva del desrregulado zafarrancho de la pantalla. Lo raro de este encuentro es que peleamos en nombre de una vieja amistad y no debo ocultarlo.  

No puedo  hacer preguntas sin hacer antes un pequeño speech.
Tú dime lo que quieras, total lo has escrito durante todos estos años con toda la libertad de ser un crítico.

Tuvimos una gran amistad y nos distanciamos porque tú hacías TV de impacto y yo la criticaba.  Pero siento que, a pesar de tantas escaramuzas, yo hacía mi chamba y tú la tuya. Y, en lo personal, no recrimino nada, no hay encono.
Si hay algo que me molestó, fue como mis disputas con ya no me molestan.

No esperaba que me compararas con Gisela.
[Ríe] A mí me ha encantado responderte porque muchas cosas me parecieron fuera de lugar y yo sí soy apasionada para defender lo que considero mi verdad. Tú has sido especialmente crítico conmigo.

Porque estabas especialmente destacada en la TV.
Esa ha sido mi cruz. Otros programitas hacían bazofia, pero yo tenía el ráting y me caía a mí.

Eras la bruja reina.
Bruja siempre lo seré.

¿De qué va  a ir tu programa?
Me han pedido que no lo diga. Lo que te puedo decir es que la gente extraña mi opinión y la voy a dar.

El formato eres tú.
Básicamente, el programa es Magaly. El nombre tiene que ver conmigo, pero no lo puedo decir. Casi se llama “Magaly de M”.

¿Pero tú no quieres hacer la misma ‘m’?
Veremos lo que dice el público. Haré lo que a la gente le encantaría saber de los temas de la semana y que no se profundizaron. Lo que nadie osa decir.

¿Habrá un protocolo interno para llevar la fiesta en paz con otras figuras del canal?
Todos los canales quieren llevar la fiesta en paz. En ATV me manejé en una isla, y así soy de antipática, sin cruzarme con gente de otros programas. No soy de besitos, eso se lo dejo a Ney.

Casi se te lo lleva Laura Bozzo.
Sí, pero lo impedí de una manera fea. Casi no me lo perdona. Fue una de las peleas más fuertes que hemos tenido. 

¿No fue armado como ahora que se dice que se arma todo?
No. Me fui de boca. La gente cree en mí porque no ando diciendo, “anda, bésate con fulano”. Tú me criticabas injustamente.

Había cosas fronterizas, admite.
El caso simbólico fue el de Tenchy Ugaz (ampayado con una vedette cuando su esposa estaba embarazada), la chica que salía con él nos contó.

Les pasó el yara, no fue un ampay puro. Pudiste decirlo.
Ahora toda la gente habla del ráting como del precio de las papas en el mercado, más aun con las redes sociales. Todos son críticos de televisión.

Hay una generación distinta a  tu primera época, dispuesta a armar cualquier cosa para figurar.
Yo tenía que buscar a Luisitos y Andy V bajo las piedras, porque se nos acababan los 5 gatos que había. Hoy matan por salir.

He disfrutado muchos ampayes, mis objeciones venían a tu crítica puritana, la condena al jugador.
No soy puritana, soy de mente muy abierta, pero cuando estás en la TV, tienes que interpretar a la gente en este país.

La gente es puritana y le entregas una opinión que no es la tuya.
De pronto, sí. Pero nunca me han gustado los jugadorazos que venden una imagen de pureza. Cuando he tenido ampayes de gays, he sido abierta.

Es cierto. Pasando a otro tema, pudiste admitir una confusión en el caso Paolo Guerrero pero, por fatalista, seguiste hasta el final.
Hubo un gran error que sí cometí. Fui soberbia al romper la carta de rectificación, eso fue irrespetuoso de mi parte. Ya pagué mi pena y puedo decirlo: creí en mi fotógrafo (Carlos Guerrero), que aún trabaja conmigo. 

Ahora eres más abierta con tu vida. ¿Es por fair play, ‘si me meto en otras vidas, debo abrir la mía’?
Hay algo de eso. Antes era más cerrada. Ahora digo, tengo una historia de vida de la que me siento orgullosa. Tengo salud, hago felices a los que quiero.

Entrevistada por Beto Ortiz, te extendiste mucho sobre sus vidas, ¿les consultaste?
Respeto mucho a mi ex esposo (César Lengua) y él mismo habla de los problemas que tuvo. Lo que no dije, y le ofrezco disculpas, es que se recuperó, que es un ser humano grandioso, y que está con una mujer a la que ama. Es lo que siempre quise para él porque alguna vez me sentí culpable de haberlo dejado.

Qué bueno oír eso.
Mi época más educativa era cuando andaba con ustedes y hablábamos de cine, de libros, soñábamos con el día en que se hiciera más cine en el Perú.

Recuerdo cuando Eduardo Guzmán te ofreció entrar a la tele, y fuiste reticente. Él fue el creador del monstruo [risas].
Y acepté porque la paga era buena y “Oiga” (donde era crítica de TV) había cerrado. Pero no quería dar la cara, no me gustaba mi físico y todavía tenía cierta reputación. Hasta que me fascinó este nuevo mundo.

Y diste un uso práctico a ese espíritu chismoso y metiche que siempre has tenido.
Por eso me llamaste ‘Urraca’, eso te lo debo a ti.

Tú lo has puesto en valor. Leías los edictos matrimoniales, eso es anormal.
[Risas] He conocido gente que hace lo mismo. De los edictos sacaba tremendas historias. Hasta que comencé a encontrar historias en mi entorno.

¿El programa será en vivo?
Soy un animal televisivo en vivo. Me gusta, pero todavía no lo sé. El vivo te sube la adrenalina.

Es un rasgo de la TV peruana.
Sí, llegas a un nivel tal que a veces no puedes controlarte y alguien en el corte comercial tiene que decirte, “bájala”. Como verás, la irresponsabilidad da ahora amplios réditos y la pantalla está inundada de eso.

Y si quieres ser responsable, ¿qué autorregulación harías?
Me autorregulé hace mucho tiempo. Cuando veo algunos excesos, sí digo, “guau, eso nos está haciendo daño a todos, porque vienen las denuncias, los comités famosos de señoras que protestan”.

Las de Valores Humanos estarán muy atentas.
Con esas señoras me he sentado y hablado. También con la ANDA.

Te pusieron luz roja.
Por poco tiempo porque logré conciliar con todos. La autorregulación está en uno. Los límites de invasión de privacidad quedaron claros. Ahora me voy a enfrentar con algo nuevo, como cuando empecé “Magaly TV”. Pero no voy a estar un sábado en la noche para dar misa. 

¿Qué piensas de Jacinta?
Siempre me gustó, porque burlarse de uno mismo es la mejor manera de decir lo que no somos.

Esto es burlarse del otro.
Pero es comicidad. ¿Por qué no criticar a Paolín Lin Lin?

Es criticable. Por eso, hay que hacer algo de docencia.
Es algo estructural, no viene de la televisión.

La TV lo reproduce y no contribuye a ningún cambio.
No me voy meter a decirles a los otros lo que tienen que hacer. Solo me he mirado a mí misma y he corrido como los caballos, de frente, con los ojos tapados.

Y la boca bien abierta.
Y la lengua muy larga, y la falda bien corta, como diría Sabina.

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