Siete pruebas de que tus noches de fiestas cambian con la edad
Siete pruebas de que tus noches de fiestas cambian con la edad
Redacción EC

Nos dirán aburridas, pensarán que somos las peores amigas para salir a divertirse o simplemente nos mirarán con mala cara. Pero lo que no podemos negar es que nuestra idea de fiesta ya no es la misma que la que teníamos a los 20 años.

El paso del tiempo nos hace cambiar la forma de ver una salida nocturna y, en cierto modo, nos va tranquilizando esas locas ganas de tirar la casa por la ventana y beber hasta morir. ¿Cómo se ha ido transformando? Estos son algunos ejemplos.

1. Nuestro concepto de “seguirla” es echarnos en nuestra cama

Antes no tenías ningún problema de saltar de un lugar a otro en una salida nocturna y entre más sitios visitaras, más divertido sería. Hoy, cuando sales de una reunión y tus amigos quieren “seguirla” en algún bar o discoteca no es una idea que te entusiasme demasiado. Es probable que termines aceptando pero sabes que no durarás mucho más.

2. A la hora que la fiesta empieza, tu solo quieres volver a casa

Cuando tenías 20 años, eran las dos de la mañana y sentías que la buena música recién sonaba, el empezaba a hacer efecto y por fin encontraste un chico digno de ser coqueteado. Hoy, unos cuantos años después las dos de la mañana significa dos cosas: regresar a casa extenuada o ya estar en tu quinto sueño.

3. A veces no pasas de “los previos”

Como su nombre lo indica, los famosos “previos” son esas reuniones que se arman antes de salir a un lugar específico. Sin embargo, en ocasiones tu fiesta termina donde la de todos los demás empieza y no porque se te pasó la mano con el licor sino porque estas tan cansada que el hecho de pensar en ir hacia otro sitio te da aún menos ganas de moverte.

4. A menor alcohol, mayor resaca

¿Te suena esta frase: “Nunca más vuelto a tomar así”? Por alguna razón, tu cuerpo ha disminuido su capacidad de tolerar los shots de tequila o la competencia de quien “seca” más rápido un vaso a comparación de la que tenías años atrás. Pero lo peor viene después: lo que antes nunca te daba , ahora te tumba en la cama todo el día siguiente.

5. Las discotecas dejaron de ser lo tuyo

La idea de estar parada horas en tacos, no poder caminar por la cantidad de gente, apretada en la pista con música que nunca en tu vida has escuchado y pagar un dineral por una botella de cerveza es algo que no te entusiasma en lo más mínimo. Hoy las reuniones en alguna casa o una noche tranquila en un bar son la mejor opción para ti.

6. Si ves una cola, mejor escapas

¿Hora y media en una cola para entrar a un local? Lo único que eso significa para ti ahora es un lugar atiborrado de gente y un constante dolor en los pies. Una cola ya no significa que el sitio es buenísimo sino que “la gente es muy lenta”, “debimos hacer lista” o “no tengo ganas de discutir con nadie”. Si hay que esperar, prefieres buscar un lugar igual de bueno donde no tengas que esperar.

7. Hay ocasiones que la mejor fiesta es una película en tu cama

Antes, un viernes y un sábado eran sinónimo de fiesta hasta las últimas consecuencias. Ahora, esos días significan poder relajarte disfrutando de una película o serie en casa con el pijama puesto y un plato de tu comida preferida al lado. No es que te desagrada salir, solo que también necesitas un momento para disfrutar de tu soledad.

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