El senador norteamericano recibió una cálida bienvenida en el aeropuerto Jorge Chávez a donde llegaron muchas personas que pugnaban por estrecharle la mano. Kennedy tuvo una apretada agenda durante los tres días que estuvo en el Perú. Ni bien arribó a Lima sostuvo una reunión de dos horas con la juventud en el auditorio del Instituto Cultural Peruano Norteamericano donde dio un vibrante mensaje.
“La justicia significa una buena educación por cada niño y solo con educación para todos se puede crear una economía moderna y desarrollar la completa tecnología del siglo XX”, enfatizó. Al finalizar su discurso fue levantado en hombros por los estudiantes.
Siempre luciendo una sonrisa impecable, el hermano menor de JFK almorzó con el presidente Fernando Belaunde Terry en Palacio de Gobierno.
A bordo de un carro descubierto se dirigió a la Huerta Pérdida en Barrios Altos. Allí conversó con los pobladores y firmó autógrafos. Continuó su visita por La Victoria donde inauguró un parque en honor a su hermano John. Además recibió la llave del distrito y la distinción de Ciudadano Honorario.
Al día siguiente Bob Kennedy viajó al Cusco acompañado por su esposa Ethel. El joven senador visitó Sacsayhuamán. En todo su recorrido fue aplaudido por los cusqueños quienes le gritaban: “Hello Bob”.
A su retorno a Lima, Kennedy se reunió con la prensa en el salón de las Américas del Hotel Bolívar donde respondió una batería de preguntas.
“Cada país debe resolver por sí mismo sus problemas”, fue su opinión sobre la nacionalización del yacimiento petrolífico de La Brea y Pariñas. En otro pasaje de la conferencia de prensa, Kennedy aseguró que el gobierno de Estados Unidos no aplicará sanciones económicas si el Perú nacionaliza el complejo petrolífico.
¿Será candidato a la presidencia de EE.UU? Entre risas respondió que definitivamente no. Sin embargo, en 1968 anunciaría su candidatura.
Al salir del Hotel Bolívar millares de manos se extendieron para saludarlo, obligando al senador demócrata a subirse encima de un auto para saludar a la multitud.
Al día siguiente partió rumbo a Chile y dejó este mensaje: “Vuelvo a EE.UU como un gran amigo del pueblo peruano y todo el tiempo que dure en la carrera pública, estén seguros que el país tendrá un amigo”.
Robert Kennedy fue asesinado el 5 de junio de 1968 cuando había logrado ser el candidato favorito para ocupar la presidencia de su país.