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La ecóloga y periodista Bárbara d´Achille, encargada de la página de Ecología de El Comercio y el director del proyecto sobre camélidos sudamericanos de Corde-Huancavelica, ingeniero Esteban Bohórquez Rondón, fueron asesinados por terroristas en Huancavelica, en un paraje desolado a cinco mil metros de altura.
Desde la mañana de ayer se tuvo noticias de que al mediodía del miércoles habían caído en una emboscada subversiva, dándoseles por desaparecidos. Pero, solo minutos antes de la medianoche se confirmó el hallazgo de sus cuerpos, los que fueron trasladados a la morgue de Huancavelica.
La conservacionista y tenaz opositora de todo lo que suponga un daño ecológico, viajaba en misión periodística, para ampliar información sobre el proyecto de camélidos sudamericanos, junto con el ingeniero Bohórquez, el ingeniero Hugo Cabezas y un técnico topógrafo, en una camioneta de la FAO conducida por un chofer del sector Agricultura.
Se dirigían al poblado de Tinyaclla, distrito de Huando, a 60 kilómetros de Huancavelica, donde se ejecuta un programa de pastos y canalización, relacionado con el proyecto de camélidos.
En las afueras de dicho pueblo el vehículo fue interceptado por un grupo subversivo que resguardaba la mina Marta, ubicada a pocos metros de Tinyacclla, donde Sendero Luminoso realizaba una asamblea.
Las cinco personas fueron conducidas a la localidad de Pueblo Libre, donde habrían sido interrogadas durante cinco horas. Bárbara d´Achille habría indicado su calidad de periodista y habría hecho referencia a las campañas informativas que realizaba en favor del país y sobre todo de los pobladores andinos.
Algunas versiones señalan que Bárbara d´Achille habría sido presionada para que tomase unas fotos o hiciese un reportaje a los terroristas, a lo que se habría opuesto.
De los cinco ocupantes del vehículo, tres quedaron libres y regresaron en la noche del mismo miércoles a Huancavelica informando que la periodista de El Comercio y el ingeniero de Corde-Huancavelica habrían sido llevados a una zona más alejada, sin saber más de ellos.
Patrullas encontraron los cuerpos
Personal de la FAO y de Corde-Huancavelica viajó en la madrugada de ayer a la zona de la emboscada y en horas de la mañana lo hizo una patrulla formada por fuerzas del Ejército y Policía Nacional, acompañados de un juez instructor y un fiscal.
Esta patrulla ubicó los cuerpos, ambos con disparos en la sien, trasladándolos a Huancavelica, donde llegaron minutos antes de la medianoche.
En el grupo de búsqueda participó un campesino que dijo haber visto desde lejos la voladura de la camioneta con explosivos, y al lado del vehículo dos cadáveres.
La noticia causó conmoción en El Comercio y en los diversos medios de comunicación, que acudieron hasta el local de esta empresa editora para indagar sobre los lamentables hechos.
Ante la presencia de los hombres de prensa, que insistentemente buscaban mayor información, el subdirector de El Comercio Alejandro Miró Quesada Cisneros ofreció en horas de la tarde una conferencia de prensa, en la sala de la Biblioteca de este diario.
Consternado, destacó la pasión y empeño con que Bárbara d´Achille, de 48 años, se dedicó a la defensa de los recursos naturales, del medio ambiente, reseñando que desde 1985 entró a laborar a este diario y pronto se le encargó una página semanal sobre Ecología.
Bárbara d´Achille fue una tenaz defensora del medio ambiente
Bárbara d´Achille no nació en el Perú, pero, tras casi treinta años viviendo en este país, ya lo consideraba su patria, y por ello, desde los primeros tiempos de su residencia aquí, dedicó sus esfuerzos a defender sus recursos naturales, su medio ambiente, su población.
Nació en 1941 en la ciudad de Dobele, Letonia. Al ser anexada esta localidad a la Unión Soviética, su familia abandonó el lugar y se dirigió a Suecia. Bárbara tenía entones tres o cuatro años. Unos años más tarde pasó a residir en Argentina. Allí realizó estudios de ecología.
En 1960 vino al Perú, donde conoció a quien más tarde fue su esposo, el italiano Mauricio d´Achille, con quien tuvo dos hijos, Diana, de 25 años, y Fabritzio, de 23. Ella era Bárbara Bistevins Treinanis, pero desde su matrimonio adoptó el apellido de su cónyuge, siendo conocida en sus campañas conservacionistas como Bárbara d´Achille.
La selva la cautivó
Según ella relató en diversas oportunidades, residió en varios países, europeos y americanos, pero a ninguno la sintió como su patria. Solo cuando vino al Perú asumió esta tierra como la suya y particularmente la selva peruana.
Precisamente, su más reciente preocupación fue la dación de la ley de bases de la amazonía, a la que cuestionó en diversos aspectos, y emprendió en las últimas semanas una campaña para lograr su derogatoria, canalizando opiniones de diversos sectores del país.
Llegó al Perú contratada por Líneas Aéreas Panagra, como aeromoza. Ya casada, estableció su residencia en Iquitos primero, luego en Pucallpa y posteriormente en Manaos. La selva la cautivó y allí fue acrecentando su interés por la ecología.
En 1967 viajó a Brasil, donde vivió hasta 1980. También la zona amazónica la atrajo hacia ese país.
Siempre se consideró autodidacta y trabajó con rigor científico, aplicando lo aprendido mientras trabajaba como asistente de famosos científicos que llegaron a reservas como el Manu para estudiar el comportamiento de la flora y fauna.
Desde 1985 vincula su actividad ecológica con el periodismo
Desde 1985 incursiona en el periodismo, siempre vinculando la tarea informativa a su actividad como ecóloga. Ese año comenzó a trabajar en El Comercio, escribiendo sobre temas ecológicos en páginas interiores de este diario.
Pronto, dado su empeño y dedicación, se le encargó una página semanal dedicada a Ecología. El 28 de diciembre de 1985 se inicia esta publicación dentro la sección Metropolitana, con un artículo sobre los lobos de mar.
A este siguieron otro sobre la reserva de Punta San Juan, andenes limeños, el cuidado de los bosques, manglares, animales en vías de extinción, reforestación. Especial atención le dedico a la difusión de temas relacionados con los camélidos sudamericanos.
Su más reciente artículo publicado en la Página Ecológica fue “De la oscuridad a la vida”, escrito desde Puno, penúltimo lugar al que viajó para recoger in situ los problemas por los que atraviesan los comuneros de ese departamento y ver las soluciones para esas zonas deprimidas.
Según refirió ayer su esposo, antes de su partida a Huancavelica había manifestado su deseo de tomar unas vacaciones. Dijo que tras este viaje iba a darse un descanso para luego reanudar sus permanentes e inquietos recorridos por el interior del país, a todo lugar donde fuera necesario intervenir en defensa de nuestros recursos naturales.
Su tesonera labor le ha valido varios premios. En 1986 fue distinguida con el premio Koepcke al Periodismo Nacional y al año siguiente fue premiada por la Municipalidad de Lima por su trabajo en defensa del medio ambiente.
También en 1987 la distinguió la Universidad Nacional Agraria por su labor de conservación de suelos y aguas en el Perú, entre otras condecoraciones.
Además de la ecología y el periodismo practicó la pintura, apreciándose en su hogar bellas acuarelas hechas por ella.
Actualmente, se encuentra en prensa un libro que reúne sus mejores artículos, cuya edición es auspiciada por Concytec.
Tenaz en sus campañas
Bárbara, inquieta y tenaz en la consecución de sus metas, partió hacia la zona de Huancavelica el domingo 28 de mayo a las cinco de la madrugada para cubrir informaciones vinculadas a un proyecto de la FAO y de Holanda sobre reforestaciones.
Una vez en la zona decidió ampliar su información con respecto a un proyecto de Corde-Huancavelica sobre camélidos sudamericanos, tema al que en varias oportunidades dedicó sus esfuerzos.
El miércoles 31, a las 9 y 30 de la mañana, emprendió viaje hacia Tinyacclla, en el distrito de Huando, localidad donde se ejecutan acciones de pasto y canalizaciones vinculados al proyecto de camélidos. Aproximadamente al mediodía se produjo la emboscada.
