MARIA ELENA MOYANO DIRIGENTE VECINAL DE VILLA EL SALVADOR
MARIA ELENA MOYANO DIRIGENTE VECINAL DE VILLA EL SALVADOR
/ LUIS GONZALES

Por Diana Miloslavich (Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán)

Nos conocimos en 1985. En mayo de ese año, regresé a Lima después de varios años de vivir en México. Una de las primeras visitas que hice fue a Villa El Salvador y, en ese recorrido, conocí a María Elena. Ella había asumido la presidencia de la federación de mujeres y era una de las líderes más importantes que había en el distrito en ese momento. En la Primera Convención Metropolitana del Vaso de Leche (1986), iba perfilándose con un liderazgo en Lima y propuso que la administración del Programa del Vaso de Leche pasase a la organización, lo que se logró un año después. Esa forma de autogestión fue para ella un aprendizaje para las mujeres, era como un primer nivel en el desarrollo de sus capacidades.

Amistades incondicionales

Seguí viendo a María Elena gracias al programa de capacitación con la federación de Flora Tristán. Aunque yo no trabajaba en el equipo de Villa, iba a las actividades de los fines de semana, porque era uno de los trabajos más interesantes que se estaban gestando. María Elena siempre recordaba los talleres sobre sexualidad con Blanca Ibarlucía y a Clorinda Tejada, Cecilia Olea y a Gissy Cedamanos.

Cuando la lucha contra el terrorismo se acrecentó en la ciudad, en setiembre de 1991 tras el asesinato de Juana López, importante dirigente de Vaso de Leche del Callao, se organizó una marcha multitudinaria El 26 de setiembre, cerca de veinte mil mujeres salieron hasta la plaza San Martín con el lema “Contra el hambre y el terror”. Estas fotos emblemáticas de María Elena con el megáfono en la plaza San Martín junto con Emma Hilario y Rosa Landavery dan testimonio de ese importante día.

Días y noches juntas

Esta manifestación dejó en claro que María Elena era la dirigente social más importante de la ciudad de Lima, aunque también marcó su sentencia de muerte. Empezaron las amenazas contra ella y una campaña de desprestigio cuando en realidad buscaban excusas para su ejecución. Ella escribió una carta a los partidos políticos, a los vecinos de Villa El Salvador, a la Cuaves (Comunidad Urbana Autogestionaria Villa El Salvador), a las organizaciones populares, a las mujeres salvadoreñas indignadas por las calumnias y en ella aclaraba las infamias.

En esos meses, viajó a México, pero, como estaba acostumbrada a estar con sus hijos, regresó a Lima. En esos últimos momentos le di las llaves de mi casa y nuestra amistad se estrechó. Además de sus compañeras, amigas y amigos de Villa, contaba con Ana Uriarte, videasta; Diana Bachán; Charo Torres; Miguel Almeida; Antonio Zapata; Jorge Delgado; y con feministas como Gina Vargas.

En esos días y noches que pasamos juntas, conversamos largas horas sobre su vida y lo que pasaba en el país, pero nunca la grabé. Lo que hice, posteriormente, fue reconstruir su discurso en el libro María Elena Moyano. En busca de una esperanza, basándome en entrevistas televisivas, escritas, radiales y la entrevista de 1986 de Lola Luna. Antes, ella me había entregado su autobiografía, la que me pareció importante incluir. Publiqué sus poemas escritos en los últimos meses de vida, pero sobre todo quise reconstruir su pensamiento. María Elena fue una extraordinaria dirigente social, política y de izquierda, y también la mataron por eso. Nos dejó un legado de coraje, fe y esperanza para seguir apostando por la justicia social. Sigue siendo la figura más emblemática de las últimas décadas. Venciendo el temor, nos dio también una lección de vida y compromiso con nuestro país. El mejor homenaje es mantener viva su memoria.

Enfoque

María Elena Moyano, la valiente dirigente de Villa El Salvador fue asesinada por terroristas de Sendero Luminoso, el 15 de febrero de 1992.


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