“En parte del debate, ni a los propios congresistas parecía quedarles claro qué estaban haciendo”, señala el analista político Erick Sablich, en referencia a la discusión sobre la modificación de la inmunidad de congresistas, el presidente y otros altos funcionarios. De hecho, los parlamentarios Martha Chávez y Diethell Columbus pidieron que se haga precisiones al texto sustitutorio que el presidente de la Comisión de Constitución, Omar Chehade, había propuesto para que sea sometido a votación.
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Fue Chehade quién calificó la votación de anoche como “histórica”.
“Es histórica porque están haciendo las cosas muy mal: uno de estos partidos va a tener la presidencia en la próxima elección y ya están serruchándole el piso. Esto va a pasar a la historia como un Congreso que tuvo la oportunidad de hacer las cosas diferente, pero que no han estado a la altura de las circunstancias de lo que le conviene al país”, señala el politólogo José Incio.
Antes de proyectar el futuro, una descripción de la discusión: “Ha sido lamentable. Han modificado cuatro artículos de la Constitución sin debate en comisión, en horas. Con la excepción de algunos pocos integrantes de algunas bancadas, hubo un ánimo de inmadurez de tú me pechas, yo te pecho de vuelta”, señala Sablich.
Sablich: Ha sido un espectáculo triste del Ejecutivo y el Congreso que termina dañando las instituciones.
No se debe perder de vista que el pleno del Congreso se convocó para el último día de la primera legislatura de este periodo, luego de que este tema no alcanzó los 87 votos necesarios en la madrugada del sábado. Antes de que se anuncie que se iba a convocar a la sesión de ayer, el presidente Martín Vizcarra comunicó que iba a dar un mensaje a la Nación.
Para Incio, la modificación hecha por el Congreso parte de un análisis que no han hecho: Hasta que esta norma entre a segunda votación y entre en vigencia, Vizcarra ya estará de salida. La nueva norma afectará, sobre todo, al presidente que se elija para el próximo periodo, que probablemente salga de una de las agrupaciones que hoy están representadas en el Parlamento. Esto deja los incentivos para que haya confrontaciones más frecuentes, y con armas más poderosas, entre ambos poderes.
La modificación hecha es “un sancochado”, para Sablich, que deja de lado la propuesta de la Comisión Tuesta, y que refuerza la inmunidad de los parlamentarios, en algunos temas, y le resta a otros altos funcionarios. Además, es, para Incio, una suerte de cambio del sistema político en el que se debilita al Ejecutivo: les faltó asesoramiento jurídico para ver qué implica lo que estaban planteando.
Antes de la votación del Congreso, le preguntamos a ellos dos y a la politóloga Maria Alejandra Campos qué consecuencias tenía para la población que ambos poderes del Estado se enfrenten en medio de una pandemia.
“Partiendo de la premisa de que la reforma política genera poco interés, y es más el símbolo de luchar contra la corrupción, creo que sí causa una sensación positiva que este tema no se haya olvidado. Más aún, en un contexto en el que el COVID-19 tiene a la ciudadanía rebasada. Regresar a los temas que estaban en agenda ayuda a sentir que no todo en el país ha parado”, señalaba Campos.
Incio tenía una lectura similar. “La respuesta que ha dado Vizcarra en el mensaje a la Nación ha sido adecuada y mesurada. Esto le cae como un refresco al Ejecutivo, que ha sido vapuleado por los errores cometidos durante la pandemia. Si no hubiera reaccionado, las consecuencias serían peores, pues el mensaje que transmitiría es que no importa que tomemos un camino institucional, no hay forma de limpiar la política. En el contexto de la pandemia, la población puede tomar esto como un respiro, que hay algo que está avanzando”, sostenía el politólogo.
En cambio, para Sablich el escenario era distinto. “Lo que genera es hartazgo hacia las instituciones que se siguen desprestigiando incluso en una coyuntura tan difícil. Uno no esperaría que en una situación tan grave, que no hemos visto en décadas, en lugar de buscar soluciones en conjunto, sigamos en lo mismo. Genera insatisfacción”, decía por la tarde.
Para los tres, había unanimidad al señalar que el Parlamento había quedado mal parado frente a las decisiones tomadas. “Más allá de que el Congreso apruebe las reformas, otra vez termina luciendo como el órgano que no quiere combatir la corrupción y que tiene que rectificar por presión popular, de los medios o del Ejecutivo. El Ejecutivo ganará algo de crédito que le permita enarbolar la bandera anticorrupción, pero el efecto se diluye rápido. Si uno pasa del titular y revisa lo anunciado por Vizcarra, se da cuenta de que las cosas no son tal cual él las dice: el tema de la inmunidad que se pondrá en referéndum será el proyecto aprobado por el Congreso, entre otras”, sostenía Sablich.
Campos: “Es una relación que viene escalando. Lo que puede pasar después del 28 de julio, en que Vizcarra deja de tener la potestad de cerrar el Congreso, es que empiecen a censurar a ministros”
En cuánto al futuro, los tres advierten que los conflictos aumentarán entre ambos poderes. “Es una relación que viene escalando. Lo que puede pasar después del 28 de julio, en que Vizcarra deja de tener la potestad de cerrar el Congreso, es que empiecen a censurar a ministros. En la próxima legislatura, el Parlamento va a tener muchas más opciones de ganarle al Ejecutivo; no van a tener restricciones. Vizcarra no ha planteado una cuestión de confianza, porque sabe que no tiene músculo para golpear al Congreso”, señala Campos.
En la misma línea, Sablich considera que el Ejecutivo se va quedando sin recursos para contraatacar. “Se vienen tiempos complicados en los que veremos al Congreso avanzando con proyectos que para el Ejecutivo son inadecuados; el Ejecutivo los observa y el Congreso los aprueba por insistencia. Esta relación va a seguir tensa hasta finales de año, aunque podría cambiar la dinámica si hay un cambio de Gabinete, y depende con qué ánimo entren”, indica.
Para Incio, más allá de Vizcarra, esta situación afectará a las bancadas más grandes del Parlamento. “Acción Popular, la bancada que está en la Mesa Directiva, se va a llevar los pasivos de este Congreso. Un detalle es que la primera persona a la que le dan la voz es a Martha Chávez, sabiendo que va a dar un mensaje contra el Ejecutivo. Vizcarra no va a postular en el 2021, no tiene partido; si quiere ser figura, será en el 2026; está de salida″, indica.
En respuesta, Vizcarra ha calificado como un “ardid” la decisión del Congreso. “Nos preocupa es que nos quieren tomar el pelo a los peruanos para que finalmente esto se caiga por los vicios de inconstitucionalidad que tiene y que la inmunidad parlamentaria continúe”, señaló en la mañana del lunes.