Hombre conduciendo mientras usa el teléfono integrado en el automóvil 1990. Creador: Desconocido. (Photo by National Motor Museum/Heritage Images via Getty Images)
Hombre conduciendo mientras usa el teléfono integrado en el automóvil 1990. Creador: Desconocido. (Photo by National Motor Museum/Heritage Images via Getty Images)
/ Unknown
Redacción EC

En abril de 1990 solo el 3% de la población nacional tenía un teléfono fijo, el era algo de lo que se escuchaba hablar en entornos académicos, pero que no se utilizaba ni en los mejores sueños y el acceso a la información era un privilegio. Para cada tipo de comunicación había un aparato y el consumo de vídeos y de música venía predefinido por quienes programaban las emisiones muy lejos de casa. Las noticias se leían en el diario, se esperaba a poder ver a alguien para hablarle y las cartas se escribían en papel y se enviaban por correo.

En ese contexto apareció un grupo de soñadores liderado por que querían traer al Perú aquello que ya estaba empezando a utilizarse con éxito en el resto del mundo. En 1983 Motorola había arrancado a vender de la mano de los gigantes de las telecomunicaciones que dominaban el mercado residencial, como AT&T, pero a nuestro país llegaron siete años después con precios elevados que solo podía asumir la crema y nata de la élite limeña.

En aquellos años, en sus primeras presentaciones ante empresarios peruanos, la empresa Tele 2000 de Delgado Parker apostó por mostrar su sueño, lo cual parecía ciencia ficción para aquel entonces. AT&T y Motorola, tal como vemos en el siguiente vídeo, que compartió con nosotros Domingo Drago, responsable de la venta de los novedosos equipos, hablaban de videoconferencias que se podían acompañar de transferencias de archivos, ambulancias conectadas a Internet, mapas disponibles desde una mini computadora portátil, tabletas que toman fotos de edificios, las editan y proponen maquetas diferentes en el instante y madres que alcanzan a avisarle a sus hijos al celular que se va a demorar de recogerla al colegio.

Todo eso que hoy nos parece natural en aquel entonces era ficción pura y dejaba boquiabierta a la audiencia cuando se le repetía que todos tendremos un teléfono móvil en el bolsillo y estaremos siempre conectados.

El nacimiento del servicio

Domingo Drago, quien fue el primer vicepresidente de la División Celular de Tele 2000, recuerda que se iniciaron las pruebas no comerciales de la un 8 abril de 1990, el fin de semana anterior a las elecciones presidenciales en primera vuelta, cuando terminaron de montar las tres estaciones base (antenas celulares), las cuales estaban ubicadas en el Morro Solar, el cerro Centinela en La Molina y en el centro de Lima en el último piso del edificio donde funcionaba el gremio de construcción Capeco en la Vía Expresa.

Con esas tres antenas, explica Drago, se ofrecía cobertura a mil equipos en algunos distritos de Lima, pero se tenía una limitada penetración de la señal, que se comenzó a ofrecer comercialmente el 3 de junio del mismo año. Para iniciar la venta se contrató a tres distribuidores que bajo el título Celular 2000 ofrecían el producto a la clase ejecutiva limeña. Las tiendas estaban ubicadas en el Centro Comercial Camino Real, el gran compendio de tiendas de la época, el Centro Comercial Chacarilla y el tercero en el Centro Comercial La Estancia en La Molina.

Drago detalla que los primeros equipos de telefonía móvil que se ofrecieron eran de la marca Novatel. Se trataba de gigantes y pesados armatostes de color celeste que se vendían en US$1.590 el equipo y US$1.900 la línea con un número de teléfono exclusivo. Es decir, quien quería contar con el servicio pagaba al contado algo más de US$3.500. Luego cada mes tendría que abonar entre US$15 y US$200 por renta básica más US$0,50 mínimo por cada minuto que corría mientras se hablaba por teléfono.

“Era la alternativa del momento porque no había teléfonos fijos disponibles y cuando uno tenía la suerte de conseguir uno fijo de reventa, este costaba algo más de US$4.000. Incluso las casas y oficinas en alquiler costaban más cuando el inmueble contaba con teléfono”, recuerda.

Hubo un grupo selecto de artistas y empresarios amigos de la familia Delgado Parker que recibieron su primer celular como regalo, como parte de una promoción que implicaba relacionar a los líderes de opinión con el equipo. Ellos eran los que transmitían vía boca a boca sus gratas experiencias y, en algunos casos, salían en los avisos publicitarios de la época.

Pero esa no era su única estrategia. Drago recuerda que, al poco tiempo, en agosto, iniciaría una forma de venta que se ha repetido a lo largo de los años y que incluso la última en llegar al mercado este año (la vietnamita Bitel) repite: ofrecer promociones que permitan descuentos por escala. Eso permitía armar grupos entre empresas o entre amigos y darles los teléfonos con un precio especial. Para entonces ya se tenían modelos Microtac de Motorola, los cuales podían cargarse en el bolsillo. No tenían tan buena señal como los modelos transportables similares al zapatófono del agente 007 de la televisión, pero su practicidad y menor peso los convirtieron en los favoritos de la demanda.

El primer gran salto

Para 1992 Tele 2000 ya tenían 13 concesionarios con tiendas propias, 13 antenas y 10 mil clientes. Las compañías estatales, CPT y Entel, ya les habían seguido los pasos desde junio de 1991 cuando montaron algunas antenas celulares Ellos apuntaban a un público de menores ingresos al cual lo ofrecían como alternativa productiva si no tenían un teléfono fijo en casa, como por ejemplo ingenieros eléctricos que requerían ser ubicados por sus clientes donde estuvieran, ya que ellos no andaban nunca en la oficina o trabajaban en forma independiente. Dos años después estas torres pasarían a cuando ganó la concesión y reemplazó al emporio estatal. Entonces sumaron, entre los dos operadores, 52 mil 100 clientes y se armaron de planes de expansión más fuertes, lo cual incluía duplicar su penetración anualmente.

El gran salto, según Drago, lo lograron en 1995 cuando se aliaron a una marca de autos para vender un carro que incluía un celular. “Recuerdo que para aumentar la base de usuarios en 1995 promovimos una campaña en la que todos los automóviles nuevos que se vendieran llevaran instalado un teléfono fijo en el auto con el sistema manos libres. El usuario no pagaba por el equipo ni por la línea, tan solo pagaba si hacía uso del servicio”, relata.

Los equipos se fueron popularizando poco a poco, pero seguían siendo exclusivos del segmento corporativo. También hubo incursiones del Estado como usuario, prueba de lo cual era que hasta las operaciones antiterrorismo de aquel entonces se coordinaban por completo vía celular. El resultado fue que para el 1995 Tele 2000 tenía 31 mil líneas, 30 antenas y su facturación crecían un 70% al año.

En el año 1996, Tele 2000 fue vendida a la corporación estadounidense , quien realizó una gran inversión en infraestructura para mejorar el servicio, y ganó la licencia para operar también en el interior del país.

Ese año se dio además otra gran revolución: inicia la modalidad denominada El que Llama Paga. Hasta ese momento, los usuarios de telefonía móvil pagaban el servicio por minuto para las llamadas salientes y entrantes, lo cual limitaba mucho el consumo. La nueva norma permitía que solo se pagaría por las llamadas realizadas, las entrantes serian cargadas al usuario que originaba la llamada, ya sea que lo hiciera desde un teléfono fijo o móvil, del Perú o del extranjero. Eso era algo que ya se daba en Chile, Argentina y Colombia, donde la penetración de usuarios era considerablemente más alta y acá tuvo un impacto enorme, al igual que lo tuvo el inicio de la comercialización del servicio prepago, que permitía a cualquier persona, sin evaluación crediticia, comprar un teléfono. Gracias a ambas medidas, más el ingreso de otro operador, , pudimos alcanzar el millón de clientes antes de llegar al año 2000.

Hoy tenemos un 105% de penetración de la telefonía móvil en la población, lo cual quiere decir que prácticamente cualquier peruano, sin importar su condición económica y social, posee un terminal móvil. Además la tercera parte de las 30 millones de líneas activas se calcula que usan un , lo cual quiere decir que viven la experiencia de acceder a Internet desde el celular. Y la historia recién empieza.



Contenido sugerido

Contenido GEC