Recuerda que la innovación no es un concepto abstracto, úsala a tu favor. Aquí te damos seis puntos a tener en cuenta:
1. Destierra los mitos culturales.
Las prácticas arraigadas frenan la capacidad de los innovadores de asumir riesgos, probar nuevos enfoques y fracasar antes de cosechar éxitos. Necesitamos dar paso a una nueva forma de trabajar, sin estigmatizar el fracaso.
2. Aprovecha los avances de la tecnología y la informática.
Ahora es posible solucionar retos que antes solamente se podían enfrentar con grandes capitales y el apoyo de quienes toman las decisiones en los sectores público y privado.
3. Las ideas de los emprendedores se pueden transformar en soluciones prácticas.
Así se abordan los grandes desafíos de la región, en áreas tales como la seguridad ciudadana, la educación, el medio ambiente o las energías renovables.
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4. Redes de contactos con los innovadores.
Tu éxito como emprendedora depende de tu capacidad de compartir ideas dentro y fuera de tu país para nutrirte de distintas perspectivas y experimentar. Pero además, tu capacidad de establecer conexiones con asesores e inversores es esencial para hacer realidad tus sueños e invenciones.
5. La innovación abierta resalta la importancia de explorar más lejos.
Esto permite inspirarse y conectarse no sólo con otros emprendedores como tú, sino también con las instituciones públicas, el sector académico y los potenciales inversores que pueden llevar a cabo tus proyectos.
6. Verifica que tu compañía tenga impactos económico y social.
Es más difícil sostener un proyecto que crearlo: impulsa emprendimientos que perduren y que tengan posibilidades de crecer y expandirse.