El capitán José Quiñones,  El héroe de la Fuerza Aérea Peruana, muerto durante el conflicto de 1941 con el Ecuador.
El capitán José Quiñones, El héroe de la Fuerza Aérea Peruana, muerto durante el conflicto de 1941 con el Ecuador.
/ Archivo El Comercio

Publicamos a continuación, el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, denunciando la nueva y aleve agresión ecuatoriana realizada en nuestra frontera del norte. El puesto peruano de Lechugal, situadoen la orilla izquierda del río Zarumilla, fue sorpresivamente atacado; y más tarde lo fueron, también, empleándose fuertes contingentes de tropas, Matapalo, Aguas Verdes, Pocitos, La Bomba, El Caucho, La Unión y Las Cochas, posiciones estas últimas que estaban únicamente defendidas por la guardia civil. Todos los combates se iniciaron en la margen izquierda y peruana del río Zarumilla, o sea, que el Ecuador ha violado impúdicamente el límite de facto tradicional consagrado.

La radio de El Telégrafo de Guayaquil anunciaba esta mañana que a las 10:30 a.m. el mayor Ronceros con 500 hombres desalojó a los peruanos en Aguas Verdes y que luego se produjo una batalla campal en Chacras y Huaquillas. El puesto peruano de Aguas verdes está en la margen izquierda y si allí comenzó el combate, esto prueba que fueron los ecuatorianos los atacantes y que los peruanos los batieron en seguida en sus posiciones de Chacras y Huaquillas en la margen derecha del río.

La simple enunciación de estos hechos basta para revelar claramente la agresión ecuatoriana, que ha de producir la más justificada indignación en el Perú y merecida censura en el Continente; que ha de ver, una vez más, en el Ecuador, un país sin escrúpulos que no vacila en perturbar la paz en América con tal de producir el escándalo internacional con la vana esperanza de obtener por este medio un provechoso arreglo del diferendo de límites que tiene con nosotros.

No ha de sorprender a nadie la menguada agresión ecuatoriana. Desde que se produjo el anterior incidente en la frontera de Zarumilla, los cablegramas venidos del Ecuador anunciaban que ese país enviaba tropas allí, y daban cuenta de la agitación que reinaba en Quito y Guayaquil, cuya prensa y transmisiones por radio continuaban en su insolente y provocadora campaña contra el Perú; y en la primera de cuyas ciudades se constituía una Junta para la Defensa Nacional, que agrupaba los más heterogéneos elementos, seguramente con la esperanza de producir un urgente movimiento de concentración nacional explicable en un pueblo que se prepara para una aventura bélica.

Y ha provocado, efectivamente, el conflicto, porque, como lo decíamos en anterior oportunidad, el Ecuador no quiere el mantenimiento de la paz, sino que, por el contrario, busca perturbarla. Si ese país hubiera aceptado, como lo ha hecho el Perú, la propuesta de Argentina, Brasil y Estados Unidos, para retirar sus tropas 15 kilómetros de la línea del statu quo tradicional, o sea del statu quo que se pactó en 1936, no necesitaría recurrir a estos reprobables métodos de agresión. Pero el Ecuador propone el statu quo de ‘facto’, o sea una línea que consagre las violaciones que haya realizado y pueda realizar contra la que se convino hace cinco años y que se comprometió, bajo su honor, a respetar. Es por eso que trata esta nación de conquistar posiciones, por medio de la violencia antes de que se produzca la acción pacificadora que persiguen los países mediadores con la falaz ilusión de que acepten estos, después la línea de ‘facto’ que el Ecuador tiene la pretensión de fijar.

Mas este caso no ha de llegar; porque nuestras tropas, que han dado, nuevamente, en esta ocasión, pruebas de su valor y su patriótico denuedo, rechazarán todas las agresiones ecuatorianas, defendiendo nuestras posiciones y obligando al Ecuador a respetar la línea tradicional del statu quo de 1936. Así, la acción de los mediadores será simple y fácilmente eficaz, al insistir en el retiro de las fuerzas militares de la frontera peruano-ecuatoriana, de acuerdo con el instrumento jurídico que fijó en esta la línea del statu quo vigente.

Pero en el ataque de que hemos sido objeto, el Perú puede tener la noble y patriótica satisfacción de saber que la agresión ha sido severamente castigada y que el honor y la integridad territorial de la nación han sido defendidos por nuestro ejército, fiel a sus gloriosas tradiciones, dándonos un nuevo héroe: el teniente de aeronáutica José Quiñones González, a quien rinde en esto momentos la patria emocionado homenaje.

Comunicados oficiales

El día de ayer, a las dos de la madrugada, las tropas ecuatorianas atravesaron el río Zarumilla y abrieron fuego sorpresivamente sobre el puesto peruano de Lechugal, situado en la orilla izquierda del río Zarumilla, ocasionando la muerte del sargento primero Pedro Chamco Chumbi. El jefe del agrupamiento Norte, general Ureta, comunicaba el día de ayer, a la una de la tarde, que el ataque había sido repelido y que se notaban grandes desplazamientos de tropas ecuatorianas a lo largo de la frontera y continuos disparos.

A las seis de la madrugada de hoy las fuerzas ecuatorianas abrieron intenso fuego sobre Matapalo y sobre Aguas Verdes. A las 6:30 a.m. atacaron Pocitos, generalizándose el fuego en un frente de 50 kilómetros. Los tres puestos peruanos hállanse en la margen izquierda del río Zarumilla, que es el límite tradicional entre los dos países, lo que revela claramente la agresión ecuatoriana. En todos los puntos indicados la agresión fue rechazada por nuestras tropas.

Despachos llegados esta tarde anuncian que también fueron atacados, por fuertes efectivos ecuatorianos, los puestos peruanos de La Bomba, El Caucho, La Unión y Las Cochas. Estos puestos hallábanse únicamente cubiertos por fuerzas de la Guardia Civil peruana, la que repelió el primer ataque y continuaba luchando defensivamente a las 12:15 p.m. de hoy.

Ninguno de los objetivos militares perseguidos por el Ecuador fue alcanzado, siendo rechazados todos los ataques por las fuerzas peruanas que a la una de esta tarde dominaban la situación.

Lima, 23 de julio de 1941

Hora: 5 de la tarde

El ataque de las tropas ecuatoriana contra los puestos peruanos situados en la orilla izquierda del río Zarumilla, iniciado en la madrugada de hoy, continuó durante el día teniendo como puntos principales de acción los de Aguas Verdes, Pocitos, Matapalo. Las fuerzas ecuatorianas con numerosos efectivos intentaron inútilmente tomar Aguas Verdes. También realizaron encuentros en la zona de Cerro Caucho y de Las Palmas donde las fuerzas ecuatorianas invasoras fueron decididamente batidas por nuestros soldados.

En todo el resto de la frontera de Zarumilla las tropas ecuatorianas que trataron de violar el territorio nacional han sido severamente castigadas dispersándose sus concentraciones y destruyendo sus emplazamientos de artillería contra nuestras posiciones. En dichos encuentros murió heroicamente el teniente de aeronáutica José Quiñones González y resultaron heridos levemente los capitanes Corzo y Alva y el teniente Carbajal. La tropa sufrió pocas bajas.

La integridad territorial del Perú ha sido mantenida y consolidada merced a la acción de nuestras fuerzas armadas.

Lima, 23 de julio de 1941


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