Para algunas personas, la idea de vivir despreocupados del dinero es lo mejor. Dejar de trabajar y relajarse pero sin reducir su calidad de vida parece un sueño, sin embargo la cosa es distinta cuando en verdad la plata se termina.
Agistri es una isla a una hora de Atenas. En las fotos parece un hermoso paraíso de arena blanca, mar azul y atardeceres de ensueño. Sin embargo, desde hace unos días, los bancos están cerrados y los cajeros desprovistos de efectivo haciendo las cosas más difíciles no solo para los turistas sino también para los habitantes.
Corey Hutchins cuenta en su artículo de la página web Slate el nivel de impacto que la crisis del país tiene en todos ahí. Como se sabe, este domingo los ciudadanos deberán decidir si Grecia sale o no de la zona euro, votación determinante para el futuro del país. “En las calles de Agistri parece que no hay problema, pero la gente está preocupada”, escribe Hutchins.
Negocios que no aceptan tarjetas de crédito, hoteles vacíos que van cerrando sus puertas, familias preocupadas de no poder mantenerse durante el invierno si no entran ganancias en los meses de verano. Ese es el panorama de los ciudadanos de Agistri quienes sin embargo, pese a la crisis que atraviesan, no descuidan a sus visitantes y “los tratan como si fueran de su familia”.
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